El momento más delicado de la historia reciente para IAG ya tiene números. La compañía, dueña de Iberia y Vueling, ha cerrado el primer semestre con unas pérdidas netas de más de 3.800 millones de euros debido al desplome de la actividad tras el estallido de la pandemia del coronavirus y las restricciones a la movilidad impuestas en todo el mundo. Los ingresos se desplomaron un 55%. El grupo, que prepara una ampliación de capital de hasta 2.750 millones de euros para el mes de septiembre con el respaldo de Qatar Airways, mantiene las conversaciones con Air Europa para "reestructurar" el acuerdo de compra, tratando de reducir a la mitad el precio para tenerlo listo antes de final de año. Aún no hay acuerdo. Para lo que sí lo hay es para la sucesión de Antonio Vázquez, que saldrá en enero de 2021 y será sustituido por el consejero independiente Javier Ferrán.
La compañía prevé que su capacidad sea un 74% inferior al año 2019 durante el tercer trimestre y de un -46% en el cuarto trimestre (durante el segundo trimestre, la práctica totalidad de los aviones del grupo permanecieron en tierra). "Pero este plan es muy incierto y está sujeto a la relajación de las medidas de confinamiento y a las restricciones de viaje", asegura la empresa en la presentación de las cifras de los primeros seis meses ante la CNMV. Por esa razón sigue sin proporcionar previsiones sobre los beneficios para el ejercicio 2020 ante la incertidumbre importante respecto al impacto y duración de la crisis de la Covid-19.
En concreto, los primeros seis meses del año se cerraron con unos ingresos de 5.326 millones de euros, un 55% menos que un ejercicio antes. Las pérdidas netas se situaron en los 3.800 millones de euros frente a los 806 millones de beneficio de un año antes.
Ampliación de capital con Qatar
Para reforzar su capital y tratar de reducir la deuda neta que se ha disparado en 2.900 millones de euros, la compañía propondrá a la Junta General de Accionistas del pasado 8 de septiembre una ampliación de capital de hasta 2.750 millones de euros. El mayor accionista del grupo, Qatar Airways, que controla el 25% de los títulos, se ha comprometido a apoyar esta transacción. "Mejorará la liquidez y ayudar a IAG a resistir un descenso prolongado en los viajes aéreos", asegura en la presentación.
A esta ampliación que deberá ejecutarse a partir del próximo 10 de septiembre ha sumado los 1.010 millones captados con garantía del Instituto de Crédito Oficial (ICO) en España o los 330 millones de euros de pagarés de British con cargo a la Coronavirus Corporate Finance Facility (CCFF) en Reino Unido.
Con este capital tendrá suficiente. Y, por tanto, en la compañía dirigida hoy por Willie Walsh no tienen previsto acudir al fondo de rescate público que acaba de lanzar el Gobierno de España dotado con 10.000 millones de euros. Sobre las ayudas públicas, ha insistido en que éstas deben darse en el marco de la legalidad y sin distorsionar la competencia. "No estamos de acuerdo en que compañías que ya de por sí antes del coronavirus tenían unos resultados y una gestión pésima se puedan beneficiar de cualquier tipo de ayuda", ha asegurado.
Pese a que no se va a dar una previsión de beneficios para 2020, sí que tiene estimaciones sobre la recuperación de la actividad. No espera que la demanda de pasajeros recupere los niveles 'pre-Covid' al menos hasta el año 2023. ¿Consecuencia? "Se está reestructurando la base de costes para reducir el tamaño de cada aerolínea", apunta. Mantiene varios procesos de consulta con los empleados para despidos colectivos, pero "ninguno estaba lo suficientemente avanzado para dar lugar a provisiones por reestructuración". A 29 de julio, 1.600 empleados de British Airways habían optado por aceptar un despido voluntario.
Antonio Vázquez abandonará la presidencia en enero de 2021 y será sustituido por el consejero Javier Ferrán
Recorte de costes
De estas conversaciones dependerá también otra decisión: la venta de aviones que, ante la falta de demanda, estarán sin actividad. British Airways prevé que no necesitará operar ningún vuelo más con los Boeing 747 y, por lo tanto, esta flota se ha depreciado íntegramente, a la espera de su liquidación. También Iberia ha reconocido un deterioro en relación con su flota de Airbus 340-600. En total se produjo una pérdida excepcional por deterioro de 731 millones de euros.
La posición de liquidez que hoy tiene es de 8.100 millones. "En base a nuestro escenario actual de planificación de la capacidad, alcanzaríamos el punto de equilibrio en términos de flujos de efectivo netos de las actividades de explotación durante el cuarto trimestre de 2020", asegura Willie Walsh, consejero delegado.
”Todas las aerolíneas de IAG sufrieron pérdidas sustanciales; hemos visto evidencias de que la demanda se recupera cuando se levantan las restricciones gubernamentales. Nuestras aerolíneas han implementado medidas para proporcionar tranquilidad adicional a sus clientes y empleados a bordo y en el aeropuerto", apunta Walsh
Sin acuerdo aún con Globalia
Mientras trata de amortiguar el duro golpe de la Covid, la cúpula de IAG continúa "activamente" con las negociaciones con Globalia respecto a una "posible reestructuración" de la adquisición de Air Europa. Es decir, busca, como ya avanzó La Información, recortar a casi la mitad el precio de venta que se fijó en 1.000 millones de euros, "teniendo en cuenta el impacto de la pandemia".
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Sobre esta operación, el grupo ha insistido en que continúa creyendo que la adquisición tiene "considerables beneficios estratégicos y financieros" para ellos. "La transacción demuestra la capacidad del grupo para continuar, a pesar del entorno operativo desafiante, ejecutando sus prioridades estratégicas y aprovechar las oportunidades de consolidación", apunta. Se ha marcado como plazo el final de año.
Por último, el holding ha aprobado el plan de sucesión de su presidente, Antonio Vázquez. Tras haber alcanzado nueve años en el cargo el pasado mes de enero, el directivo ha comunicado su intención de retirarse a comienzos de enero de 2021. El consejo de administración aprobó por unanimidad el nombramiento del consejero independiente Javier Ferrán como sucesor, algo que deberá ser ratificado en la junta de septiembre.
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