Un 35% de distancia

BBVA acelera la 'caza' de Santander en bolsa y reduce distancias a nivel de 2004

La capitalización bursátil de ambos bancos comienza a igualarse en medio de su intensa ofensiva corporativa con operaciones activas en diversos países como EEUU, México, Turquía e Italia. 

Botín (Santander) y Torres (BBVA).
Botín (Santander) y Torres (BBVA).
L. I.

Las vidas paralelas en bolsa que en el pasado llevaron los dos grandes bancos españoles comienzan a converger otra vez en 2021. La distancia bursátil con la que aventaja Santander a BBVA se está reduciendo al cierre de año hasta su nivel más bajo desde 2004, un ejercicio clave de la internacionalización de ambas entidades que rompió el equilibrio que mantenían tras el salto a Reino Unido del primero con la fusión con el Abbey National y, para el segundo, el asalto frustrado en Italia a la Banca Nazionale del Lavoro (BNL).

Al cierre de la sesión del lunes, la capitalización bursátil de Banco Santander se sitúa en los 46.100 millones de euros frente a los 34.073 millones de BBVA. La brecha de valoración entre ambos se ha reducido a tan solo un 35%, el diferencial más bajo desde 2004, pese a que el perímetro de activos del grupo que preside Ana Botín duplica a los de la entidad de Carlos Torres. No es el mejor momento en bolsa para ninguno de los dos. La suma del tamaño en bolsa de ambos se encuentra en los 80.173 millones, el peor registro desde el final de la peseta (2002) si exceptuamos el 2020 pandémico.

Más activos que nunca

Los dos buques insignia de la banca española llegan al cierre del ejercicio envueltos en una actividad corporativa frenética en los mercados de capitales. Tanto Santander (841 millones de euros) como BBVA (3.500 millones) ha puesto en marcha sendos programas de recompra de acciones con intención de amortizarlas y remunerar así a sus accionistas después de reactivar además sus respectivos dividendos tras la cuarentena impuesta por el BCE durante la pandemia del Covid-19. En el caso del banco con sede en La Vela en Madrid, el plan de adquisición de títulos propios acaba de comenzar y solo han ejecutado una inversión de 290 millones de euros de un primer tramo de 1.500 millones. Los de Boadilla del Monte han finalizado el suyo.

Las salas de máquinas de los centros corporativos echan humo en ambos casos ante las múltiples operaciones corporativas en las que se encuentran inmersos y que tienen un denominador común: recomprar participaciones minoritarias en varias de sus filiales. Santander acaba de hacerse por 340 millones de euros con un 4,5% de su banco en México, el antiguo Serfin, hasta elevar su porcentaje del 91,6% al 96,1% del capital. La intención es excluir de bolsa tanto las acciones mexicanas en pesos como los ADS en dólares que cotizan en la Bolsa de Nueva York y replican a los anteriores. La transacción está valorando el 100% de la filial en 7.500 millones de euros.

Problemas en EEUU y Turquía

En EEUU, el banco cántabro está esforzándose también en recomprar la mayor parte del Santander Consumer USA Holdings, donde tiene el 80% de las acciones, aunque se está encontrando con grandes problemas para conseguirlo. Su oferta de compra a 41,5 dólares por acción comenzó el 7 de septiembre y estaba inicialmente programada para que concluyera el pasado 19 de octubre. A ese precio está valorando su división estadounidense en 15.000 millones de dólares (13.300 millones de euros), aunque si logra hacerse con el 20% que no controla solo deberá pagar unos 2.600 millones.

Sin embargo, desde entonces, el plazo de aceptación de la oferta de compra ha sido prorrogado hasta en ocho ocasiones aunque el banco español mantiene el mismo precio inicial. Santander está encontrando resistencia en forma de ‘hedge funds’ activistas que están torpedeando sus planes. La firma Elliott Investment Management, dirigida por Paul Singer, compró el 4% de la filial de Santander a finales de noviembre, atrayendo tras de sí a otros conocidos fondos como Greenlight Capital, de David Einhorn, que cuenta con algo más del 1,5% de las acciones de la firma española.

También está afrontando problemas BBVA con su particular movimiento corporativo en Turquía, aunque son de otro tipo. El banco azul lanzó una oferta de compra sobre el 50,15% que no posee en Garanti el pasado 15 de noviembre, pero desde entonces se ha desatado la mayor crisis de divisa en el país en dos décadas. La turbulencia golpeó de forma severa la cotización de la entidad española -que valía más de 40.000 millones de euros antes de la operación-, aunque finalmente está recuperando terreno gracias a su plan de recompra de acciones. Sin embargo, el desembolso inicial que debía afrontar en euros se está reduciendo a pasos agigantados desde los 2.250 millones iniciales hasta los 1.600 millones por el desplome del 30% de la lira.

En la foto general de 2021, BBVA está saliendo mejor parado que Santander con una subida del 30% en bolsa frente al 7% después de un 2020 aciago para todos. En conjunto, la intensidad corporativa de ambos bancos tiene una traducción en cifras que rivaliza con sus otras etapas expansivas en el extranjero. Entre los dos estarán movilizando hasta un máximo de 10.000 millones de euros entre recompras de acciones y opas en México, EEUU y Turquía. La otra cara de la moneda se encuentra en la fuerte apuesta de las dos firmas en lanzamientos digitales en distintos países. Italia parece ser el nuevo destino de la banca española, como en el caso de BBVA.

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