Una infraestructura clave

El pacto de Sánchez con Rabat amenaza la última fase de ampliación del Medgaz

El aumento de capacidad del gaseoducto que une Argelia con Almería está a punto de caramelo, pero aún falta por concluir la fase de pruebas, un proceso que podría verse afectado por el viraje del Gobierno.

Sánchez, en su última visita a Argelia, en 2020
Sánchez, en su última visita a Argelia, en 2020
EFE

Pedro Sánchez ha agitado el avispero del conflicto sobre el Sáhara Occidental en el peor momento y las consecuencias de la reciente alianza con Marruecos empiezan a calar al otro lado del Mediterráneo. El acuerdo entre Moncloa y Rabat, que de su puño y letra firmó el presidente del Gobierno el pasado 14 de marzo, ha soliviantado a Argel hasta tal punto que, según distintas fuentes empresariales, se ha convertido en una amenaza para el proyecto de ampliación del Medgaz, el gaseoducto que transporta el gas argelino directamente a la costa de Almería.

El viraje del Ejecutivo ha herido las relaciones diplomáticas con el Gobierno de Argelia, como demuestra la salida acelerada de Madrid del embajador argelino, Said Moussi, quien ha abandonado la capital sin fecha de regreso. La decisión de Moncloa de apoyar el plan de autonomía para el Sáhara Occidental que planteó Marruecos en 2007, ha puesto en guardia a las autoridades argelinas, que han empezado a recelar de la fiabilidad de un país al que, hasta ahora, consideraban un aliado estratégico en Europa.

Una de las compañías que más se la juegan en este conflicto es Naturgy. La compañía que preside Francisco Reynés es dueña del 49% del Medgaz, a través de un vehículo en el que participa el gigante BlackRock. El otro 51% de la infraestructura pertenece al grupo estatal argelino Sonatrach que, a su vez, tiene en sus manos el 4% del capital de la gasista española. Ambas empresas ejercen el control conjunto del gaseoducto e invirtieron, el pasado ejercicio, unos 75 millones de euros para aumentar la capacidad del Medgaz de 8 bcm (mil millones de metros cúbicos) a 10 bcm de gas al año.

El proyecto se diseñó en dos fases. La primera, más sencilla, consistía en la ampliación en sí de la infraestructura y concluyó este enero. Ahora los dos socios se hallan inmersos en la fase final, que incluye las pruebas técnicas definitivas antes de su puesta en marcha. Una fuente sobre el terreno señala que, tras el giro de la diplomacia española, en Argel han empezado a plantear inconvenientes que podrían ralentizar la entrada en operación de esta ampliación, que supone un incremento de la capacidad del tubo del 25%, lo que equivale a 2.000 millones de metros cúbicos de gas al año.

El sector, no obstante, respira tranquilo. "El suministro está garantizado", aseguran fuentes empresariales de la industria gasista. Para Argel el acuerdo comercial con España es, por el momento, necesario, aunque la renuncia de Moncloa a una postura equidistante respecto al Sáhara Occidental ha llevado a Argelia a anunciar un cambio de su orden de relaciones con Europa. El Gobierno argelino ya ha deslizado que, a partir de ahora, tendrá más en cuenta a Italia como puerta de entrada europea de su producción de gas.

En los corrillos del sector gasista se prevé que Argelia responda al "desplante" de Moncloa con una revisión al alza de los contratos de suministro 

Argelia ha confirmado que mantendrá sus compromisos contractuales de suministro a España, pero las recientes tensiones hace que nuestro país pierda enteros como hub de entrada de gas alternativo al suministro ruso, en un momento en que la Unión Europea busca a la desesperada proveedores alternativos, por su intención de cortar su cordón umbilical con Rusia ante la ofensiva militar de Moscú en Ucrania. Fuentes del sector insisten en que la construcción de una infraestructura similar al Medgaz entre Argelia y el país transalpino llevaría varios años, lo que da a España cierto margen para cerrar la 'herida' que ha abierto el giro de Sánchez sobre el Sáhara.

El conflicto que mantienen Marruecos y Argelia, país que el año pasado suministró más del 42% de todo el gas importado por España, llevó a clausurar, el 31 de octubre, el segundo gaseoducto que diseñado para transportar gas argelino hasta Tarifa pasando por Marruecos.

Rabat participaba de la gestión de este tubo a cambio de una cuota del volumen de gas transportado. La crisis diplomática entre los dos países vecinos acabó con una relación comercial tripartita que había sobrevivido durante más de 25 años. Este fue, precisamente, el detonante del proyecto de ampliación del Medgaz, para suplir al gas que dejó de fluir a través de Rabat. El pacto de largo recorrido con Rabat que ha rubricado el inquilino de la Moncloa ha sido entendido al otro lado del Estrecho como un desplante al que, según las fuentes consultadas, "Argelia responderá revisando al alza los contratos de suministro a España más pronto que tarde".

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