El 1,95% del capital

Caixabank levanta otra vez el 'escudo' para protegerse de Telefónica en bolsa

La entidad financiera que preside José Ignacio Goirigolzarri acaba de registrar un derivado financiero sobre sus acciones en la operadora,  que se ha diluido al 4,48% del capital tras el último 'dividendo'.

El presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete (c); el consejero delegado de Telefónica, Ángel Vilá (i); y la directora financiera, Laura Abasolo.
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete (c); el consejero delegado, Ángel Vilá (i); y la directora financiera, Laura Abasolo.
Europa Press

Vuelven las curvas a la cotización de Telefónica. Caixabank, accionista histórico de la operadora de telecomunicaciones, ha dado una señal inequívoca de que las turbulencias han regresado con la protección de su mayor inversión en bolsa. Con el objetivo de mitigar la volatilidad de las acciones de la operadora y, en todo caso, aprovechar potenciales caídas de la cotización, el banco que codirigen José Ignacio Goirigolzarri y Gonzalo Gortázar con la construcción de una cobertura sobre el 1,95% del capital de la operadora, un porcentaje valorado en unos 500 millones de euros.

Caixabank apenas da cuenta de esta operación en sus estados financieros, ni especifica el tipo de derivado, duración o los precios de Telefónica a partir de los que se ha cubierto de las caídas. Fuentes financieras indican que se debe a que el banco ya no cuenta con presencia en el consejo tras la salida de su expresidente Jordi Gual. En cambio, sí da alguna pista porque sitúa su contratación en este ejercicio, entre el 1 de enero y el 25 de febrero en que presentó su informe anual. La operadora sube un 11% en lo que va de 2022 y llegó a marcar un máximo el pasado 11 de febrero en 4,42 euros por título.

El movimiento defensivo se produce después de la revalorización de Telefónica en 2021, que ha llevado al banco participado por CriteriaCaixa (30%) y el Estado (16,11%) revaluar el valor razonable de su participada de 843 a 1.000 millones de euros, según consta en la información financiera enviada a la CNMV. Es el primer ajuste contable positivo en ocho años en el valor de las acciones de la empresa que preside José María Álvarez-Pallete.

De este modo, Caixabank también pone negro sobre blanco una actualización de su porcentaje en la compañía después de que en el último dividendo de la teleco optase por el efectivo en lugar de las acciones. Su peso se ha visto diluido al cierre de 2021 al 4,48% del capital desde el 4,87% de 2020 por el efecto dilutivo del pago de dividendo con acciones nuevas.

Dos antecedentes con plusvalías millonarias

No es la primera vez que Caixabank recurre a los derivados financieros para proteger su participación en Telefónica. Se trata de una estrategia similar a la que usó para su salida definitiva del accionariado de la petrolera Repsol, y de la que ha echado mano en dos ocasiones anteriormente con la operadora. En este caso, la entidad financiera ha sacado partido de la caída en bolsa de Telefónica por dos veces aunque el rastro de los impactos queda escondido en la letra pequeña de la información contable del grupo.

En el primer caso, desde julio de 2017 hasta abril de 2018, Caixabank desplegó una red sobre su participación en Telefónica al contratar un ‘equity swap’  sobre 45,7 millones de títulos de la operadora, equivalentes al 0,88% del capital, que le permitió obtener un beneficio bruto de próximo a los 77 millones de euros que llevó contra patrimonio. Durante el periodo de vigencia de la cobertura, la cotización de Telefónica pasó de 9,7 a 7,97 euros por título, es decir, sufrió un descenso del 17% en bolsa.

Tras el éxito de la experiencia anterior, el banco volvió a desplegar su escudo con otro derivado parecido entre julio de 2019 a marzo de 2020. Esta vez, la empresa elevó al 1% del capital de Telefónica el blindaje 'anticaídas' con un 'equity swap' a partir de 7,33 euros que liquidó por diferencias. Dicho de otro modo, Caixabank se embolsó lo que cayó la acción por debajo de ese nivel.

El rendimiento en esta ocasión se disparó debido al desplome del 45% de la cotización de Telefónica en esa ventana temporal. Caixabank cerró el ‘corto’ justo en el peor momento de la pandemia y antes de que comenzase la gran recuperación del mercado bursátil. La entidad financiera registró una plusvalía bruta de 177 millones de euros en el ejercicio 2020 que se anotó como en el cajón desastre de 'otro resultado global acumulado' y volvió a llevar contra patrimonio, según notificó al supervisor.

Pese a que las coberturas son bajistas, no tienen la consideración de un 'corto' porque no excece el importe de la inversión de las acciones y su fin es proteger el valor de la participación como si fuese un seguro. No obstante, eso depende de cómo lo clasifique en las cuentas el director financiero o de la opinión externa tanto del regulador -en el caso de cotizadas- o del auditor. Este último puede emitir una recomendación a la compañía si considera que los derivados exceden el espíritu de una cobertura y no tienen el objetivo de cubrir la posición, sino de especular y hacer 'trading'.

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