Y reformar la OMS

La clave de Bill Gates para impedir otra pandemia: más vacunas basadas en ARN

A pesar de que el mundo no ha descubierto su potencial hasta ahora, el fundador de Microsoft lleva financiando proyectos sobre inmunología y genética desde 2014.

Bill Gates, durante una entrevista con el New York Times.
La clave de Bill Gates para impedir otra pandemia: más vacunas basadas en ARN.
EP

Entre las labores filantrópicas que llevan a cabo Bill Gates y su mujer Melinda desde hace años se encuentra la financiación de decenas de proyectos de investigación contra diversas enfermedades. De hecho, desde que comenzase la crisis del coronavirus, el fundador de Microsoft ha invertido miles de millones de euros en encontrar una cura para la Covid. Y, a pesar de que el mundo no ha descubierto su potencial hasta ahora, la fundación de la pareja lleva financiando proyectos sobre inmunología y genética desde 2014. Por eso, la clave para impedir otra pandemia global en el futuro reside en la investigación de vacunas basadas en el ARNm [ARN mensajero], tal y como señala su carta anual publicada en Gates Notes.

Pero, ¿por qué son tan importantes las vacunas basadas en el ARNm? "Las vacunas de ARNm son un nuevo tipo de vacuna capaces de dar instrucciones para enseñar a tu cuerpo a combatir un patógeno", resume Gates en su carta. La explicación más larga es que "el ARN mensajero tiene instrucciones para producir la proteína que controla la 'llave' [por donde entra el virus en las células humanas]. Cuando a una persona se le administra la vacuna, algunas de sus células 'leen' las instrucciones del ARNm y, temporalmente, producen esa proteína" que produce una respuesta de anticuerpos, tal y como explicaba hace unas semanas Harold Enzmann, del Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA).

Algunas de las vacunas que se ya se están inoculando en muchos países del mundo se basan en el ARNm. Por ejemplo, en España, la vacuna de Pfizer/BioNtech se basa en el genoma del coronavirus, en concreto en el gen que codifica para la proteína S (la glicoproteína de la envoltura del virus que actúa como la llave que se une al receptor de la célula). En concreto, la secuencia utilizada se ha modificado para aumentar su estabilidad y facilitar que la célula sea capaz de leerla, traducirla y sintetizar la proteína viral. Pero, como señala Gates, la investigación de estas vacunas basadas en ARN mensajero monocatenario no es nueva, y hay ensayos previos con otras enfermedades como el ébola, el zika o la propia gripe.

"Aunque nuestra fundación ha estado financiando la investigación de esta nueva fórmula desde 2014, hasta el mes pasado no se había aprobado el uso de ninguna vacuna de ARNm. Esta pandemia ha acelerado enormemente el proceso de su desarrollo", apunta Gates, que predice que a partir de ahora "las vacunas de ARNm se desarrollarán más rápido, serán más fáciles de escalar y más estables para almacenar durante los próximos cinco a diez años. Eso sería un gran avance, tanto para futuras pandemias como para otros desafíos de salud mundial. Las vacunas de ARNm son una plataforma prometedora para enfermedades como el VIH, la tuberculosis o la malaria. El progreso en I+D logrado como resultado de Covid-19 podría algún día darnos las herramientas que necesitamos para terminar finalmente con estas enfermedades mortales".

Reformar la OMS y crear un sistema mundial de alertas

Sin embargo, cuando se trata de prevenir pandemias, las herramientas científicas por sí solas no son suficientes. También se necesita monitorizar constantemente los patógenos potencialmente pandémicos y activar los protocolos tan pronto como se necesiten. En este sentido, Gates propone reformar el sistema mundial de alertas y, en consecuencia, el papel de la Organización Mundial de la Salud (OMS): "Primero, necesitamos detectar los brotes de las enfermedades tan pronto como ocurran, donde sea que ocurran. Eso requerirá un sistema de alerta global, que hoy en día no tenemos a gran escala". 

"La columna vertebral de este sistema serían las pruebas de diagnóstico. Supongamos que hay una enfermera en una clínica de salud en un entorno rural, que observa que aparecen más pacientes con tos de los que cabría esperar en una época concreta del año, o incluso que mueren más personas de lo normal. Entonces, lo normal es que realice pruebas para detectar patógenos comunes. Pero si ninguno de ellos da positivo, su muestra debería enviarse a otro lugar para secuenciarla y lograr una mayor investigación", propone Gates.

"Si esa muestra resulta ser un patógeno muy infeccioso o completamente nuevo, un grupo de 'socorristas' de enfermedades infecciosas entraría en acción. Digamos que este cuerpo sería como un escuadrón de bomberos contra una pandemia. Al igual que los bomberos, serían profesionales completamente capacitados que están listos para responder a posibles crisis en cualquier momento. Cuando no estuvieran respondiendo activamente a un brote, podrían estar trabajando en enfermedades como la malaria y la poliomielitis. Calculo que necesitamos alrededor de 3.000 de estos 'socorristas' en todo el mundo", apunta Gates.

"Para aprender a utilizar mejor estos equipos de respuesta inmediata, el mundo necesita simulaciones que nos permitan practicar, analizar y mejorar la forma en que respondemos a los brotes de enfermedades, al igual que los juegos de guerra permiten que los militares se preparen para la guerra en la vida real. La velocidad importa en una pandemia. Cuanto más rápido se actúe, más rápido se frenará el crecimiento exponencial del virus. Los lugares que han tenido experiencias recientes con brotes respiratorios, como Taiwán con el SARS y Corea del Sur con MERS, respondieron a la Covid-19 más rápidamente que otros lugares, porque ya sabían qué hacer", añade.

"En última instancia, lo que me hace ser más optimista para la próxima vez es también lo más simple: el mundo ahora comprende lo en serio que debemos tomarnos las pandemias. Nadie necesita estar convencido de que una enfermedad infecciosa podría matar a millones de personas o colapsar la economía mundial. El dolor del año pasado quedará grabado en el pensamiento de la gente durante una generación. Espero que veamos un amplio apoyo a los esfuerzos que aseguren que nunca más tengamos que experimentar esto de nuevo", concluye.

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