660.000 contratos ‘premium’ menos

El low cost hunde el paquete premium de TV en las telecos a niveles de 2017

El cliente busca más flexibilidad para reducir la factura con ofertas más livianas en servicios y tener la posibilidad de contratar streaming de manera independiente y más barata.

Atlético de Madrid
El fútbol se convirtió en uno de los productos estrella para atraer a los clientes a la TV de pago.
CONTACTO vía Europa Press

La televisión de pago se convirtió en una de las grandes atractivos de las operadoras de telecomunicaciones para agrandar la factura y fidelizar a los clientes de sus paquetes convergentes. Esta oferta sólo estaba presente en los productos más premium, con fibra, móvil y línea fija. El endurecimiento de una pelea por el ‘low cost’, con el surgimiento de infinidad de alternativas de conectividad muy económicas en las segundas y terceras marcas de los grandes grupos, y la búsqueda de una mayor flexibilidad para poder pagar sólo lo que se consume han hundido el número de contratos ‘quíntuples’ al nivel más bajo desde el año 2017.

La explosión de este tipo de productos más premium se produjo desde el año 2014 hasta justo después de la pandemia del coronavirus. En aquel ejercicio en el que Vodafone incorporó a ONO -con sus clientes de televisión por cable- en su oferta, el número de abonados se recuperó hasta superar la barrera de los 5 millones. La mitad estaban dentro de paquetes con Movistar, la operadora británica u Orange. Es decir, apenas había 2,2 millones de paquetes ‘quíntuples’. Seis años más tarde, en el año de la pandemia, había casi el triple. Esto tuvo lugar entre críticas de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por esa política de integrar todos los servicios, algunos de ellos no reclamados por el cliente, lo que podía engordar más de la cuenta la factura final. El entonces presidente, José María Marín Quemada, fue claro: "Quiero que cada uno compre a las operadoras lo que necesita"

Estos paquetes quíntuples han sido tradicionalmente los más caros de toda la oferta comercial de las operadoras. Si se incluía el fútbol, la factura podía superar claramente la barrera de los 100 euros al mes. Mientras esto sucedía, las plataformas de streaming no dejaban de ganar enteros en el mercado, con Netflix y HBO abriendo camino. A esto se suma la nueva ola de ‘hipercompetencia’ del mercado español, con la consolidación de operadores móviles virtuales potentes como Digi, Avatel o FiNetwork que han apretado aún más unos precios que ya venían a la baja ante el fuerte crecimiento de Másmóvil como cuarto operador.

Todos esos ingredientes dan como resultado la caída en los paquetes más caros que incluían televisión. En el caso de la antigua Movistar Fusión, para tener Netflix integrado había que contratar una oferta de 70 euros al mes, con una conectividad muy limitada. En el caso de Orange, la puerta de acceso es 65 euros. Vodafone la coloca en 66 para HBO Max -con la que tiene exclusiva-. Pero el gasto medio era muy superior. A finales de 2020, la media por hogar rozaba los 80 euros. La existencia de esas alternativas ha llevado a una reducción importante. A principios de 2022, en España había, según la propia CNMC, un total de 5,5 de estos productos premium con TV. Son 650.000 menos que el techo que se tocó en el año de la pandemia. Y representa el nivel más bajo desde 2017.

Esta situación se ha producido con los abonados de televisión al alza. ¿Cómo es posible? Básicamente porque en la cifra final de estos clientes aportada por el regulador se incluyen también las plataformas de vídeo bajo demanda (VOD) españolas como Filmin, Mitele o Atresplayer. El año 2022 arrancó con 8,3 millones de clientes totales entre ambas modalidades (500.000 más que en el arranque de la pandemia). Los datos de la CNMC son muy limitados y no se explicitan los repartos y, por supuesto, no se incluyen compañías como Netflix, HBO o Amazon. En teoría, la nueva ley audiovisual obligará a aportar mucha más transparencia por parte de Netflix y sus rivales.

El destino de esos clientes que abandonaron los paquetes múltiples ha sido principalmente a productos sin televisión de pago incorporada de manera obligada. Los que incorporan fibra y móvil solamente han crecido en una proporción muy similar. Es decir, acudir a ofertas más ajustadas en precio en la conectividad para posteriormente formar su propia televisión de pago con plataformas de streaming contratadas de manera directa y con una mayor flexibilidad o propuestas televisivas mucho más livianas como la propia Movistar Plus Lite (con una oferta limitada de los contenidos distribuidos por Telefónica en sus ofertas más caras) o Agile TV.

Los clientes acuden a ofertas de fibra y móvil más económicas para formar su propia TV de pago con streaming o propuestas audiovisuales más livianas

Esta es una de las razones por las que Telefónica ha alzado más la voz este año 2022 por la regulación como operador dominante: entiende que este cambio de mercado hace que no tenga que estar obligada a cumplir con las restricciones impuestas tras la compra de Digital+. Esto aún se va a agudizar más con Dazn, con la que ha llegado a un acuerdo comercial para recomprarle los derechos de retransmisión de LaLiga en las próximas temporadas. La plataforma de streaming deportivo británica va a ganar muchas posiciones en este mercado al contar con el 45% de los partidos. Queda por ver el precio final que planteará y si cuántos de los más de 2 millones de clientes de TV con todo el fútbol están dispuestos a reducir el número de encuentros y pagar menos contratando a los británicos y yéndose a ofertas de conectividad más modestas.

En este escenario es en el que Telefónica ha optado por ‘despaquetizar’ la televisión de pago en su nuevo portfolio de ofertas MiMovistar. Después de perder 250.000 clientes en el último año, la empresa ha decidido no obligar a contratar la televisión y darlo como una opción. Prefería mantenerlos como clientes, aunque con ingresos menores, que se fueran a la competencia. Ahora con los nuevos precios tienen un paquete de Ficción (con esta plataforma de streaming y con Disney+) por 25 euros al mes sin promociones, tres euros más que lo que te supondría contratarlo de manera independiente pero incluyendo sus canales propios de cine y series.

En este contexto, la televisión de pago de las operadoras empieza a tocar ‘techo’ como herramienta para retener al cliente y evitar que la tasa de abandono (conocida con el término en inglés ‘churn’) se dispare. Después de años de fuerte apuesta por producciones propias para alimentar su oferta, Telefónica y el resto de compañías construyen su cartera de servicios vinculados para tratar de aglutinar en la misma factura desde la luz, a los servicios financieros o la seguridad. Está por ver si podrá compensar.

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