Se ha activado un circuito de Q&A

EEUU, Reino Unido, UE... La banca juega al 'rompecabezas' de sanciones a Rusia

Las entidades financieras con mayor perfil internacional, como BBVA, Banco Santander o hasta Banco Sabadell, adecúan sus sistemas a la carrera para cumplir fielmente las exigencias contra el Kremlin. 

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EEUU, Reino Unido, UE... La banca juega al 'rompecabezas' de sanciones a Rusia
Agencia EFE

Los bancos trabajan intensamente para cumplir con las sanciones impuestas a Rusia tras invadir Ucrania y desencadenar una crisis masiva de derechos humanos. Pero aunque sus equipos están totalmente concentrados y adecuando a la carrera sus sistemas para no saltarse ninguna de las medidas del contraataque financiero, existe un enorme 'rompecabezas' entre aquellas con una mayor exposición internacional. Estados Unidos, Reino Unido o la Unión Europea han respondido de una manera no tan coordinada como se pudo esperar en un inicio, por lo que entidades como BBVA, Banco Santander o Banco Sabadell (a través de su filial británica TSB) se enfrentan al caos que supone este desarreglo.  

El sector bancario y hasta los propios supervisores están muy preocupados por el desbarajuste de sanciones. Un grupo que opere en el mercado estadounidense, pero también en el europeo o en el británico se encuentra con una multitud de castigos diferentes. La inversión extranjera en Rusia en algunos está completamente prohibida y en otros se permite, aunque con limitaciones. Hasta las 'blacklists' de oligarcas rusos difieren de un país a otro. Por ejemplo, de los cinco magnates presentes en el capital de los supermercados Dia, Europa incluye a Mikjail Fridman y a Petr Aven, mientras que Reino Unido también añade a German Khan.

Lo cierto es que la banca está relativamente habituada a cumplir con normas de este tipo, como ya ha ocurrido con Irán y Venezuela o en su día con Cuba. Sin embargo, la amplitud, velocidad y exigencias del caso que conviene ahora están generando dificultades de interpretación e incluso en algunas ocasiones de compatibilidad. La pregunta de muchas entidades es: ¿Qué sanciones cumplo? ¿Las de Europa, todas juntas, por separado? Estas dudas han provocado que se haya tenido que activar un circuito de preguntas y respuestas (Q&A, en inglés) entre la banca y los supervisores para aclarar qué sanciones hay que aplicar y cómo. 

La amplitud y exigencias en las sanciones al Kremlin están generando dificultades de interpretación e incluso en algunas ocasiones de compatibilidad

Para hacer frente a estas circunstancias, el Banco de España insiste a las entidades, tengan o no gran exposición internacional, que refuercen sus departamentos legales y de compliance para asegurarse de que cumplen adecuadamente las sanciones. También les insta a intensificar sus marcos de apetitos al riesgo y de control, de modo que puedan detectar y parar a tiempo cualquier operación dudosa que se 'cuele' en los sistemas. Una unidad efectiva de seguimiento es crucial, que deberá desembocar en un reforzamiento de la gobernanza en general.

En todo caso, las autoridades supervisoras, como el Banco de España o el Banco Central Europeo (BCE), no tienen el enforcement ni son responsables del cumplimiento de las sanciones, más allá de emitir instrucciones y apremiar a mejorar sus esquemas de vigilancia. En España, el órgano encargado de ello es el Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias, la unidad de inteligencia financiera del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. 

El problema hacia el ámbito supervisor deriva en caso de sanción. Si un banco es multado por un importe muy grande como consecuencia de no aplicar correctamente las sanciones diseñadas contra el Kremlin podría tener que afrontar un impacto patrimonial. Además de reputacional. Y este efecto negativo sobre el balance daría señales a la autoridad monetaria de que la gobernanza está deteriorada porque no se han establecidos los marcos adecuados. 

Sería entonces cuando a los supervisores les tocaría pasar a la acción, pues la detección de problemas al más alto nivel puede acarrear mayores requisitos de capital. Uno de los cuatro pilares que se tienen en cuenta para el análisis de los requerimientos es la gobernanza, a la que se le suma la gestión del riesgo de crédito, la solidez del capital o la sostenibilidad del modelo de negocio. Cualquier deterioro se reflejará en el Proceso de Revisión y Evaluación Supervisora (SREP, por sus siglas en inglés) si una vez se incluye en el cálculo se ve afectada la clasificación global.

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