Dos años desde el primer 'sí'

Másmóvil y Orange llegan a las semanas clave tras meses de negociaciones con Digi

Deberán reiniciar el reloj en próximas semanas tras estampar la firma de un acuerdo definitivo con la firma elegida para entregarle los 'remedios'. Esto llevará a que no haya veredicto hasta mediados o finales del primer trimestre.

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Másmóvil y Orange llegan a las semanas clave tras meses de negociaciones con Digi
Nerea de Bilbao (Infografía)

Llega el final del partido y el marcador anda ajustado. Orange y Másmóvil afrontan semanas clave en el largo proceso de autorización de su fusión a través de una 'joint venture'. Las dos compañías tendrán que reactivar el reloj después de que en julio se parara para mantener negociaciones con Digi o Avatel con las que alcanzar un acuerdo de cesiones que satisfagan al regulador. Este se ha hecho de rogar ante un mercado español especialmente competido y con el temor de 'dopar' más de la cuenta a un nuevo actor. Ese reinicio de la cuenta atrás se tendrá que hacer en las próximas semanas, cuando haya un pacto definitivo con los rumanos tras el acuerdo no vinculante

"El mercado español es muy complejo; se está moviendo continuamente y la transacción está considerando estos cambios casi en tiempo real", argumentaba este jueves el consejero delegado de Másmóvil, Meinrad Spenger. Lo hacía ante la petición de explicaciones de los analistas en la presentación de resultados sobre los retrasos respecto a esa autorización y sobre la previsión temporal con la que jugaban. Insiste en que esa complejidad está siendo determinante para fijar un paquete de cesiones ('remedies' en el argot) suficientemente atractivo de cara al regulador pero que no suponga una losa de cara al futuro.

El acuerdo vinculante con Digi ya se ha firmado. También se contaría con potenciales alianzas con otros operadores que podrían ponerse sobre la mesa en caso de que Bruselas exija más. El de los rumanos incluiría no sólo la venta de una parte del espectro radioeléctrico que le sobra a la fusionada -superan el tope marcado por el Gobierno- sino también un acceso preferente a la red móvil con un acuerdo de 'roaming' nacional. Spenger aseguró que no tienen previsto desprenderse de torres ni de parte de su red de Yoigo dentro de esas cesiones. Ese acuerdo de 'roaming' es clave para un futuro cuarto operador que contará con potencia de fuego en fijo a través de su red que está desplegando y el acuerdo mayorista con Telefónica.

Desde Másmóvil no han querido dar una fecha concreta. Pero el CEO insiste en que esa reactivación del reloj debe darse próximamente. Ese acuerdo no vinculante tiene que convertirse en definitivo con todos los términos completamente establecidos. A partir de ahí arrancará el proceso de nuevo. Bruselas llevará a cabo un 'test de mercado' en el que preguntará, según apunta Spenger, a diferentes instituciones, a organizaciones de consumidores o a rivales directos. A partir de ese momento tomará una decisión. Tiene 55 días para dar un veredicto. 

Pero se podría complicar más la situación, pues existe la posibilidad de volver a parar el reloj en cualquier momento para exigir más documentación u otros acuerdos. Entre los analistas existe un interés vivo por este 'timing' y por la resolución final. Hay que recordar que esta fusión va a resultar determinante y un baremo para futuras transacciones. No sólo en la posición final de Bruselas, sino también en todos los pasos a dar y los plazos para conseguirlos. El proceso se ha ido retrasando debido a esa dificultad para fijar el paquete de cesiones.

Las ventas de activos van a generar unos ingresos que en el conjunto de la fusión va a jugar un papel testimonial. El primer ejecutivo de Másmóvil, que está llamado a mantener ese puesto en la fusionada antes de la futura salida a bolsa liderada por Orange, insistió en que no hay cambios previstos en el paquete de deuda que se pactó para abordar el equilibrio entre ambas partes -los franceses acuden sin deuda-. No se recortarán esos 6.500 millones de euros (una inmensa mayoría irá destinado a ese dividendo 'corrector').

Estos plazos llevarán a que prácticamente se cumplan dos años desde que se estampara la primera firma en marzo de 2022 -el acuerdo definitivo tras las negociaciones exclusivas se culminó en junio-. Esto deja claro la dificultad para llegar a un acuerdo sobre esos 'remedies'. La CEO global de Orange, Christel Heydemann, aseguró en la última comparecencia ante los analistas que habría un veredicto antes de que acabara el año.

Temor al 'dopaje'

Existe temor ante el 'dopaje' de un cuarto operador que repita la historia que protagonizó Másmóvil. Éste último fue el único 'remedy taker' en el proceso de autorización de la compra de Jazztel por Orange. Y las medidas correctoras pactadas con Bruselas -la venta de una red independiente de fibra con una cobertura de hasta 800.000 unidades inmobiliarias o un acuerdo de 'roaming' con 4G en condiciones ventajosas- crearon el mayor 'retador' del mercado español.

La cuenta atrás ha comenzado. Y lo hace con una incógnita añadida: ¿estará la temida Marghrete Vestager al frente de la Comisaría de Competencia? Está en la carrera junto con Nadia Calviño para la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). La votación es inminente. Vestager ha liderado una época especialmente dura en lo regulatorio desde Europa con las operadoras de telecomunicaciones y, sobre todo, con el reclamado proceso de consolidación.

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