Generación distribuida

Los polígonos autosuficientes se erigen como el futuro de la inversión empresarial

El autoconsumo industrial, a través de las comunidades energéticas, otorga a las compañías ahorro económico a través de la factura de la luz, estabilidad de precios, seguridad de suministro y una mejora de la imagen de marca. 

Polígono autosuficiente.
Los polígonos autosuficientes se erigen como el futuro de la inversión empresarial.
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El autoconsumo eléctrico está transformando la forma en la que los polígonos industriales funcionan y ofrece un nuevo potencial de inversión en el sector energético. De este modo, tras el alza de los precios energéticos, cada vez son más las pymes españolas las que están convirtiendo sus naves en autosuficientes, es decir, que producen y se abastecen de su propia energía, reduciendo la dependencia de la red eléctrica convencional. 

Uno de los ejemplos más claros es el caso de Granollers (Barcelona), un municipio que ha apostado por la creación de comunidades energéticas, logrando gran efectividad en términos de sostenibilidad ambiental, así como en la estabilidad de los costos energéticos para las empresas ubicadas en el polígono. Según datos de la consultora Schlaich Dauss, en 2020, las 14 empresas que formaban parte de esta iniciativa público-privada lograron ahorrar unos 80.000 euros implementando sistemas de generación de energía solar fotovoltaica para autoconsumo compartido, con la compra agregada de energía y el control de la climatización e iluminación, entre otras iniciativas. 

"La descarbonización y electrificación de los polígonos industriales es el gran reto para la generación distribuida y participada. Grandes polos consumidores de energía que brindan espacios para la colaboración social y empresarial, y que permiten aunar esfuerzos en pro de la transición energética. A su vez, la participación de la Administración local puede jugar un papel fundamental a la hora de promover iniciativas de colaboración público-privada", señala a La Información Alberto Barriga, abogado especializado en energía de Schlaich Dauss.

Estructura legal

Barriga subraya que es clave la estructuración legal de este tipo de esquemas colaborativos en lo que se refiere a acuerdos de reparto de la energía y asunción de obligaciones económicas. La compañía ha prestado asesoramiento jurídico en iniciativas como 'Energía del Prat', , la comunidad energética local que aspira a ser la más grande de España. La comunidad está liderada por el Ayuntamiento del Prat de Llobregat (Barcelona) y la integran entidades, pymes y vecinos a título individual. Se constituyó con un capital de 300.000 euros: 120.000 aportados por el tejido económico y social de la ciudad y 180.000 por el ayuntamiento.'

La consultora también está trabajando con el Ayuntamiento de Terrassa para consolidar una comunidad energética a nivel de ciudad en colaboración con pymes y otras entidades sociales. Otras iniciativa interesante en este campo es la de 'Manresa Ilumina', una comunidad energética formada por 31 empresas. La cooperativa, formada íntegramente por pequeñas y medianas empresas industriales del polígono industrial Bufalvent, se formó con la voluntad de aportar servicios para la mejora de la gestión energética, ecológica y económica a sus socios, que puede ser cualquier empresa dentro de los polígonos de actividad económica del municipio.

En este caso, la comunidad construyó y gestiona la instalación solar fotovoltaica y, en un futuro, la idea es que se convierta en un agregador que pueda gestionar conjuntamente las necesidades energéticas del polígono y planificar instalaciones de renovables (como redes de calor, biomasa o eólica) en función de las necesidades colectivas. La cooperativa se endeudó para sufragar el 90% del coste de las inversiones y el otro 10% se cubrió con aportaciones de los socios consumidores, siendo proporcional al consumo estimado. Los socios consumidores pagarán la energía que gasten a lo largo de entre entre 5 y 7 años, a un precio inferior del mercado del 20%. Una vez superado este plazo, las inversiones estarán amortizadas y el crédito sufragado. Entonces, tendrán una electricidad cercana a los cero euros. Los socios que hayan aportado la cubierta para las instalaciones,  han recibido una compensación por metro cuadrado cedido.

Otro caso es el de la 'Comunidad de Energías Renovables del Polígono de Sant Lluís' (Menorca). Cuenta con la participación de 13 empresas, el Instituto Balear de la Energía (IBE) y el Ayuntamiento de Sant Lluís, además del apoyo de Menorca Preservation, que ha financiado el equipo técnico para la creación de la entidad. La inversión inicial comprometida por el IBE es de 150.000 euros y los 15 socios iniciales han puesto a disposición 7.990 metros cuadrados de superficie en cubiertas. La comunidad determinará un precio anual del kWh por debajo del precio medio de mercado, que incorporará el coste de las instalaciones, su amortización y los costes de operación y mantenimiento. El precio se revisará anualmente y deberá prever necesariamente la retribución de los inversores que hayan aportado capital.

"Superficie ociosa"

"El autoconsumo se ha convertido ya en uno de los pilares de la transición energética, tal y como estaba previsto. En el ámbito empresarial, y concretamente el industrial, otorga muchas ventajas al que lo adopta: ahorro económico, estabilidad de precio, seguridad de suministro, reducción de emisiones y mejora de la imagen de marca. Una de sus modalidades es el autoconsumo compartido, por el que varios consumidores pueden compartir la energía generada por una instalación fotovoltaica, ya sea en configuración de línea directa o a través de la red", explica a este medio el consejero delegado de Opengy, Manuel de Castro. 

De Castro invita así a aprovechar la "superficie ociosa" de los polígonos industriales, bien sea en los tejados de las empresas que están allí implantadas, o bien en los terrenos aledaños (en muchas ocasiones, terrenos de poco valor y que ya sufren de un impacto ambiental y visual por estar situados cerca de estos polígonos). "Esa superficie se puede aprovechar para instalar paneles solares y generar energía eléctrica limpia y barata, allí donde se necesita. Es el modelo de generación distribuida, que tantas ventajas tiene en comparación con el modelo de generación centralizada", apunta el directivo. 

Principales barreras

En su opinión, las principales barreras que existen hoy en día para seguir impulsando todo el potencial que ofrece el autoconsumo compartido en los polígonos industriales son: 

- La distancia entre la planta solar y el consumidor. Si bien, ha habido un avance, solo se ha aumentado a 2.000 metros en el caso de que la planta solar esté situada en suelo industrial o urbano, en el caso de que esté en suelo agrícola o similar, la distancia es de 500 metros. Hay que tener en cuenta que la separación entre consumidores en un polígono industrial no es la misma que en una zona urbana entre consumidores de tipos residencial o pymes. Considera que la distancia no debería medirse teniendo en cuenta la ubicación de la planta solar, sino su punto de conexión a la red.

- Liberación de capacidad de conexión. "No se puede realizar un autoconsumo compartido a través de la red si no hay posibilidad de verter los excedentes. Hoy en día la capacidad de acceso a la red para nueva generación es prácticamente nula, a pesar de que tras el RDL 6/2022 se le reservó al autoconsumo el 10% de la capacidad de los nudos de transporte reservados a concurso, lo que suponen más de 7 GW de potencia disponible, pero de la que menos de un 5% ha sido concedida, ya que esa capacidad no se está trasladando a la red de distribución. Esto está suponiendo unas pérdidas de más de 160 millones de euros  al año en las instalaciones de autoconsumo ya existentes y la imposibilidad de desarrollar nuevas instalaciones con vertido de excedentes a red", indica. 

- Burocracia y trámites para la legalización y liquidaciones en el autoconsumo compartido. De Castro argumenta que el tiempo para legalizar un autoconsumo compartido y liquidar correctamente la energía generada es demasiado largo, pese a que existen distintas iniciativas y grupos de trabajo entre los diferentes actores (distribuidoras, comercializadoras, CNMC, etc.).  

- Falta desarrollar normativa para las comunidades energéticas. Actualmente, es perfectamente factible (a nivel normativo y económico) hacer un autoconsumo compartido a través de la red entre varias empresas de un polígono industrial, pero falta por mejorar el marco legal en cuanto a las distancias máximas y liberar capacidad en la red de distribución para el autoconsumo.

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