Lunes de 'cumbre' y ya van dos en apenas tres semanas de curso político. Moncloa salió moderadamente satisfecha del marco que dejó la reunión bilateral que mantuvieron el presidente, Pedro Sánchez, y la jefa del Ejecutivo madrileño, Isabel Díaz Ayuso, pero en algunos sectores del PSOE la opinión no es la misma. Sin ir más lejos, creen que el perjudicado es el PSOE-M, la federación socialista que hace unos días llegó a poner sobre la mesa la posibilidad de plantear una moción de censura. No entienden el por qué de un acto tan político y centrado en la imagen, sin medidas concretas a aplicar en un momento en el que los ciudadanos reclaman soluciones urgentes.
La 'cumbre de Sol', justo tres semanas después que la del Ibex, fue una escenificación de paz en toda regla. Una 'entente cordiale' afinada con intención por los gabinetes de Sánchez y Ayuso. Iván Redondo y Miguel Ángel Rodríguez, junto a sus equipos de protocolo, se encargaron de poner música a esta nueva etapa de colaboración. Acordaron al alimón colocar 24 banderas detrás de los dos protagonistas, el saludo, el lugar de la cita, la firma de Sánchez en el libro de honor... Todo estaba acordado durante las horas previas. Objetivo: que no hubiera ni vencedor ni vencido. Y, según fuentes del Gobierno, para evitar "salidas de tono" de la presidenta Ayuso.
Pero estas tablas que han quedado plasmadas en el Grupo Covid-19 y las dos unidades de apoyo son calificadas en el seno del PSOE como "teatro". No entienden tal escenificación es un momento crítico para el Gobierno autonómico donde hasta este domingo mismo las voces en el partido eran críticas con Isabel Díaz Ayuso. La portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, denunciaba apenas horas antes del encuentro la "incompetencia, falta de coherencia, claridad y seriedad" del Gobierno autonómico y arremetía contra el "destrozo de la Sanidad pública" en la región.
La reunión de Sánchez y Ayuso marca el camino a seguir por el PSOE a corto y medio plazo. El argumentario crítico de los socialistas con la presidente regional y su equipo va a tener que ser reconstruido y moderado, asumen los socialistas. Y ese giro es lo que tampoco entienden en los sectores más 'cafeteros' del partido que ven en la cita y en el Grupo Covid más riesgos que ventajas en este momento político y, recuerdan, después de los continuos desplantes del Ejecutivo de Ayuso a Sánchez en varias cumbres de presidentes. No olvidan que a una de ellas se conectó tarde por acudir a Barajas a recibir material sanitario y en otra se marchó antes para asistir a misa en La Almudena.
La cita de Sol sorprende, además, al PSOE-M con el pie cambiado. Ayer, mientras los ministros de Sanidad y Política Territorial, Salvador Illa y Carolina Darias, asistían a la primera reunión del Grupo Covid, los socialistas madrileños se sumaban a la convocatoria de una manifestación el próximo domingo contra la gestión de la pandemia por parte del Gobierno de Ayuso. Para más inri, José Manuel Franco, líder del partido en la comunidad, formará parte de la unidad técnica que se reunirá cada dos semanas para proponer medidas y actuaciones en la región.
Dos socialistas elevaron ayer la voz contra lo sucedido en Sol. Uno fue el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, que dijo este lunes que no le parece "normal" que la reunión sea noticia. Isidoro Ortega, concejal socialista de Fuenlabrada, fue bastante más lejos al reclamar al Gobierno un 155 urgente.
Quien también ha discrepado con la 'cumbre' de Sol es Unidas Podemos. Lo ha hecho en público, en forma de mensaje en Twitter: "Se sabe que lo más eficaz para enfrentar el virus es el refuerzo de la sanidad, de la educación y del transporte público. Que, ante la situación de Madrid, el Gobierno Ayuso-Aguado apueste por la criminalización de la pobreza y la segregación es indecente e irresponsable". La cita con Ayuso deja, en definitiva, varias heridas abiertas que tardarán en supurar.
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