Robustez de las ganancias

Bank of America prevé una era 'dorada' bancaria por el nuevo rumbo monetario

El holding financiero estadounidense pronostica una etapa positiva para las entidades tras una década en la que la rentabilidad se ha visto fuertemente lastrada por los tipos extraordinariamente bajos. 

Bank of America gana 4.188 millones de dólares en 2012, casi el triple que en 2011
Bank of America prevé una era 'dorada' bancaria por el nuevo rumbo monetario

Bank of America (BofA) inunda de optimismo al sector bancario. A pesar de la inflación desbocada que podría presionar los costes, el holding financiero estadounidense pronostica una era 'dorada' para las entidades, donde los beneficios entrarán en una clara senda alcista al menos durante los próximos cinco años. Sus perspectivas están basadas en el aumento de los tipos de interés que acometerá el Banco Central Europeo (BCE) y su efecto sobre las cuentas, que siempre lleva aparejado un decalaje temporal, según un informe reciente en el que revisa su visión general sobre el sector en Europa.

A diferencia de la mayoría de inversores y analistas, lo cierto es que BofA no prevé que los tipos suban tan rápidamente como algunos esperan. "En nuestra opinión, el mercado está valorando muchas subidas de tipos y de forma muy rápida. Creemos que se están precipitando con las perspectivas actuales", señala en el documento, de ahí que calcule que la banca recogerá el efecto positivo de los tipos durante al menos cinco años

En BofA tienen claro que el contexto actual no se asemeja al de la década de los 70 a pesar de que los precios energéticos estén disparados -situación agudizada tras la invasión rusa sobre Ucrania-, sobre todo porque el riesgo crediticio se sitúa a unos niveles muy reducidos, lo que coloca a la banca en una sólida posición frente a las decisiones que los bancos centrales tomen sobre política monetaria para atajar la inflación.

Después de un 2020 confuso tras el estallido de la pandemia y unas cuentas quebrantadas por la fuerte dotación de provisiones extraordinarias que las entidades tuvieron que realizar para atender los potenciales riesgos, el sector empieza a dejar atrás las tribulaciones para emprender una nueva etapa en la que los beneficios se prevén al alza. Ya en 2021 mostraron unos niveles no vistos en una década con un resultado conjunto cercano a los 20.000 millones de euros. 

Esta nueva era marca un punto de inflexión en la recesión desatada por el virus y, aunque la guerra ha puesto de nuevo en alerta a las instituciones, la desbocada inflación hará que el BCE ponga pronto fin al escenario de tipos negativos que tanto ha lastrado la rentabilidad. Los equipos de los bancos empiezan a ver luz al final del túnel a pesar de que algunos todavía trabajan con un presupuesto conservador.

CaixaBank ha sido el primero en España en diseñar un plan estratégico teniendo en cuenta el camino hacia la normalización monetaria. Se prevé que este efecto impacte de manera positiva y suponga una palanca para lograr los objetivos financieros que se han marcado la mayoría de entidades en sus nuevas hojas de ruta para el corto plazo. En nuestro país, además, los bancos han tratado de adelgazar sus estructuras lo máximo posible mejorando sus perfiles de eficiencia y reduciendo enormemente los costes, lo que les coloca en una mejor posición para afrontar el aumento generalizado de los precios.

De cualquier modo, lo más sensato es ir con pies de plomo, ya que el escenario podría cambiar en cualquier momento. Si se consiguiera controlar la inflación antes de lo esperado o si la economía entrara en recesión, las autoridades monetarias volverían a adoptar una postura más laxa. Por el momento, la mayoría coincide en que el Euríbor podría situarse al final del camino en el 1,5% o el 2% -la tasa media diaria de abril se colocó en el 0,013%-. Pero respecto a los tipos oficiales son un poco más prudentes, puesto que se parte de unos niveles excepcionalmente bajos e incluso negativos. 

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