Reforma de la gobernanza

La bolsa japonesa vuelve a la gloria de los '90 aupada por las tecnológicas y el yen

Los tipos de interés negativos han elevado el atractivo de las acciones frente a la renta fija, cuyas valoraciones han mejorado también gracias a la reforma de gobernanza promovida por la Bolsa de Tokyo 

Gráfico Bolsa Japón
Nerea de Bilbao (Infografía)

El país del sol naciente está brillando. Sus mercados financieros han recuperado la fuerza que no se veía desde hace décadas: el Nikkei se revaloriza un 12,6% en el año y vuele a niveles de septiembre de 1990, mientras el Topix avanza un 9,2%, también en máximos desde hace 34 años. Ambos lideran las ganancias entre los principales índices internacionales desde enero y se quedan entre un 3% y un 10% por debajo de sus máximos históricos alcanzados en 1989. 

Las tecnológicas y las firmas exportadoras son las empresas que más peso tienen en estos índices y la causa principal de su éxito. A esto, hay que añadir la debilidad del yen, que impulsa las ganancias de las empresas exportadoras y atrae inversiones al país. “Con un repunte del 8,4% en enero, el Nikkei tuvo el mejor comienzo de año desde 1998, superando incluso al Abenomics-Jan de 2013”, es decir, un periodo en el que el primer ministro Shinzo Abe puso en marcha una serie de medidas macroeconómicas con el objetivo de levantar Japón de una temporada prolongada de estancamiento económico, según un informe de Bank of America.

Las grandes tecnológicas empujan a ambos índices. La empresa de semiconductores Tokyo Electron es la que más peso tiene en el Nikkei (7,5%) y avanza un 33% en el año. Advantest Corporation, especializada en la fabricación y comercialización de equipos de prueba para componentes electrónicos, pesa un 3,8% en el selectivo y sube un 44% desde enero. El fondo Softbank, que representa un 3,75%, se revaloriza un 30,4% en el año. Fujikura, que produce componentes para el sector automovilístico, es la que más sube (un 56%) en el año, mientras el productor de semiconductores Screenholdings repunta un 53% pero tan solo cuenta un 0,47% en el índice. En el Topix ocurre lo mismo. Sakura Internet es la estrella del índice y sube un 117% desde enero, seguida por Itmedia, que repunta un 106%, Sumiseki Holdings, dedicada al negocio del carbón, sube un 87%.

Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, explica que las acciones de Japón van viento en popa “con muestras de resiliencia económica, reformas corporativas y valoraciones razonables”, explica. La reforma de la gobernanza corporativa es otra de las causas del éxito de la renta variable nipona, puesto que trató de revertir una tendencia secular de las firmas del país conocidas por su ineficiencia en la asignación del capital y por un rendimiento del capital invertido (ROIC) inferior al de las demás empresas europeas y estadounidenses.

De hecho, aproximadamente un 47% de las empresas en el índice Topix de Japón aún cotizan por debajo de su valor en libros, en comparación con el 18,4% en Europa y el 4,8% en EE UU, según Jefferies. Según los analistas de Andbank, esta brecha sugiere que las firmas niponas tienden a mantener efectivo excedente y otros activos, como acciones en otras empresas, en lugar de utilizarlos para aumentar las ganancias o el precio de sus acciones. Por ello, la Bolsa de Tokyo ha decidido poner en marcha una reforma obligatoria que empuja a las empresas a mejorar el precio de sus títulos, con medidas que puedan solucionar este problema. De hecho, como explican los expertos, las empresas ya han comenzado a responder a esta reforma con planes de recompra de acciones.

Tipos de interés e yen

El escenario macroeconómico también juega un papel relevante en la tendencia alcista de estos índices. Paolini, de Pictet AM, considera que el país crecerá por encima de su potencial en 2024, apoyado en el consumo, la reforma de gobernanza y la entrada de capital extranjero. Asimismo, se espera que la inflación se normalice hasta situarse en el 2% a la espera de las decisiones del banco central que vislumbran un mayor endurecimiento monetario. “Su banco central prepara el terreno y, ante un crecimiento saludable y una inflación que ha llegado a máximos de 40 años, se verá obligado a abandonar su polémico régimen de control de la curva de rentabilidades a vencimiento de la deuda, para poner definitivamente fin a su política de tipos de interés negativos”, destaca el experto. A diferencia de los demás países, los tipos de interés negativos han mantenido el atractivo de la renta variable, respecto a la fija.

La recuperación económica tras la conocida década perdida es un factor clave para mejorar el sentimiento de los inversores. “Prevemos que el aumento de los beneficios por acción de las acciones japonesas sea del 6,2% en 2024, superando a todos los mercados desarrollados”, explica Paolini. Además, muchas empresas tienen grandes sumas de efectivo que no utilizan de manera productiva ni la devuelven a los accionistas. Por ello, la vuelta de la inflación las puede obligar a utilizar su liquidez de manera más eficiente. “Ya ha habido una creciente presión en Japón para que las empresas optimicen sus balances y están poniendo mucho más énfasis en mejorar la rentabilidad para los accionistas”, confirma Paolini.

A esto se le suma la debilidad del yen, que ha contribuido a respaldar los beneficios de las empresas japonesas, especialmente las exportadoras que tienen un peso importante en el índice y ha contribuido a respaldar sus beneficios. La divisa ha ido perdiendo terreno frente a las demás monedas y cotiza frente al dólar en mínimos de 1990: la moneda japonesa se ha hundido más de un 23% en los últimos dos años.

La debilidad de la divisa ha impulsado también la inversión extranjera que en 2023 ha llegado a ser la mayor en diez años, según Pictet AM. Además, los analistas destacan que este nuevo escenario está aumentando la demanda de acciones japonesas de los inversores locales, que suelen tener más activos financieros en acciones nacionales en comparación con Europa y EE UU. Finalmente, el escenario incierto sobre la evolución de la economía china, así como el desplome de sus bolsas está haciendo que Japón resurja como destino de inversión preferente respecto a China.

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