Los grupos feministas convocan 104 eventos

Descontrol y riesgo de masificación: los motivos del Gobierno para vetar el 8-M

Fuentes de la Delegación del Gobierno destacan que es imposible controlar "más 100 manifestaciones en dos días". Sobre otros eventos, como conciertos, recuerdan que no entran en sus competencias. 

Mapa convocatorias 8 M
Descontrol y riesgo de masificación: los motivos del Gobierno para vetar el 8-M.
Delegación del Gobierno

La capital se queda sin 8-M en las calles. Una decisión que "ha sido difícil", en palabras de fuentes de la Delegación del Gobierno en Madrid. Tras examinar exhaustivamente los 104 eventos de los grupos feministas convocantes y según los últimos informes cedidos desde la Consejería de Sanidad, solo han visto una salida. Tal y como anunció ayer el delegado del Gobierno, José Manuel Franco, el endurecimiento del discurso y la consecuente cancelación de los eventos es por "motivos de salud publica". La Delegación teme que la acumulación de personas derive en más contagios. Además, defiende que Madrid, junto con Ceuta y Melilla, continúa en riesgo extremo por encima de 250 casos cada 100.000 habitantes en 14 días. 

Los grupos feministas habían empezado a adaptarse a las medidas restrictivas anunciadas desde la Delegación la semana pasada, unas limitaciones que respondían al informe de la Consejería de Sanidad, que entonces recomendaba que las concentraciones no fueran de más de 500 personas. Desde UP, una primera declaración de Echenique mantenía la ambigüedad al declarar que Podemos acudiría a las manifestaciones si eran convocadas por agrupaciones feministas. Sin embargo, más tarde,   la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Victoria Rosell declaraba en 'La hora de la 1' que este 8-M sería creativo,  y la ministra de Igualdad subscribía el mensaje en Twitter afirmando que la celebración se haría "respetando escrupulosamente lo que digan las autoridades sanitarias". 

Desde agrupaciones feministas, el Movimiento Feminista de Madrid (MFM) anunciaba la semana pasada que en su manifestación de Callao, una de las 104 planteadas a la Delegación, acudirían 250 mujeres. Todas ellas protegidas con doble mascarilla, manteniendo la distancia de seguridad y supervisando el control de aforo con patrullas cívicas. Además, a lo largo de los días puntualizaban que reducían aún más el aforo del evento a 150 personas, un número muy inferior a las 500 personas estipuladas como límite por la Consejería. Ahora están indignadas, como también lo está el Sindicato de Estudiantes y la Comisión 8-M Madrid, que acusan a las autoridades de "criminalizar el feminismo" y amenazan con recurrir la prohibición, según informaba ayer Efe. 

De esta forma, el rechazo feminista al veto de la Delegación es contundente: "Nos comprometíamos a cumplir con la distancia de seguridad, el uso de mascarillas y gel hidroalcohólico durante todo el acto, lo que no se ha cumplido en otras manifestaciones y concentraciones convocadas con anterioridad durante el Estado de alarma", denunciaba en su perfil de Twitter MFM. Por su parte, desde la Delegación del Gobierno, defienden que la decisión ha sido fruto de una "larga reflexión". 

Y que, al principio, no preveían que fueran a ser tantas concentraciones: "Se sumaron todas las convocatorias, un 70% eran del 8-M pero el 30% restante no. Sumaban 104". Y ante el riesgo de descontrol, finalmente, decidieron ser contundentes: "El resultado es una locura. Acabamos de examinarlas todas, y no podíamos permitir esa acumulación de manifestaciones en Madrid. Más de 100 en dos días, se puede desbordar", declaraban ayer a La Información fuentes de la Delegación. 

Son conscientes de que han "apurado" los plazos pero, explican, han estado "a la espera de los últimos informes de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid". Y, además, también estaban pendientes de las resoluciones del Consejo Interterritorial de Sanidad: "Hasta que no tuviéramos toda la información no podíamos valorar", defienden. Concluyen que la decisión ha sido tomada teniendo en cuenta la recomendación de la Consejería de Sanidad, pero también por el Ministerio que lleva Carolina Darias.  

"Pueden decir que se concentran 250 personas y que no se van a mover, pero pueden acabar juntándose 2.000 personas. Y el centro de Madrid no es tan grande", sentencian. Finalmente, y ante la polémica generada por otros eventos que sí se han permitido como el de Rafael en diciembre, la Delegación se escuda en que ese tipo de eventos no son competencia suya, sino "de la Comunidad Autónoma o el Ayuntamiento". 

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