Balance y previsiones

Las startups españolas apuntan a un año de redención tras el 'gran recorte' de 2023

La inversión se desplomó a la mitad devolviendo las cifras a las de antes del frenesí de 2021. Las fases más iniciales (semilla) empiezan a moverse con dudas sobre las megarrondas y la actitud de los fondos internacionales.

Arranca la edición 2023 de South Summit.
Las startups española sencara un año de recuperación tras el 'gran recorte' de 2023.
L.I.

El año 2023 que ahora queda atrás ha sido todo un baño de realidad para las startups y el capital riesgo tras el frenesí vivido en 2021 y arranque de 2022. La inversión se desplomó a prácticamente la mitad devolviendo las cifras a las de antes de esa hiperactividad. Ahora, empieza a haber más movimiento en fases más iniciales (semilla) aunque con dudas sobre las ‘megarrondas’ y la actitud de los fondos internacionales, clave para afrontar operaciones de mayor calado. Desde las gestoras coinciden en señalar que habrá un rebote pero medido en el desembolso, muy lejos de los niveles tras la pandemia. Aún queda pendiente esa ola de operaciones corporativas con compras y otras transacciones que no se dio pese a las previsiones.

Aunque los primeros signos de ajuste se vislumbraron en 2022, con las primeras señales en las empresas tecnológicas cotizadas, el gran recorte se llevó a cabo el pasado ejercicio. En España aún no hay dato definitivos de todo el ejercicio, pero las últimas estadísticas del fondo europeo Atomico dibujaba una caída del 50% para las compañías del Viejo Continente. La patronal del capital riesgo español advertía que a mediados de año el descenso era incluso superior a esa cifra en el mercado local. La clave: la ausencia de megarrondas, que se han secado, y de operaciones de capital medianas. En ambas, los fondos internacionales suelen tener más peso por la escasez de fondos especializados en esas fases en el país.

Esta escasez, según explican diversas fuentes del sector del capital riesgo consultadas por La Información, está motivada por varios factores. Por un lado existe un cierto temor de los emprendedores a salir a levantar más capital más allá de sus socios actuales -con rondas internas u operaciones puente con deuda convedrtible- ante la mayor dureza de las condiciones y unas valoraciones a la baja. Por otro, una mayor reticencia de fondos para entrar en firmas y unas exigencias mayores en cuanto a cifras, especialmente en lo referente a la rentabilidad. Unos trataban de empujar las ratios de cotización respecto a ingresos o negocio al alza y otros trataban de bajarla. Ahora esperan que en 2024 ambas fuerzas se equilibren y empiecen a cerrarse más transacciones. El último trimestre del ejercicio pasado, que estaba llamado a ser el del inicio de la recuperación, ha tenido una actividad muy escasa, con rondas de capital más pequeñas como las de Flanks (7 millones) o Luzia (9,5 millones) y otras de deuda como la de Payflow con BBVA de 20 millones.

Esta escasez de capital ha llevado a las compañías a reducir al máximo los costes alargando la vida de sus cajas para evitar ese examen de una nueva ronda y mejorando las ratios y la rentabilidad. “No hay compañía relativamente grande que no haya hecho un ajuste significativo de costes, con salidas de empleados y otras medidas”, explica una fuente del capital riesgo. Los expedientes de regulación de empleo (ERE) más relevantes se dieron a finales de 2022 y principios de 2023. Pero sin ejecutar despidos colectivos se han completado reducciones progresivas de plantilla especialmente en empresas más grandes, apuntan las mismas fuentes.

Más actividad, más abajo

Con todo, el ritmo de análisis de compañías por fondos se ha incrementado. Es lo que se conoce en el argot como ‘dealflow’ y es clave para acabar cerrando operaciones. Pero esa actividad se ha fijado sobre todo en fases muy iniciales. Este segmento tiene mayor actividad por la llegada de otros fondos de inversión, como ya sucediera en Estados Unidos hace algo más de un año y medio. Además, la tendencia se podrá incrementar habida cuenta del rearme de gestoras para estas ‘edades’, apuntan las mismas fuentes. K Fund apuntala su vehículo de 11 millones, mientras que el ‘ecosistema de startups’ Itnig y otros trabajan para poner en marcha más.

Varios inversores consultados confirman que hay ciertas reticencias entre los fondos especializados a entrar en rondas muy pequeñas en esas fases ‘semilla’ o muy iniciales ante el temor de quedarse sin relevo en rondas posteriores. Por eso se están planteando operaciones algo más grandes, que aseguren capital para los próximos 18 o 24 meses con el objetivo de que lleven a cabo esa nueva transacción para acelerar el crecimiento en un momento de una mayor estabilización del mercado y con unas condiciones macroeconómicas mejores.

Mientras todo esto sucede, las firmas de inversión se siguen rearmando para esta nueva fase. Han lanzado vehículos gestoras como Adara (200 millones para ‘climatech’), Kibo Ventures, All Iron (150 millones), Cardumen (100 millones) o K Fund (80 millones). Otras también han movido ficha como JME Ventures o Swanlaab. Y aunque ha habido movimientos como el de la propia K Fund, con su vehículo de 230 millones con Telefónica y el ICO, no existen muchas opciones con ADN español para liderar operaciones en compañías con cierto tamaño. Es por eso que sigue existiendo gran dependencia de fondos internacionales. Es aquí donde existe una mayor incertidumbre. Algunas de las fuentes del mercado insisten en que tienen dinero suficiente para desembolsar y sus accionistas (conocidos como LPs en el argot) le pedirán movilizarlo. Pero eso también se preveía por analistas para la segunda parte de 2023 y no ha sucedido.

Y las megarrondas, ¿para cuándo?

La presencia de estas gestoras internacionales es clave para las ‘megarrondas’ y operaciones más grandes, que prácticamente han desaparecido del mapa en España. Otros inversores consultados señalan que hay otros factores que determinarán el desbloqueo de fondos para este tipo de transacciones. La mejora de los mercados bursátiles, con más salidas a bolsa de compañías más pequeñas, junto con un incremento de compraventas de compañías serán claves. Esos llamados ‘exits’ también han escaseado durante el último año y medio. Hasta el verano el número de operaciones se había desplomado a casi la mitad, según datos del Observatorio de Startups de la Fundación Bankinter.

La conclusión de todos los actores es que habrá una mayor ‘selección’ de las compañías. Insisten en que las firmas con buenos números de crecimiento y rentabilidad lograrán acceso al capital, pero habrá mucha más distinción respecto a un 2021 en el que las exigencias eran menores. Las valoraciones podrían estar más alejadas de las ratios previas, más cercanas al único dígito en veces respecto a ingresos -más allá de sectores especialmente calientes como la inteligencia artificial, donde España aún no cuenta con grandes proyectos con fuerte inversión de fondos-.

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