Ocho horas de sueño y canastas en el patio: el día a día de Junqueras en prisión

  • El ex vicepresident comparte módulo en la cárcel de Estremera con Carles Mundócar, exconseller de Justicia. Reciben decenas de cartas cada día.
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EUROPA PRESS

Oriol Junqueras y el resto de exconsellers cumplen este jueves dos semanas en prisión, una situación inédita para todos ellos pero que están soportando con "gran entereza", según afirman fuentes de su entorno a La Información. Los miembros del Govern destituidos reciben los fines de semana la visita de sus familiares, a los que cuentan cómo pasan el día a día en la prisión de Estremera, que es donde se encuentra internado el exvicepresident, Carles Mundó (exconseller de Justicia), Jordi Turull (Presidencia y Portavoz), Josep Rull (Territorio y Sostenibilidad), Joaquim Forn (Interior) y Raül Romeva (Exteriores).

Fue el pasado sábado cuando Junqueras recibió la visita de su esposa, Neus Bramona y Fontcuberta, que es también una activa militante de ERC. Ambos llevaban hasta la entrada en prisión del exnúmero dos del Govern una vida totalmente inusual en la que apenas pasaban por su domicilio particular. Ahora, Bramona vive en Barcelona y aprovecha los fines de semana para viajar hasta la prisión de Estremera para pasar unos minutos con su marido.

Junqueras lleva en el módulo 7 de Estremera un día a día de lo más normal, siempre según su entorno. Incluso, destaca que una jornada en esta nueva situación es hasta más tranquila de las que tenía en su etapa en la política activa. Suele dormir las ocho horas recomendadas y comer en los periodos de tiempo estipulados para ello, algo que no cumplía precisamente cuando era vicepresident del Govern catalán.

Aunque, evidentemente, Junqueras desea salir de prisión cuanto antes, él no pierde el humor. Incluso bromea con que entre rejas no le dejen usar el móvil. Esta actitud se explican porque en las últimas semanas en las que estuvo en libertad el presidente de ERC renunció a utilizar su terminal telefónico por temor a ser espiado por el CNI. Ya no hablaba por su móvil y había ordenado que todo se hiciera en persona o bien a través de su equipo de colaboradores. 

Otro aspecto importante en la vida en prisión de Junqueras es el deporte, al que dedica algo de tiempo cada día. Suele jugar al baloncesto. Su rival: el exconseller Carles Mundó. "Sí, echa unas canastas cada día con Mundó en el patio, así se entretiene", especifican desde su antiguo equipo de colaboradores. El exvicepresident es un aficionado al basket, como demuestra la imagen que se tomó con Jordi Villacampa el día que le entregó una camiseta del Juventut de Badalona con su apellido:

Oriol Junqueras y los exconsellers también están recibiendo cada día decenas y decenas de cartas de apoyo de catalanes que quieren tener con ellos una muestra de afecto. Les transmiten ánimos y les invitan a continuar en su objetivo de lograr la independencia de Cataluña. Un detalle: todas estas cartas llegan a los exmiembros del Govern abiertas por los funcionarios de la prisión de Estremera por motivos de seguridad.

Otro aspecto importante en el día a día de los exdirigentes de la Generalitat es la lectura, a la que también dedican buena parte de la jornada. Leen toda la prensa y libros. Algunos de ellos, como es el caso de Junqueras, son católicos practicantes y han pedido poder acudir a los oficios religiosos en la cárcel. 

De 8 a 22:30 con varias horas libres

La cárcel de Estremera, situada a 67 kilómetros de Madrid, está considerada como la más peligrosa de España: ha registrado en los últimos seis años el mayor número de agresiones a funcionarios: 124, según los datos oficiales del Ministerio del Interior. Entre esas cuatro paredes, los exaltos cargos de la Generalitat inician su día a las 8 de la mañana, con el recuento de presos. Después, el médico les visita en su celda y les entrega la medicación que deban tomar, en caso de que fuera necesario. Tras ello, los presos de confianza le llevan el desayuno, en platos y cubiertos de plástico que deben entregar después.

Tras el desayuno, la mañana es libre, y se dedica a las actividades que cada preso ha escogido. En torno a la una del mediodía llega el almuerzo. Los presos deben volver a sus habitaciones después de comer, a excepción de aquellos que tienen asignadas labores de limpieza. La tarde fuera de la celda comienza sobre las cuatro y media y es también libre. Después, la cena y, de nuevo, las celdas, que se cierran hasta el día siguiente a las 22:30 horas.

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