Tras la opa a Garanti

BBVA completa su metamorfosis: ahora el peso emergente es mayor que Europa

La entidad lleva años incubando un cambio de su estructura de balance a pesar de que las principales instituciones supervisoras y de regulación piden compensar el riesgo. 

Carlos Torres, BBVA
Carlos Torres, presidente de BBVA
CONTACTO vía Europa Press

BBVA pone el broche final a su proceso de transformación de balance. La entidad lleva años gestando un nuevo diseño de su estructura que ha culminado prácticamente ahora tras la victoria conseguida en la oferta pública de adquisición (opa) de acciones lanzada sobre su filial turca Garanti. En muy poco tiempo -desde mediados de 2020-, el grupo ha abandonado un mercado de la dimensión y madurez de Estados Unidos, ha apostado de lleno por el país otomano y ha continuado elevando cuotas de mercado en otras geografías emergentes como México. La clave para próximos ejercicios está ahora en jugar con el tipo de cambio. 

Justo antes de dar el pistoletazo de salida a esta metamorfosis, BBVA estuvo a punto de reequilibrar su balance hacia Europa mediante el inicio de conversaciones con Banco Sabadell, que finalmente acabaron encallando por discrepancias en el precio y en la estructura del futuro consejo de administración. Este plan, en todo caso, contentaba a los reguladores y le permitía utilizar parte del excedente de capital del que dispone tras la venta de EEUU a PNC Financial en adquirir una entidad con fuerte presencia en España y también en Reino Unido a través de la filial TSB. 

Lo que la entidad con sede en La Vela ha pagado por el 36,12% de Garanti, unos 1.400 millones de euros, es prácticamente lo mismo que capitalizaba Banco Sabadell en el momento en que entraron en negociaciones. Esta opción era perfectamente integrable eliminando riesgos al concentrarse en el mercado doméstico, el cual es bien conocido, y generando sinergias. No obstante, ambos jugaron a ganar mucho y, por ende, el equipo de M&A de BBVA, formado por unos 25 profesionales que analizan minuciosamente el mercado a nivel global en la búsqueda de oportunidades de inversión, decidió que Garanti era la mejor apuesta. 

Las últimas cuentas disponibles correspondientes al primer trimestre de 2022 ya muestran que el peso de emergentes es el más relevante. El resultado se vio espoleado principalmente por el negocio de México, que aportó unas ganancias de 777 millones de euros. Le siguió España, con 601 millones de euros, pero en este caso jugó un papel muy importante el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para casi 3.000 empleados cerrado el año pasado. Le siguió Turquía que, aunque creció a menor ritmo por la fuerte depreciación que sufre la lira turca, engrosó el beneficio hasta los 249 millones de euros. América del Sur, que engloba Perú, Argentina y Colombia, entre otros, aportó 158 millones de euros. 

Los analistas de Credit Suisse se muestran muy cautos con esta nueva estructura. A pesar de que BBVA ya consolida el 100% de los activos ponderados por riesgo (APRs) de la filial turca por normativa, la dependencia de los resultados al consolidado será mayor tras hacerse con el 85,97% del capital, lo que se traducirá inevitablemente en un mayor coste de capital. Para compensar esta mayor exposición a un país de alta incertidumbre, el banco de inversión apunta al aumento del Euríbor en España y a una perspectiva mejor para el negocio mexicano como catalizadores de los elementos perjudiciales turcos. 

Y no solo los equipos de análisis mantienen el ojo sobre BBVA. Los supervisores también tienen el foco puesto en su obstinación por los países emergentes y más concretamente por Turquía, pues llama la atención debido a la delicada situación en este país. La inflación se colocó sobre el 69,97% en abril -último dato disponible-. Este escenario ha provocado que la entidad tenga pensado ya aplicar desde este mismo segundo trimestre la clasificación contable de la hiperinflación, un método que utiliza en otras geografías como Argentina y Venezuela. La diversificación geográfica es uno de los principales deberes que imponen los reguladores al sector. BBVA por el momento solo tiene previsto lanzarse al mercado europeo a través de un banco 100% digital que está probando en Italia

A este escenario de un IPC descontrolado, junto a la crisis cambiaria, se le ha sumado ahora la invasión rusa sobre Ucrania. Turquía comparte frontera marítima con ambos países y, aunque por un lado puede servir como nexo a nivel de negociación política, también preocupa porque a pesar de ser un país perteneciente a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se ha negado por el momento a imponer sanción alguna al Kremlin. Su rechazo a aplicar alguna penalización despoja de todo control al sistema bancario, más allá de la robustez de las propias áreas de blanqueo de capitales y de riesgos de las entidades financieras. El contraataque financiero de Europa, Estados Unidos y Reino Unido ha provocado la huida del dinero ruso a los bancos turcos. 

Con todo, BBVA cree que a lo largo de los últimos años Turquía se ha convertido un mercado totalmente estratégico. Estima un potencial de crecimiento de su economía del 3% anual, pone en valor su pirámide poblacional -con más de 85 millones de habitantes y una edad media de 33 años- y su baja bancarización, con una ratio de endeudamiento de las familias inferior al 20% del PIB. El grupo suma algo más de una década de andadura por el país otomano y cree que esta experiencia le avala, incluso teniendo que operar en los entornos más complejos posibles.

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