Alerta de riesgos ante la Seguridad Social

Deloitte 'tira de las orejas' a Glovo por la provisión del bonus a cúpula y plantilla

La auditora exige datos para saber de dónde salen los 3,4 millones reservados para este plan de incentivos. La startup defiende que dispone de "medidas alternativas" si pierde su batalla judicial por los riders.

Un repartidor, o rider, de Glovo en una calle de Madrid.
Un repartidor, o rider, de Glovo en una calle de Madrid.
EP

Deloitte exige más información. La auditora de Glovo 'regaña' a la compañía en su informe anual por la forma de provisionar el bonus a la cúpula y parte de la plantilla. La compañía ha reservado 3,4 millones de euros en las cuentas, pero no ha realizado ninguna estimación actualizada. "No hemos dispuesto de un cálculo actualizado para verificarlo", asegura la firma de análisis en el informe de unas cuentas en las que la compañía confirma las pérdidas de casi 200 millones de euros en 2019 y asegura contar con "medidas alternativas" para adaptar su modelo de negocio y "garantizar la viabilidad futura" en caso de que tenga que 'laboralizar' a sus repartidores. La propia firma advierte de los riesgos derivados de su conflicto con la Seguridad Social.

Glovo, como otras muchas startups, cuenta con un plan de incentivos para parte de su plantilla, que premia la fidelidad de directivos y equipo y que se liquida en caso de que haya una fusión o venta total de las acciones o de una parte “sustancial” de los activos. A esto hay que sumar una Oferta Pública de Venta (OPV) en bolsa. Desde el año 2015 se han ido asignando este tipo de acciones. En total, según la diferente información publicada por socios como Delivery Hero, estos títulos rondarían el 20% del total que hay en circulación. Y el ‘valor’ total es imposible de calcular porque cada hornada se basa en la valoración de la última ronda. 

Para este premio, que no fue especialmente recibido por algunos inversores iniciales debido a la dilución que acarreaba y al efecto negativo que había supuesto para la valoración de todo el grupo, se ha reservado 3,4 millones de euros en las provisiones. Y lo hace porque existe posibilidad de que la liquidación pueda tener lugar. Pero no lo justifica con números y Deloitte se lo hace saber con una salvedad significativa en el informe. 

Por otra parte, Deloitte también avisaba de la decisión de no provisionar los casi 14 millones de euros que debía a principios de 2020, fecha de cierre de las cuentas, a la Seguridad Social. Procedían de actas de liquidación y frentes en catorce ciudades, según cuenta en las últimas cuentas anuales presentadas en el Registro Mercantil correspondientes a 2019, donde también insiste en que tiene abiertos otra decena de litigios con empleados individuales por el mismo motivo. No lo provisionó en sus cuentas pero ya habría abonado esas cantidades recientemente.

La compañía asegura que agotará todas las vías posibles. “Se recurrirá y elevará a instancias superiores”, asegura, alentando a un goteo incesante de casos judiciales durante los próximos dos o tres años. “De acuerdo con las opiniones de sus asesores legales existe una incertidumbre sobre el desenlace dada la ausencia de regulación legal y jurisprudencial”. Tanto la ‘ley rider’ como las nuevas sentencias del Tribunal Supremo que sienten una jurisprudencia aún están por llegar y a eso se agarra.

Lo que sí que admite, para tratar de despejar posibles dudas de cara al futuro -España es casi la mitad de todos sus ingresos a nivel global- es que cuenta con “medidas alternativas” para adaptar el modelo de negocio “y garantizar la viabilidad futura”. No precisa cuáles son esas medidas, pero hay antecedentes como el de Just Eat, que ha empezado a crear sus propias flotas. No se trata de algo baladí. En España, según las propias cifras que refleja en la memoria, cuenta con más de 8.200 riders dados de alta en su plataforma y con actividad.

Sólo Ucrania en beneficios

La compañía tiene un enorme reto por delante: mantener el pie en el acelerador pero ir reduciendo las cuantiosas pérdidas que acumulan en sus cuentas. Como ya desveló en su memoria su máximo accionista, el año 2019 se cerró con 190 millones de euros de pérdidas operativas (Ebitda) a lo que hay que sumar el impacto por las divisas y otros costes. En total: 200 millones de ‘números rojos’ -más del doble que un año antes- para unas ventas de 218 millones -el triple-. Como la misma empresa admite, sólo la filial ucraniana, que tiene un peso testimonial en el negocio, tenía beneficios. Estos números son previos a la venta a Delivery Hero de todo el negocio latinoamericano, que había generado importantes problemas para lograr la rentabilidad.

Aún así, desde la compañía avisan que estos ‘números rojos’ se mantendrán en los próximos años. “El plan de negocio contempla la obtención de resultados positivos de forma gradual, a lo largo de los ejercicios 2020, 2021 y 2022, una vez se vayan alcanzando los volúmenes de actividad suficientes”, asegura. Es justo el periodo que se ha ido barajando para una posible salida a bolsa, aunque la consolidación en el mercado hace pensar que es mucho más probable una venta antes de que eso suceda.

Para tratar de financiar este crecimiento, la compañía ha ido cerrando diferentes rondas hasta superar los 400 millones de euros de financiación de más de medio centenar de inversores. En su memoria relata con profusión cada transacción y cómo se han ido ejecutando en diferentes tramos. Y en ese relato desvela dos inversores que fueron relevantes dentro de la ampliación de principios de 2019, cuya negociación fue adelantada por La Información. Participó el fondo de capital riesgo Lakestar, pero también estuvieron presentes Mirae Asset-Naver Asia Growth, un grupo de inversión coreano, y HS Investments.

Eso sí, Delivery Hero a cierre de ese año 2019 contaba aún con el 20%, pero las diferentes compras que ha ido haciendo en el mercado secundario, incluida la del 7,5% de Amrest (dueño de La Tagliatella), ha superado ya ampliamente la barrera del 30%, acercándose al 40%. Ese avance es el que ha puesto nervioso al equipo directivo y al ‘núcleo duro’ de inversores, entre los que se encuentra socios iniciales como el propio fondo español Seaya Ventures y diferentes ‘business angels’. Y es lo que despertó un pacto de sindicación para cortar el goteo de adquisiciones de títulos de los alemanes, incluso sondeando la entrada de Alibaba a través de esas transacciones.

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