Tras la operación Balmis

Los militares se reivindican con la crisis y exigen subidas como a los policías

Los profesionales de las Fuerzas Armadas proponen de inicio una subida lineal de 100 euros y eliminar la reducción que se les aplica a los 63 años en un paquete que podría ascender a 2.000 millones de coste.

Militares de la Operación Balmis desinfectando un hospital
Militares de la Operación Balmis desinfectando un hospital.
EFE

Los militares han dicho basta y exigen al Gobierno incluir en los próximos Presupuestos una subida que anime sus "injustas" retribuciones. Tras una labor fundamental durante la pandemia, a través de una Operación Balmis que movilizó a decenas de miles de efectivos en misiones de seguridad, intendencia y limpieza durante los peores momentos del confinamiento, los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, que cuentan con los "los sueldos más bajos de toda la administración", según denuncian, reclaman la equiparación salarial. No lo sacan de la nada, sino que apuntan a lo ocurrido con la Policía Nacional o la Guardia Civil. "No podemos ser los eternos olvidados", resaltan.

En la actualidad, un soldado o marinero profesional cobra entre unos 1.020 y 1.035 euros al mes, un importe en el que ya se incluyen los posibles complementos. La cifra supone una diferencia de poco menos de 100 euros entre las retribuciones de este cuerpo y el importe mínimo que fija el SMI en la actualidad, 950 euros. Marco Antonio Gómez Martín, presidente de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) denuncia que son sueldos "míseros" y que no se corresponden ni con su formación ni con sus responsabilidades, entre las que se incluyen "llevar carros de combate de 12 millones de euros".

La situación es especialmente precaria para los militares con familiares a cargo. Algunos, reconoce Gómez Martín, se plantean salirse de las Fuerzas Armadas y quedarse en casa. "Con el salario mínimo vital ganamos 1.200 euros" en caso de tener descendencia, lamenta. Con lo que las cuentas son bastante claras en su opinión.

Para poder cambiar esta situación exigen, como punto de partida, una subida lineal de 100 euros mensuales para todos los militares de las Fuerzas Armadas en activo y en reserva y la eliminación de la segunda disminución retributiva en la situación de reserva al cumplir 63 años. No obstante, Gómez Martín asegura que se trata de "una propuesta inicial" a partir de la cual se puede abrir una mesa de negociación. Reconoce que "no estamos para pedir una subida de 1.000 euros", pero demandan al menos una "respuesta del ministerio" para implementar a largo plazo.

Pero la pelota está sobre todo en el tejado de Hacienda, más que en el que dirige Margarita Robles. Más que nunca en estas semanas y meses en los que se habla de la confección de los Presupuestos Generales del Estado para 2021. La ATME, junto a otras tres asociaciones, AUME, ASFASPRO Y UMT, ya han remitido una carta a la ministra Montero para exponer sus "problemas retributivos", después de que la de Defensa les transmitiera su comprensión pero reconociera que no podía comprometerse a que este aumento salarial fuera incluido en las cuentas públicas que el Gobierno quiere llevar al Congreso este otoño.

El coste total de esta petición inicial ascendería, según calculan las asociaciones militares, a 2.000 millones de euros en una partida de presupuestos donde Defensa, en los últimos PGE aprobados, copó 8.400 millones. Sin embargo, como denuncia el presidente de la ATME, en esas cuentas "el factor humano está olvidado". Todo ello, pese a que las diferentes administraciones públicas a las que han recurrido, el Observatorio de la Vida Militar o la Comisión de Defensa en el Congreso, entre otros, han reconocido que los salarios están por debajo de su trabajo.

“Agravio” hacia los militares respecto a los otros cuerpos

La reivindicación de una mejora salarial no es nueva. "Llevamos años" reivindicando esta subida, defiende Gómez, quien también subraya que "no es el momento de ser oportunistas, pero no podemos más, nuestras familias tienen que comer, estudiar…". Durante los últimos años las retribuciones de las fuerzas armadas únicamente se han visto actualizadas por el IPC, pero no por una subida salarial añadida. La última la llevó a cabo José Bono en 2005.

Pese a que la reivindicación de una mejora de las condiciones lleva años pendiente, en los últimos meses las movilizaciones son más notorias después de que se aprobara la subida salarial de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y, en paralelo, los militares hayan ganado en visibilidad y reconocimiento a su trabajo por su presencia casi masiva durante la lucha contra la Covid-19. 

Los sueldos de las Fuerzas Armadas han estado tradicionalmente por debajo, pero tras la equiparación salarial de policías y guardias civiles la diferencia es aún mayor. "Los 100.000 hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas con empleo inferior a capitán, lo que incluye a tenientes graduados con cinco años de academia (subgrupo A1 de la Administración) y subtenientes con tres años de academia y 35 años de servicio (subgrupo A2), se encuentran con nóminas inferiores a la de un guardia civil o un policía que acaba de egresar tras unos meses de formación (subgrupo C1)", denuncian y explican las asociaciones militares en la carta remitida a la ministra Montero.

"¿Qué hace diferente un militar que un Guardia Civil?", se cuestiona el presidente de la ATME. En 2018, la Policía Nacional pasó a percibir un 14,23% más que en 2017 y la Guardia Civil un 17,58% tras las movilizaciones efectuadas. Parte del problema reside en la capacidad de protesta, para los que los militares están más limitados. "Nosotros tenemos parte de nuestros derechos coartados por la ley, no podemos sindicalizarnos, por ejemplo", recuerda Gómez Martín. Las diferencias también radican en la normativa que se aplica: "Cuando interesa somos funcionarios, para quitarnos la paga extra, reducirnos el sueldo…, pero para el aumento somos militares".

A pesar de la "mísera" situación que denuncian, reivindican su compromiso con España. "El ejército siempre va sin poner un pero", insiste el presidente de la ATME; "los militares estamos al servicio de los ciudadanos, del país, hemos demostrado que estamos ahí, pero no podemos ser los eternos olvidados". 

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