Miran hacia Asia

Apetito por los emergentes: las gestoras ven oportunidades en el largo plazo

Desde el comienzo de la pandemia, el MSCI EM (mercados emergentes) ha perdido un 12%, con un rendimiento inferior al del MSCI World en 3,1 puntos básicos

Apetito por los emergentes: las gestoras ven oportunidades en el largo plazo
Apetito por los emergentes: las gestoras ven oportunidades en el largo plazo
Pixabay

La pandemia ha generado muchas dudas a los inversores. La falta de correlación entre los mercados y la economía real resulta paradigmática si se toma como referencia la evolución plasmada en otras recesiones. Por eso, la búsqueda de oportunidades en las que invertir resulta aún más compleja si cabe que ante otras situaciones, aunque las gestoras siguen activando su radar pensando en el largo plazo.

Teniendo en cuenta este telón de fondo, conociendo que en Estados Unidos se ha producido una recuperación de casi el 40% del S&P 500 desde el suelo del pasado 23 de marzo, la cuestión es si hay otras áreas que pueden presentar atractivo en el plano de la inversión. Y es que cuesta mucho tirarse a la piscina cuando no se sabe la cantidad de agua que realmente existe.

Sin embargo, muchos expertos consideran que, con un enfoque algo más amplio, los mercados emergentes sí pueden tener algún tipo de posibilidad de captar rendimientos si se disecciona bien el grano de la paga. Desde el comienzo de la pandemia, el MSCI EM (mercados emergentes) ha perdido un 12%, con un rendimiento inferior al del MSCI World en 3,1 puntos básicos. Las intervenciones de política global a finales de marzo de 2020 provocaron la reversión de las bolsas.

Las acciones de los mercados emergentes recuperaron algunas de las pérdidas mediante un repunte sin precedentes (del 32,5%), habiéndose beneficiado de la caída de los rendimientos (-320 punto básicos), los diferenciales del Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (-230 puntos básicos) y un dólar relativamente más débil (-4,2%).

Vladimir Oleinikov, Senior Quantitative Analyst de Generali Investments, destaca que la respuesta masiva de la política fiscal y monetaria (más en los mercados desarrollados) está apoyando una expansión bastante espectacular de los múltiplos de las acciones a nivel mundial. “Esta tendencia de la política se mantendrá al menos en los próximos meses”, dice.

“En cuanto a los múltiplos, los mercados emergentes están negociando con una ligera prima del 4% frente a la media histórica, pero el PER ajustado al ciclo es una desviación estándar por debajo de la media”, destaca Oleinikov. El impulso de la brecha del margen de los mercados emergente en relación con los bonos 'high yield' de Estados Unidos (de menor calificación crediticia) muestra el atractivo relativo de los PER de los mercados emergentes frente a los estadounidenses, en opinión del experto.

Suzanne Hutchins, gestora del BNY Mellon Global Real Return Fund, va en una línea bastante similar. “Los mercados emergentes acabarán saliendo beneficiados a largo plazo, sobre todo si el dólar estadounidense continúa depreciándose”, resalta. “Esto debería respaldar las condiciones de liquidez en aquellas regiones en las que la riqueza crece más rápidamente, donde se concentran poblaciones masivas y donde, a diez años vista, los inversores sin duda se verán muy bien recompensados”, añade.

La depreciación del dólar marca el camino

“Las respuestas políticas sin precedentes para apoyar a las economías están allanando el camino para la reactivación, por lo que cabe esperar una recuperación en forma de raíz cuadrada”, con una renovación pronunciada de la actividad, seguida de una disminución, ya que algunos sectores como el ocio, la hostelería y el turismo requieren más tiempo para ponerse de nuevo en marcha” asegura Stéphane Monier, CIO de Lombard Odier. Esto pone en el foco, también, a los emergentes.

Con este contexto, Monier favorece la renta variable asiática de mercados emergentes: “las perspectivas para la renta variable de los mercados emergentes en general son cautelosas, ya que el crecimiento del comercio mundial se verá atenuado por la disminución de los precios de los productos básicos, el menor estímulo fiscal de los bancos centrales y la mayor incertidumbre respecto al impacto del Covid-19”, analiza.

Dicho esto, China y Asia ofrecen muchas oportunidades de inversión atractivas, a su modo de ver. “La región pudo volver más rápidamente a la actividad económica y la actividad industrial está de nuevo en marcha gracias a un considerable estímulo fiscal y al gasto en infraestructura de telecomunicaciones, energía, transporte y tecnología de la información”, reflexiona. Además, el crecimiento de China parece tener más forma de V que muchas economías, pues la demanda interna impulsa cada vez más el PIB.

Por otra parte, los mercados emergentes también se beneficiarán de la mejora de las condiciones financieras, tal y como señala Oleinikov. “A medio y largo plazo, un dólar estadounidense moderadamente debilitado y unas valoraciones relativamente bajas proporcionarán una tendencia favorable”, asegura.

“Entre los riesgos se encuentran la estabilización del dólar a corto plazo, las fricciones entre los Estados Unidos y China, el empeoramiento de una pandemia en algunos mercados emergentes (Brasil, India, México, etc.) y un apoyo monetario y fiscal generalmente menor en comparación a los mercados desarrollados”, concluye el experto.

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