Nuevo impulso alcista

Los bancos están cambiando al alza el precio objetivo para el índice S&P 500

Los temores se acrecientan ante un panorama de máximos históricos consecutivos sin correcciones, pero la campaña de resultados en EEUU hace que la banca de inversión no se baje del carro del optimismo.

Wall Street cierra con nuevos récords en el Dow Jones y el S and P 500
Wall Street cierra con nuevos récords en el Dow Jones y el S and P 500

Uno de los dilemas que planea sobre Wall Street tiene que ver con el recorrido que puede desarrollarse en el S&P 500, índice de referencia de la bolsa estadounidense, después de que haya seguido situado sobre niveles de máximos históricos. Los temores se acrecientan ante un panorama en el que, durante siete meses consecutivos, no se ha producido ninguna corrección en el índice. Sin embargo, la campaña de resultados empresariales en Estados Unidos hace que la banca de inversión estadounidense no se baje del carro del optimismo.

De hecho, espera que, frente a una temporada de beneficios corporativos estelares en el país norteamericano, el S&P 500 pueda sufrir un impulso alcista mayor de aquí a final de año. Cada vez son más los bancos que se suben al barco en esta línea analítica. El último ha sido Wells Fargo, que considera que el índice estadounidense tiene otro 8% de potencial adicional antes de que termine el 2021. Esto implicaría un salto de casi el 28% para el índice de referencia de la renta variable en 2021.

Al elevar su objetivo de precio para el índice hasta los 4.825 puntos, el analista de Wells Fargo Christopher Harvey, expone que las firmas del S&P 500 han visto hasta ahora sus previsiones de beneficios por acción elevadas en un 21% “y la tendencia no muestra signos de disminuir”.

Con la temporada de presentación de informes del segundo trimestre en Estados Unidos casi terminada, los datos de Refinitiv muestran que cerca del 87% de las empresas del S&P 500 han superado las expectativas de beneficios de los analistas, la cifra más alta registrada hasta la fecha. El asombroso repunte de los beneficios empresariales y la política monetaria relajada de la Reserva Federal han contribuido a que los principales índices de Wall Street alcancen nuevos máximos tras el desplome provocado por el coronavirus el año pasado.

El S&P 500 se ha duplicado con creces desde sus mínimos pandémicos de marzo de 2020, aunque las ganancias se han visto recientemente limitadas por el temor a que la Reserva Federal comience a reducir su programa de estímulo masivo antes de lo previsto. El selectivo ha subido alrededor de un 19% en lo que va de año.

En los últimos 31 años, ha habido nueve casos en los que el S&P 500 ha subido un 10% en los primeros ocho meses del año, seguidos de una subida media del 8,4% en los últimos cuatro meses, analizan al respecto los expertos de Wells Fargo. De este modo, agosto y septiembre han sido los dos meses más débiles del año para la renta variable en la última década, dijeron. “Si la Reserva Federal pronuncia finalmente la palabra T (reducción), esperamos que el mercado dé un paso atrás”, explica Harvey en la nota a los clientes.

Pero ahora todas las miradas están puestas en el simposio anual de la Fed en Jackson Hole. Los analistas de UBS también aumentaron su precio objetivo del S&P 500 para finales de 2021 a 4.600 puntos desde los 4.500 puntos, pero fueron más allá: “Creemos que puede conseguir los 5.000 puntos a finales del 2022”.

Más bancos de inversión en la misma línea

En la misma línea se muestran los estrategas de Goldman Sachs, al incrementar su meta para el S&P 500 tanto para este año como para el ejercicio, citando los beneficios mejores de lo esperado y los tipos de interés más bajos de lo estimado previamente. El banco de inversión movió su target desde los 4.300 puntos hasta los 4.700 puntos, lo que implica un avance del 7% hasta finales de 2021. Y también cambió su previsión para el 2022 hasta los 4.900 puntos desde 4.600 puntos anteriores.

Los estrategas liderados por David Kostin señalan que el crecimiento de los beneficios por acción ha representado todo el rendimiento del 17% del índice principal este año. "A corto plazo, esperamos revisiones al alza de las estimaciones de los beneficios por acción y la disminución de las preocupaciones sobre la variante delta impulsarían la renta variable, pero la trayectoria del virus y su impacto económico han resultado difíciles de predecir", afirman los analistas.

“A pesar de que los datos económicos decepcionaron, los costes de los productos básicos repuntaron y los inventarios se redujeron, los beneficios por acción superaron las previsiones en un 16% en el segundo trimestre gracias a ingresos más sólidos (+5%) y a los mayores márgenes (+11%)”, relatan. “Vemos ventajas competitivas en las estimaciones a futuro a medida que se reabastecen los estantes vacíos y se mantiene el poder de fijación de precios, mientras que el gasto del consumidor debería mejorar a medida que la tasa de desempleo caiga todavía más, acompañada de salarios más altos”, analizan.

Por su parte, Credit Suisse sí mantiene su precio objetivo de 2021 en los 4.600 puntos, lo cual supone un potencial adicional para el índice del 3,7% sobre los niveles actuales. “Durante los últimos cinco trimestres, los analistas han subestimado significativamente los beneficios por acción (BPA), una tendencia que esperamos que continúe”, concluyen los analistas encabezados por Jonathan Golub.

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