Incertidumbre en los mercados

Bank of America advierte al inversor de lo difícil que será en 2024 navegar en bolsa

Los mercados concluyen en pocas semanas un ejercicio en el que las previsiones de recesión o recortes de tipos de interés no se cumplieron, pero encaran un nuevo año marcado por la misma incertidumbre.

Bank of America advierte al inversor de lo difícil que será navegar en 2024
Bank of America advierte al inversor de lo difícil que será navegar en 2024
Pixabay

El año 2023 está suponiendo un desafío a las expectativas de casi todo el mundo: recesiones que nunca terminaron por llegar, recortes de tipos que no se materializaron, mercados de renta fija que no rebotaron –excepto en algunos momentos puntuales– y una renta variable al alza que dolió a la mayoría de los gestores, que se mantuvieron prudentemente infraponderados en la bolsa ante el temor de una desaceleración progresiva de la economía.

Estados Unidos es uno de los países donde más se han revisado al alza las previsiones de crecimiento económico. El consenso espera que, incluso, el país norteamericano pueda crecer a más del 1,5%. La mayoría de los bancos de inversión han cambiado su previsión de recesión a aterrizaje suave, con la economía subiendo por debajo de la tendencia y tocando fondo a mediados de 2024.

"La resistencia del consumo, el fuerte impulso fiscal y la solidez de la inversión, favorecida por una legislación favorable, explican los buenos resultados… En comparación con la zona euro o China, la confianza de los consumidores y las empresas es mucho mayor, lo que también nos ayuda a comprender la dinámica del consumo y la inversión”, dicen los expertos de Bank of America en un informe.

¿Por qué es tan fuerte el consumo? Refleja la combinación de varios factores: un sólido crecimiento de la renta disponible debido a la fortaleza del mercado laboral, cuya tasa de desempleo se mantiene anclara por debajo del 4%, un considerable exceso de ahorro que se habría agotado en más del 55%, según datos de Apollo Research, un aumento del patrimonio neto de los hogares (en torno a un 15% superior a los niveles anteriores a la pandemia), la refinanciación de hipotecas y la resistencia de los precios de los inmuebles.

“Prevemos que el consumo se ralentice pero no que se desplome, que el crecimiento de la inversión disminuya en relación con el primer semestre de 2023 a medida que los efectos de la legislación favorable empiecen a desvanecerse y que el impulso fiscal sea mucho menor a medida que el déficit primario se contraiga ligeramente en relación con el presente ejercicio”, comentan los expertos de Bank of America.

Según estos analistas, el país está atravesando por varios años de condicionamiento por parte de los responsables políticos y un posicionamiento prudente habría hecho que los riesgos alcistas sean mayores que los bajistas: "Esta amenaza más inmediata lucha por la atención con los riesgos fundamentales más importantes". También se habría generado una rentabilidad más baja de los activos, ya que los hedge funds no han logrado superar al cash este año.

Falta de visibilidad

Esta incertidumbre y la falta de visibilidad de cara al futuro siguen siendo el elefante en la habitación, cuyas consecuencias se subestiman y se podrían estar infravalorando. “La falta de certidumbre corre el riesgo de mantener la presión política durante más tiempo de lo que esperan los mercados; seguirá comprometiendo tanto la opción de compra de la Reserva Federal como la opción de diversificación de los bonos, y dará lugar a una fuerte reacción de los precios”, advierten desde la entidad bancaria estadounidense.

A su modo de ver, los inversores estarían “volando a ciegas”, por lo que habría que desconfiar de cualquiera que “asegura que existirán certezas a lo largo del 2024”. Una tesis que sustenta el banco echando la vista atrás hacia la crisis de la pandemia. “La macroeconomía es lo menos visible en la vida de la mayoría de la gente (…) El Covid provocó un shock económico muy superior a cualquier otro registrado al menos desde la década de 1940 y es probable que se subestime la gravedad de esta ruptura estructural”, analizan.

Las repercusiones siguen haciéndose sentir, como demuestra la dispersión entre los expertos en previsiones profesionales, que no se registraba desde la década de 1970, y el error de previsión entre los economistas ha sido récord y persistentemente sesgado, por ejemplo, en los datos de creación de empleo de Estados Unidos, lo que indica una extraña falta de capacidad de autocorrección por parte de los economistas, según Bank of America.

“El posicionamiento y el ‘pain trade’ dominan como motores clave de los precios de los activos y pueden imponerse fácilmente tanto a la política como a los fundamentales, lo que ha llevado a que el riesgo alcista siga siendo mayor que el bajista en la mente de la mayoría de los inversores”, destacan estos expertos.

En última instancia, el informe resalta que los mercados siguen estando psicológicamente condicionados para comprar ante las caídas, ya que es una estrategia que ha funcionado casi siempre para la mayoría de los inversores. “La estrategia simple de comprar el S&P 500 en los días bajistas y mantenerlo durante un día ha funcionado bien desde finales de la década de 1980, cuando Alan Greenspang dio origen a la opción de venta del banco central, por lo que hay que tener este concepto en cuenta para sacar ventaja en 2024”, concluyen.

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