En sintonía con Amber

Telefónica da un paso al frente en Prisa y consigue influencia en el consejo

Los dos nuevos administradores tienen una vinculación estrecha con Álvarez-Pallete, que hasta ahora había mantenido un perfil bajo respecto al grupo mediático.

José María Álvarez-Pallete y Pedro Sánchez
José María Álvarez-Pallete y Pedro Sánchez.
Agencia EFE

Desde su aterrizaje en la presidencia ejecutiva de Telefónica, José María Álvarez-Pallete ha mantenido un perfil bajo en la gestión de su participación en Prisa. El directivo optó en un primer momento por mantenerse al margen, sin nombrar de manera directa a representantes en el órgano de administración y sin tratar de influir en su día a día. Hace tres años llegó a clasificar su 9% como activo disponible para la venta. Ahora, en pleno movimiento accionarial en el holding mediático dueño de El País y La Ser, la operadora ha completado un giro su estrategia: da un paso al frente y gana más influencia en el consejo de administración con el nombramiento de dos consejeros muy cercanos al grupo y con un perfil directivo alejado en cierta manera de la política.

Junio de 2017. Álvarez-Pallete concede a El País su primera entrevista, un año después de su nombramiento. El primer ejecutivo marcaba posiciones respecto a la participación en Prisa: “No tenemos ambición de crecer más; lo tratamos como una participación financiera y estamos ahí para dar estabilidad”. Esa ha sido siempre su posición, en un segundo plano. Tanto en 2018 como en 2019, acudió a dos ampliaciones de capital para mantener su posición y no diluirse en exceso, invirtiendo 64 millones de euros. Pese a tener derecho a ello, no cuenta con consejeros propios. Y mientras no ha habido terremotos en la cúpula, apostó por una posición más o menos neutral. Pero llegó 2020 y con él también se sucedió un ‘tira y afloja’ accionarial. 

Y ahí todo cambió. La operadora decantó hacia un lado la balanza: el de Amber Capital, fondo liderado por Joseph Oughourlian que es el máximo accionista del grupo (29%). Votó a favor de la salida de Javier Monzón de la presidencia a la que se unió la dimisión de Sonia Dulá, que era hasta ahora precisamente la consejera que ocupaba la presidencia de la  Comisión de Nombramientos. De esta forma, Amber y Telefónica limpiaron el camino para designar a los nuevos consejeros en Prisa.

Este fue sólo el primer paso. El siguiente era pactar los sustitutos de ambos en el consejo y el nombre de quien debía ocupar la presidencia no ejecutiva del conglomerado. Estuvo sobre la mesa un ramillete de nombres, entre los que se encontraban algunos con un marcado perfil político. Y aquí, fiel a lo que había defendido previamente, Álvarez-Pallete influyó para que se incorporaran perfiles con un acento empresarial y de gestión más acentuado. Los nombramientos se sustanciaron a propuesta del máximo accionista y su aliado, Amber Capital, pero se trata de dos personas especialmente cercanas a la operadora y al primer ejecutivo.

Uno de ellos es Rosauro Varo. El empresario sevillano mantiene relación desde hace años con Álvarez-Pallete. Ambos comparten la afición del ‘running’ y lo han practicado juntos en los últimos años. Cuando en 2016 vendió Pepephone, él y su socio, Javier Hidalgo (Globalia), desembolsaron una parte de los más de 150 millones recibidos en acciones de la operadora. Pusieron sobre la mesa varias decenas de millones de euros cuando los títulos cotizaban a un precio de entre 8 y 9 euros (hoy apenas superan los 3,30 euros). El propio empresario alabó públicamente en un evento a principios de 2018, organizado en CaixaForum, al primer ejecutivo de la teleco y su proyecto de la llamada ‘cuarta plataforma’ Aura, una de las banderas de la primera parte de su mandato.

Varo es un hombre de negocios que inició su andadura en la noche sevillana. Tras crecer en la hostelería y el sector inmobiliario, entró de lleno en el mundo de las telecomunicaciones con Pepehone y en el de las licencias VTC -vendió el año pasado por casi 30 millones en acciones su participación en una filial con Cabify-. Pero al margen de su faceta empresarial, tiene raíces familiares muy implicadas en la política. Su madre es Amalia Rodríguez, exdirigente del PSOE sevillano -llegó a ser presidenta de la agrupación socialista de Triana, de la que forma parte la expresidenta de la Junta, Susana Díaz- y exdiputada en el Parlamento andaluz que pasó por diferentes cargos del Gobierno andaluz. El empresario también tiene relación con Javier de Paz, consejero de Telefónica y ‘hombre de confianza’ de José Luis Rodríguez Zapatero, a cuya fiesta de su 60º cumpleaños acudió en el año 2018.

Admiración por Álvarez-Pallete

El otro hombre que aterriza en el consejo es Javier Santiso. Amigo personal de Oughourlian, tiene también una relación muy cercana con el presidente ejecutivo de la operadora desde hace una década. Procedente de la OCDE, aterrizó en el año 2010 como director en la división europea de la teleco, liderada en aquel entonces por Álvarez-Pallete. Su primera tarea fue la de desarrollar los fondos de innovación latinoamericanos de la compañía. Llegó a ser uno de sus colaboradores cercanos, pues ejerció como director general de la Oficina del presidente y CEO de Telefónica Europa. En 2015, cuando bajo su gestión se encontraba la gestora de fondos de fondos de Telefónica (Amerigo), salió de la compañía para montar su propia gestora para compañías innovadoras bajo el nombre Alma Mundi.

Santiso ha mostrado su admiración por el propio Álvarez-Pallete en público en numerosas ocasiones. En una entrevista en El Correo Gallego, el directivo aseguraba que él no aprendió gestión empresarial en la escuela de negocios Esade, “sino trabajando con gente como José Ignacio Goirigolzarri y José María Álvarez-Pallete; me enseñaron que un líder no se aprovecha del trabajo de los demás, sino que usa su trabajo para pasar la tormenta”. En muchas ocasiones ha aplaudido la gestión del presidente en sus perfiles de redes sociales. Ahora, él formará parte del consejo del Grupo Prisa en un momento particularmente importante para su devenir.

Ambos consejeros llegan al órgano de administración y control del grupo de medios, en el que hay una mayoría clara de hombres. De los doce sillones, sólo dos están ocupados por mujeres (el puesto de Sonia Dulá ha sido ocupado por uno de ellos). Esta es la culminación de un giro en la estrategia de Telefónica, que contará con dos personas de su confianza. Después de años con un perfil relativamente bajo, la operadora gana influencia en un momento de especial importancia.

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