PSOE y ERC escenifican un choque para allanar el congreso de los republicanos

  • Moncloa solo tardó unos minutos en responder a la suspensión de negociaciones de investidura planteada por los 'indepes' tras la decisión del TJUE.
Adriana Lastra y Gabriel Rufián
Adriana Lastra y Gabriel Rufián
EFE

Ni 15 minutos. Eso fue lo que tardó el Gobierno de Pedro Sánchez en responder al órdago de ERC de suspender las negociaciones para la investidura si no se pronunciaban sobre la decisión de la Justicia Europea sobre Oriol Junqueras. Un aviso de los independentistas que parecía una amenaza seria a las posibilidades del líder del PSOE de repetir en la Presidencia. Pero que con la respuesta inmediata de Moncloa evidencia más una escenificación que un choque real que pueda poner en peligro las conversaciones que se llevan produciendo desde hace más de un mes. Y que coincide con las horas previas del Congreso Nacional de los republicanos, del que saldrá su hoja de ruta para abogar por la autodeterminación. Pero que también dejará allanado el camino hacia su abstención en la votación clave del Congreso. 

El reconocimiento a los derechos de Junqueras como diputado es una gran victoria para el independentismo. Especialmente cuando lleva meses rechazando las decisiones del Gobierno sobre Cataluña o cuestionando la validez de la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés. El dictamen del TJUE respalda de manera clara esta postura de los republicanos, y les da un argumento más en sus exigencias de convocar un referéndum de autodeterminación. Pero también significa que ERC tiene aún más complicado explicar una posible abstención en el debate de investidura, a pesar de que las fuentes de la negociación consultadas aseguran que el entendimiento creciente entre ambas partes no peligra. De hecho, los socialistas se mantenían "tranquilos" y aseguraban que lo ocurrido con el exvicepresident catalán "no afecta a nuestro diálogo".

Todo cambió cuando salió Marta Vilalta a escenificar ese supuesto encontronazo. Que el congreso de la formación independentista sea este sábado es uno de los principales motivos para mostrar esa firmeza ante el mismo Ejecutivo que parecía tener lista la respuesta al guante que le lanzaron para que opinaran sobre el fallo europeo. De ese evento saldrá la ponencia política que marcará la línea a su renovada dirección. Un documento en el que quieren demostrar que siguen apostando por la independencia para contentar a los sectores más radicales, que son los que quieren inflexibilidad y un rechazo frontal a Sánchez.

Algo que responde al "miedo" que tienen al ascenso de la CUP y de Carles Puigdemont en un hipotético adelanto electoral en Cataluña, ya que ellos sí cumplen con esa oposición a todo lo que tenga que ver con el Estado. Especialmente significativo es lo que concierne al expresident fugado, ya que puede salir beneficiado de la decisión sobre Junqueras. Aunque no está muy claro que le sirva para volver a concurrir a unos comicios catalanes, ya que mantiene cuentas pendientes con la Justicia española previas a su elección como eurodiputado, sí le puede permitir moverse con libertad por el resto de Europa.

Las posturas en el partido

ERC pasó por varias fases durante la jornada del jueves, que comenzó precisamente con esa decisión del Tribunal de Justicia Europeo de reconocer los derechos como eurodiputado de su líder. El primero en reaccionar fue el vicepresidente catalán, Pere Aragonès, que celebró el fallo judicial y exigió la libertad de su jefe de filas. Pero lo hizo con un tono moderado y sin cargar las tintas contra el Gobierno o el sistema judicial. Una actitud con la que cumplió su papel de ser la figura conciliadora de Esquerra. El mismo rol que quiere explotar para alcanzar el liderazgo del partido tras la condena por el procés a Junqueras, la cual no se anula por lo dicho por el TJUE.

Pero ese talante contrastó con dos de los 'rivales' internos de Aragonès. Su principal oposición en la lucha por el liderazgo del partido, Roger Torrent, salió casi a la vez en tromba contra el Tribunal Supremo por la sentencia del procés. Según el presidente del Parlament, la decisión de Europa debía suponer la anulación de toda la causa del referéndum del 1 de octubre. Una línea que siguió más tarde la portavoz en Cataluña, Marta Vilalta, que fue quien anunció esa suspensión de negociaciones con los socialistas hasta conocer la valoración de la Abogacía del Estado sobre el fallo. "No está previsto que desde ERC nos volvamos a sentar con el PSOE hasta que no sepamos lo que piensa el PSOE sobre esta sentencia y qué valoraciones hace, qué dice y qué hará la Abogacía del Estado", añadió Vilalta. 

Mientras unos y otros dejaban clara su actitud ante el fallo, había otros que optaban por mostrar un perfil bajo. Ese fue el caso de Gabriel Rufián, que limitó su exposición a su cuenta de Twitter y calificó la decisión de Europa de "victoria frente a la injusticia española". Pero que haya cedido el protagonismo a Aragonès, Torrent o Vilalta contrasta con su papel de dirigente del partido más conocido en todo el país. Especialmente llamativo es que la suspensión de negociaciones con el PSOE no la anunciara él y sí la portavoz en Cataluña, ya que Rufián es el principal negociador y el que más reuniones ha mantenido con dirigentes socialistas como Adriana Lastra. Además, es el que volverá a llevar la voz cantante en el Congreso en la próxima legislatura. 

El baile de fechas

Mientras tanto, siguen las dudas sobre cuándo se celebrará el debate de investidura en el Congreso. PSOE y Unidas Podemos insisten en apretar para que se deje todo atado antes de que acabe el año. Pero son conscientes de que todo depende de la disposición de ERC, que lleva dos semanas insistiendo en que no tiene prisa. Fuentes del partido de Pablo Iglesias señalaron que toma más forma la opción de que se celebre a principio de 2020, con el 4 de enero como día de la primera sesión, y los días 5 y 7 como fechas de las votaciones. Mientras, entre los socialistas mantienen su apuesta de comenzar el 27 de diciembre y acabar el 30 con la segunda votación. 

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