Pedro Sánchez ha optado por desgajar el actual Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social en dos, en un complicado ejercicio de equilibrio para dejar entrar a Unidas Podemos en el terreno laboral del futuro Gobierno de coalición sin cederles el control de las pensiones públicas, caballo de batalla de los socialistas. La diputada gallega Yolanda Díaz será la nueva ministra de Trabajo, tal y como ha confirmado Moncloa hace escasas horas, y la actual titular de la cartera, Magdalena Valerio, seguirá en el Ejecutivo como ministra de Seguridad Social y Migraciones, según adelantan fuentes de su entorno a La Información.
De confirmarse este movimiento, Sánchez dejaría a la ministra de Iglesias exclusivamente el área de Trabajo, despojándola de la gestión de las pensiones y del control de las políticas migratorias. A esas tareas se seguirá dedicando Valerio, que controlará la caja al conservar las funciones relativas a la afiliación, cotización, recaudación, pago y gestión de las prestaciones económicas, salvo las correspondientes a la cobertura de desempleo, que seguirían dependiendo del área de Trabajo.
Fue una de las líneas rojas de Sánchez en su negociación con Iglesias: las pensiones las seguirá controlando el flanco socialista de la coalición. Como se adelantó en estas páginas, el líder del PSOE se abrió a ceder a Podemos el Ministerio de Trabajo, pero no la Seguridad Social, que junto a Migraciones permanecerá bajo la tutela de Valerio, según varias fuentes cercanas a la actual ministra en funciones y a la espera de que se confirme el nombramiento de manera oficial en los próximos días u horas. Por el momento, en Moncloa guardan silencio respecto a este asunto.
Desde que Unidas Podemos empezase a filtrar los nombres de sus ministros el goteo de información sobre la composición del nuevo Ejecutivo ha sido constante, pero siempre respecto a los asientos 'morados' del Consejo de Ministros. Los socialistas, por su parte, han mantenido el pacto de silencio. Hasta esta misma mañana, cuando Moncloa ha confirmado los cuatro ministerios de UP, la vicepresidencia de Iglesias y las dos de Carmen Calvo y Nadia Calviño y una sorpresa: una cuarta vicepresidencia para Teresa Ribera.
Unidas Podemos contará con cuatro carteras: la de Trabajo, de Yolanda Díaz; la de Igualdad, de Irene Montero; la de Universidades, de Manuel Castells; y la de Consumo, de Alberto Garzón. Colgarán de la vicepresidencia de Iglesias, de Derechos Sociales y Agenda 2030. Y el PSOE se reservará tres vicepresidencias, diluyendo el poder de Pablo Iglesias y los cargos de Unidas Podemos. En números: los morados aportan el 23% de los escaños al Gobierno de coalición (35 frente a 120 del PSOE) y van a tener el 25% de las vicepresidencias.
Un Ministerio propio
La influencia de los de Iglesias se diluye por tanto en todas las áreas, pero especialmente en materia de pensiones. Al constituir la Seguridad Social como un Ministerio propio e independiente gestionado por Valerio el PSOE quita a Podemos cualquier poder de acción respecto a una de las políticas que es prioritaria para las dos formaciones, tal y como se refleja en su acuerdo programático, que apuesta por unas pensiones dignas que garanticen el poder adquisitivo de los pensionistas en el contexto de una amplia reforma del sistema de la Seguridad Social.
Sánchez conservará así el poder sobre los cerca de 150.000 millones de euros que suponen las pensiones públicas cada año. Para el líder socialista era prioritario conservar este apartado y por eso ha estado estudiando al detalle la fórmula para desligarlo del actual Ministerio de Trabajo. Se llegó a plantear una opción diseñada en su día por José Luis Rodríguez Zapatero para crear una Agencia Estatal de la Administración de la Seguridad Social, un organismo independiente que nunca llegó a desarrollarse. Finalmente, según las fuentes consultadas, ha optado por crear un nuevo departamento ministerial bautizado como Ministerio de Seguridad Social y Migraciones, con Valerio al frente.
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