Un consejo clave para dar explicaciones al 'núcleo duro' accionarial de la principal internada de un socio externo en la historia de Telefónica. El presidente ejecutivo del grupo, José María Álvarez-Pallete, llega a la reunión de este miércoles para tratar de dibujar el horizonte al que se enfrenta la operadora con la irrupción de Saudí Telecom Company (STC) como potencial socio de referencia. El nuevo plan estratégico, que se presentará en el Investor Day del próximo mes de noviembre, está sobre la mesa. Existe inquietud sobre la influencia que puede llegar a asumir el gigante asiático y, por ende, el fondo soberano Public Investment Fund (PIF).
STC sacudió los cimientos de la operadora el día 5 de septiembre. Comunicaba a través de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que compraba un 4,9% de la teleco y se comprometía a llegar al 9,9% en caso de contar con luz verde regulatoria. Unas horas antes fueron avisados formalmente el Gobierno y la cúpula de la española. Los dos accionistas de referencia, Caixabank y BBVA, también desconocían los movimientos. En el seno del máximo órgano de decisión había cierto malestar por esta razón. Pese a todo, el presidente decidió no convocar un encuentro extraordinario y mantener la reunión ordinaria fijada para este miércoles. Contaba con tiempo para entender los planes saudíes, para lo que viajó también junto con el 'número 2' del grupo, Ángel Vilá, a la sede corporativa en Riad.
Pese a las conversaciones informales de los días posteriores, la primera reunión del consejo tras la sacudida es la de hoy. Álvarez-Pallete tratará de aportar algo de luz sobre los planes de la operadora controlada por el Estado saudí, que durante estas más de dos semanas ha mantenido un completo silencio incluso de cara la propio Gobierno de España. Caixabank y BBVA habían sido hasta ahora los 'fieles escuderos' del presidente. Ahora hay un socio externo que tendrá voz y voto y que, previsiblemente, reclamará su lugar en caso de que supere la barrera del 5%.
Por la redacción del hecho relevante de aquel 5 de septiembre, Álvarez-Pallete y la cúpula de la operadora quería dejar claro que el movimiento había sido 'bajo el radar' -con meses de pequeñas compras de acciones a través de su socio financiero, Morgan Stanley-. Este llegaba después de que el primer ejecutivo y su equipo hayan llevado a cabo un particular 'roadshow' durante los últimos tiempos para tratar de conseguir un 'caballero blanco', con perfil financiero como el de fondos de inversión o soberanos, que diera estabilidad accionarial en un momento de debilidad de las grandes empresas de este sector -con las caídas de las acciones y los casos de Vodafone o BT en la retina- y con un contexto político particular en España.
La primera gran inquietud reside en la hoja de ruta de STC. Sobre todo con un plan estratégico en ciernes cuyos últimos flecos se están perfilando de cara al Investor Day de principios de noviembre. Lo lógico es que siendo uno de los principales accionistas, busque tener algo de voz en ese diseño de la estrategia de la compañía. Máxime cuando Olayan Alwetaid, CEO de STC, aseguraba en el momento del anuncio que su inversión en la española "demuestra nuestra confianza en el liderazgo de Telefónica, su estrategia y su capacidad para crear valor; como accionistas solidarios a largo plazo, estamos comprometidos a fortalecer nuestra asociación".
La otra gran duda tiene que ver con el papel del Gobierno. Hasta ahora, como avanzó La Información, la teleco saudí está apurando para presentar su plan para llegar al 9,9%. Hasta ahora no ha presentado su notificación para que se arranque el estudio de la transacción por parte del Ministerio de Defensa y el Consejo de Ministros. Desde el Ejecutivo se estudia la posibilidad de introducir una serie de medidas restrictivas, aunque con 'luz verde'. Algo similar a lo que se hizo con IFM en Naturgy, introduciendo límites vinculados a la inversión o a los dividendos. Aunque en este caso es un fondo de inversión australiano y STC es una operadora controlada por el Estado saudí.
Otros movimientos
Como antesala de la operación, Criteria Caixa mantiene el plan de compras de acciones de la operadora. Desde la irrupción del gigante saudí STC, el brazo inversor presidido por el también vicepresidente y consejero dominical Isidre Fainé ha adquirido más de 750.000 títulos, con una inversión total de 3,1 millones de euros y precios que iban desde los 3,73 euros en el arranque del mes a algo más de 4 en las últimas transacciones, tal y como queda reflejado en los registros públicos comunicados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Justo ese día 5 de septiembre hizo la compra más relevante, con casi 100.000 acciones. La firma continúa ganando posiciones en el accionariado.
En el lado contrario se encuentra Blackrock, cuya presión no ha dejado de crecer. La gestora estadounidense acaba de levar una décima su posición bajista en la empresa hasta el 0,6% -el anterior movimiento se produjo a principios de este año-. Hasta ahora, la firma ha mantenido un papel 'pasivo' en el día a día de la compañía, sin solicitar sillón en el consejo. A esta posición se suma la que mantiene abierta desde el pasado mes de julio el fondo de pensiones de Canadá, Canada Pension Plan Investment Board, sobre otro 0,5% del capital.
Las acciones de la operadora llegan a esta cita relevante a la baja pese a la mejor evolución vivida en la primera semana tras el aterrizaje de STC. Esta semana ha vuelto a bajar de los 4 euros y cotiza apenas un 5% por encima de los niveles previos al anuncio. En lo que va de año la revalorización ha sido de más del 14%.
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