Con la mora en mínimos

La gran banca eleva en 10.000 millones los créditos problemáticos en el último año

Los pesos pesados del sector optan por la prudencia y acumulan más de 237.000 millones bajo este paraguas, principalmente, en vigilancia especial, que es el paso previo al impago. 

Banca
La gran banca eleva en 10.000 millones los créditos problemáticos en el último año. 
Nerea de Bilbao (Infografía)

La subida de los tipos de interés llevada a cabo por el Banco Central Europeo (BCE), con el objetivo de atajar la escalada de la inflación, ha ido acompañada de mensajes de advertencias acerca de un posible repunte de la morosidad. Desde el propio organismo con sede en Fráncfort se ha hecho un llamamiento a las entidades financieras, a lo largo de los últimos meses, para que aprovecharan los vientos de cola del euríbor y reforzaran provisiones en aras de blindarse ante un potencial crecimiento de los impagos. Una situación que, sin embargo, no se ha producido de momento. 

De los resultados anuales presentados por los grandes bancos españoles en las últimas semanas se extrae un ligero alza de la morosidad que, según precisaron, obedece más a la caída del saldo vivo por las mayores amortizaciones que al hecho de que los impagos hayan repuntado, alejando la idea de problemas crediticios a corto plazo. Pese a ello, las seis grandes entidades (BBVA, Banco Santander, CaixaBank, Banco Sabadell, Bankinter y Unicaja) han elevado el volumen de sus activos problemáticos en 10.000 millones a lo largo del último año. 

Los seis pesos pesados del sector han pasado de contabilizar al término de 2022 un total de 227.212 millones en préstamos de vigilancia especial ('Stage 2', como recoge la jerga sectorial) y dudosos ('Stage 3') a 237.768 millones. Esta cifra difiere por bancos, que arrojan un diferente comportamiento. En este sentido, Santander y BBVA, son los únicos de los seis en los que el monto de esta partida ha experimentado crecimientos, tras el incremento en 11.404 y en 4.571 millones, respectivamente, de sus activos problemáticos. 

Por el contrario, se reducen en CaixaBank (2.423 millones), Banco Sabadell (2.152 millones) y Unicaja (803 millones), mientras en Bankinter la diferencia es de apenas 41 millones menos. Cabe destacar que BBVA y Santander, además de concentrar mayores volúmenes por tamaño, cuentan con una gran presencia internacional, de ahí que el nivel de crédito en riesgo sea más alto con respecto a las demás analizadas, de operativa más doméstica. 

Desde una visión más global, el grueso del repunte se produce dentro de la categoría de vigilancia especial. Los denominados también como 'fase 2', que registran más probabilidad de impago con respecto a aquellos en situación normal y están sólo a un escalón de entrar en morosidad, pasan de rozar los 157.900 millones a 167.638 millones, mientras el saldo de dudosos (fase 3), se incrementa en poco más de 800 millones, hasta los 70.129 millones. El traspaso de 'fase 1' a 'fase 2' se suele producir cuando el banco detecta más riesgo y se ve forzado a acometer provisiones, reduciendo la capacidad de conceder crédito nuevo. 

El sector ya anticipaba antes de que el BCE endureciera el acceso a la financiación, que la cantidad de préstamos en vigilancia especial subirían, pero dentro de niveles que no son preocupantes. En este contexto, la gran banca ha pisado el acelerador en la recta final del año disparando en más de 6.800 millones la financiación concedida que catalogan dentro de riesgo de impago en el último trimestre con respecto a los tres meses anteriores, según los datos recabados por Accuracy. 

En conjunto, la tasa media de morosidad de estos seis bancos asciende al 3%, por debajo del conjunto del bancos, cajas de ahorro y cooperativas, que ha cerrado 2023 en el 3,44%. La cifra es incluso mejor al comparar con la del conjunto del sistema financiero, que se coloca en el 3,54% al cierre de 2023, el mismo porcentaje contabilizado al término de 2022. Según los últimos datos publicados por el Banco de España (BdE), la mora sigue contenida marcando mínimos desde diciembre de 2008, cuando alcanzaba el 3,37%. 

Estos datos se obtienen en el marco de ejercicio excepcional, en el que romper el techo de beneficios se ha convertido en la tónica dominante. El margen de intereses ha apuntalado los ingresos, así como la rentabilidad, después de años en los que el ROE ha sido de un sólo dígito. De cara a este año, la expectativa de los analistas es la de una contención de las ganancias, que prevén ligeramente inferiores a las obtenidas durante 2023, hasta los 26.100 millones, según las últimas estimaciones realizadas tras los resultados. 

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