España, de nuevo en estado de alarma. Aunque esta versión otoñal de aquel primer confinamiento de finales de invierno nace con menos puño de hierro... pero con la aspiración de ser más largo si es necesario. El Gobierno ha acordado un Real Decreto que pone en marcha desde esta tarde el mecanismo con el que pretende cubrirse las espaldas ante la pandemia hasta el próximo 9 de mayo y que habilitaría la imposición de toques de queda de once de la noche a seis de la mañana en todo el país salvo Canarias (con un margen de una hora antes o después que podrá variar en cada autonomía), según acaba de aprobarse en un Consejo de Ministros extraordinario celebrado este último domingo de octubre. De nuevo, los desplazamientos entre comunidades podrían quedar prohibidos si así lo determina un territorio.
A partir de ahora, la autoridad "delegada" quedaría en manos de los presidentes autonómicos, que serán los que decidan qué confinan dentro de sus territorios, si bien el Ejecutivo central quiere asegurarse una serie de requisitos mínimos que tendrían que cumplirse en todos los territorios a través del Consejo Territorial y según lo acordado el pasado jueves en cuanto a niveles de alerta en función de criterios muy concretos.
En cuanto a una duración tan extendida de las medidas, Moncloa solo tiene asegurados sus primeros 15 días, ya que a partir de las dos semanas debería pedir permiso al Congreso de manera recurrente, pero la idea es que esté vigente durante seis meses, es decir, hasta el próximo 9 de mayo. "¿Por qué seis meses? Porque es lo que recomiendan los expertos para luchar frente a esta segunda ola y doblegar al virus", ha manifestado el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez.
No es toque de queda, es una "restricción a la movilidad"
Según ha ahondado Sánchez en una declaración institucional, la decisión se toma a petición de diez autonomías y Melilla, así como con el aval de los expertos científicos. "Es la herramienta más eficaz para derrotar al virus", ha subrayado antes de apuntar que "este nuevo estado de alarma tiene unas características que lo diferencian claramente" del anterior. Eso sí, la frase para la polémica vino cuando descartó referirse al toque de queda como tal, sino que prefirió evitar "connotaciones" y calificarlo "restricción a la movilidad nocturna",
"Solicito formalmente a todos los grupos parlamentarios que apoyen este decreto" en el Congreso, de modo que se proporcione la "necesaria certidumbre" a toda una sociedad, ha expuesto Sánchez justo antes de comprometerse a levantar la situación en cuanto sea posible sin "alargarlo más de un día" de lo que se tenga que hacer. A este respecto, ha admitido una conversación "cordial" con el presidente del PP, Pablo Casado, sobre el eventual apoyo a la medida en el Parlamento, aunque no ha aclarado nada más.
En cuanto a la población y lo que puede hacer para afrontar esta nueva etapa de la batalla contra la Covid, el presidente ha recomendado salir de casa "lo menos posible". "Que limiten los desplazamientos al mínimo", ha reclamado a la vez que ha apelado a la "responsabilidad social" y ha reconocido "la angustia" de tener que renunciar a tantas cosas a partir de ahora.
En cualquier caso, desde este mismo domingo, las autonomías podrán limitar la permanencia de personas en espacios públicos o privados hasta un máximo de 6 personas, como ya viene ocurriendo en la mayor parte. Con carácter general, la circulación queda vetada desde las 23:00 hasta las 6:00 en todo el país salvo por la causas especificadas en la norma (comprar medicamentos, ir al trabajo, regresar al domicilio, cuidar a mayores o menores); esta medida excluye a Canarias por sus buenos datos epidemiológicos. Pero cada comunidad podrá modular la franja horaria y decidir que sea a partir de las 22:00 o a medianoche y hasta las 5:00 o las 7:00 de la mañana, ha aclarado el jefe del Ejecutivo.
De cifras récord a tiempos duros
Los acontecimientos se habían acelerado desde el pasado jueves, cuando el Ministerio de Sanidad reunió al Consejo Interterritorial y consensuó con las autonomías (salvo la abstención de País Vasco y Madrid) un sistema reglado de situaciones en cuanto a la enfermedad y respuesta común dependiendo del momento en que cada territorio se encuentre. Fue de tal calado la medida que Sánchez explicó en la mañana del viernes este nuevo paquete y aprovechó para advertir que se aproximaban, una vez más, "tiempos muy duros". Pero eludió adelantar acontecimientos con un nuevo estado de alarma. De fondo, el récord absoluto de nuevos contagios y la suma de varias jornadas con más de 200 fallecidos diarios.
Y tan duros: fue terminar Sánchez su declaración institucional y al poco comparecieron los responsables autonómicos de varias regiones reclamando que aprobase de inmediato el mecanismo y así se podrían aplicar de inmediato restricciones más duras en cada territorio. Decisiones como toques de queda nocturnos que, al tocar a la movilidad personal, podría no ser legal si la aplicasen por su cuenta y riesgo la administración autonómica. Solo el estado de alarma, como había explicado Salvador Illa durante la semana, podría amparar sin riesgo ese cierre.
Así que, mientras Sánchez cumplía su histórica visita con el Papa Francisco en la mañana del sábado, ya habían pedido la medida País Vasco, Cataluña, Cantabria, las comunidades gobernadas por el PSOE de Asturias, Extremadura, La Rioja, Navarra, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Baleares, así como la ciudad autónoma de Melilla. De momento ninguna comunidad autónoma gobernada por el PP ha solicitado la declaración del estado de alarma, aunque por ejemplo Castilla y León sí ha recurrido a medidas drásticas como el toque de queda, y Madrid ha prohibido las reuniones entre no convivientes durante la noche.
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