Moncloa canta victoria por el veto a Iceta: "Ha sido un win-win, como en los PGE"

Sánchez sigue apostando por la vía Iceta/EFE (Robin Townsend)
Sánchez sigue apostando por la vía Iceta/EFE (Robin Townsend)
EFE

En Moncloa concluyen que el naufragio del 'plan Iceta' les va a dar votos en las municipales, autonómicas y europeas del próximo 26 de mayo. El líder del PSC no podrá ser senador, al menos de momento, y, por tanto, no podrá presidir la Cámara Alta, pero los socialistas creen salir reforzados como un partido que defiende el orden constitucional y que no se pliega a las maniobras de los independentistas catalanes, por si hubiera alguna duda, dicen.

El equipo de estrategas de Sánchez había diseñado la operación en pleno puente de mayo. Mientras el presidente en funciones descansaba en Quintos de Mora pensaron en lanzar el nombre de Iceta para presidir el Senado y que los independentistas se retrataron. Vieron que no existían precedentes de veto y calcularon los pros y los contras en caso de que los independentistas, de nuevo, intentaran hacer saltar por los aires los planes de los socialistas. Al final apretaron el botón y decidieron hacer marcharse a José Montilla para que Iceta ocupara su lugar.

Era una operación "win-win", explican fuentes del comité de campaña socialista. Es decir, pasara lo que pasara Sánchez iba a ganar. Si Iceta era elegido el presidente en funciones podría presumir de haber colocado por primera vez a un catalán al frente del Senado en un gesto de mano tendida hacia los independentistas. Y si rechazaban su designación, como así ha ocurrido, podrían dejar claro que no hay ningún tipo de pacto con ERC y JxCAT en un momento en el que desde la oposición se están hablando, incluso, de posibles indultos a los exdirigentes de la Generalitat en prisión.

"Hemos quedado como los únicos que defendemos el orden constitucional; ni PP ni Ciudadanos han estado a la altura", continúan las mismas fuentes socialistas sobre el resultado del 'plan Iceta'. Es decir, ahora el PSOE se encargará de repetir una y otra vez que no existe ningún cambio de cromos con unos partidos a los que en Moncloa han colgado el cartel de "no fiables" desde hace tiempo. Táctica "win-win", en definitiva.

Se trata de la misma estrategia que Sánchez y su equipo aplicó con los Presupuestos Generales del Estado de 2019. Entonces los socialistas se negaron a negociar con los independentistas cualquier aspecto ajeno a las cuentas públicas y por eso no pudieron aprobarlos. Presentaron el proyecto de ley conscientes de que podían rechazarlo, como así ocurrió, pero convirtieron ese veto en el primer acto de la exitosa campaña electoral del sanchismo. "Era un win-win, como se hizo con los Presupuestos", certifican desde el sanchismo.

Ayer mismo, la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, se encargo de remarcar que Sánchez sigue apostando por el diálogo político, siempre dentro de la Constitución. Advirtió a ERC que su veto a Iceta tendrá "obviamente consecuencias jurídicas", precisando que el Ejecutivo continuará impulsando el diálogo político en el marco de la Carta Magna: "Lo que los demás no están haciendo", añadió en referencia a PP y Cs.

El propio Sánchez, en el mitin de San Sebastián del pasado miércoles, dijo que los independentistas "no están vetando a Iceta, están vetando a la negociación, al diálogo, al entendimiento". El líder de los socialistas insistió en que ERC y JxCAT no tienen que tener miedo a encontrar una solución al conflicto que, según afirmó, tiene que venir de la mano de la Constitución. Un argumento más de campaña, en toda regla.

Pero a pesar de ser una victoria política, lo que sí se le complica a Sánchez es la reforma de la financiación autonómica. El nuevo Gobierno puede aprobar un nuevo modelo sin contar con los independentistas catalanes, pero la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya ha reconocido que quiere incorporarles a la mesa de negociación. La andaluza apeló ayer a la "generosidad y altura de miras" de las comunidades autónomas para aprobar un nuevo modelo y añadió que sería "incomprensible" que Cataluña no participara en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. "Ninguna comunidad tiene derecho a vetar una política que beneficia a todas", defendió la titular de Hacienda, remarcando que Cataluña "no solo tiene que estar, sino sabiendo que hay que ceder muchas veces para llegar a puntos de encuentro".

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