Presiones inflacionistas

La crisis energética apaga la 'súper recuperación' y amenaza las previsiones

Los precios de luz, gas y petróleo en máximos se suman a la crisis de suministro para ralentizar el crecimiento económico, que ya muestras signos de debilidad ante las revisiones del FMI. 

La demanda eléctrica de Menorca baja un 0,6 % en septiembre

  (Foto de ARCHIVO)
4/10/2017
La crisis energética apaga la 'súper recuperación' y amenaza las previsiones
Europa Press

Hace un año el mundo esperaba con impaciencia la vacuna contra la Covid-19 para recuperar la vida normal y los mercados anticipaban un repunte económico inédito ante la reapertura. Doce meses después la situación no es la esperada y el ciclo alcista por la inyección ha llegado a su fin. Pese a que son varios los factores -crisis de suministro, atasco marítimo, falta de mano de obra...-, la espiral inflacionista de los precios de la luz, gas o petróleo, en máximos históricos en Europa, han puesto la 'puntilla' a las esperanzas de una 'super recuperación'. La revisión de las previsiones del FMI han confirmado el frenazo que anticiparon las bolsas con el retroceso de septiembre

La crisis energética ha irrumpido cuando el impacto de la ola Delta en las cadenas de suministro, en particular del sudeste asiático, estaba llegando ya a su fin, levantando las esperanzas de que los problemas de escasez pudieran finalmente moderarse en los próximos meses. Sin embargo, la confianza de una rápida normalización en el segundo semestre de 2021, "prácticamente han muerto", destaca Geraldine Sundstrom, analista de Pimco, que pone el foco en el "amplio impacto" del coste energético. 

Este viernes, el precio del petróleo Brent, de referencia para Europa, superó por primera vez desde 2018 el umbral de los 85 dólares por barril, mientras que el crudo West Texas Intermediate (WTI), de referencia para Estados Unidos, marcó máximos desde octubre de 2014, alimentando las presiones sobre los precios de la energía. Esta escalada inédita es similar en los precios del gas, que vuelve a repuntar por encima de los 100 euros/MWh esta semana según el índice TTF, que marca el precio de los contratos de los futuros europeos de gas de noviembre. 

Esto se añade a los cuellos de botella en los suministros, provocando un fuerte repunte de la inflación. En España, por ejemplo, el último dato de IPC se disparó al 4%, la cifra más elevada en los últimos 13 años.  El Fondo Monetario Internacional (FMI) destaca en su último informe que las tensiones inflacionistas son "transitorias" y prevé que la inflación disminuirá en 2022, pero reconoce que hay que estar "vigilantes" porque persisten factores que pueden seguir presionando los precios. El riesgo se produce ante una economía que "aún cojea" por la crisis provocada por la pandemia de coronavirus, lo que ha llevado a la institución a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento global. Respecto a España, rebajó su crecimiento al 5,7% en 2021, cinco décimas menos que su cálculo de hace tres meses, pero elevó la de 2022 al 6,4%, seis décimas más.

En ese escenario, la mayor amenaza para los mercados "proviene de las interrupciones del lado de la oferta y su impacto en el crecimiento y los beneficios a corto plazo", subraya Chris Iggo, analista de AXA Investment Managers. El elevado precio de la luz ya pasa factura a la gran industria y ha provocado varios cierres temporales. Por ejemplo, la siderúrgica ArcelorMittal ha decidido suspender temporalmente su producción en algunas de sus plantas a determinadas horas debido a los altos costes energéticos, según recogió el periódico económico Financial Times. 

En España, la empresa de acero Sidenor también ha disminuido un 30% la producción hasta finales de año debido a lo que califica de "exorbitantes precios de la electricidad". Desde Pimco, Geraldine Sundstrom, anticipa una nueva escasez en los próximos meses, pero probablemente "de una naturaleza diferente a la que hemos experimentado hasta ahora".

Los resultados empresariales, termómetro económico

La próxima temporada de resultados, que ha comenzado esta semana en EEUU, será clave y "objeto de un intenso escrutinio" para conocer el poder de los precios, los márgenes y las pistas sobre la situación de la escasez, así como las presiones salariales. 

Una temporada de resultados positivos puede tranquilizar a los inversores, y "es probable que la atención se centre en el impacto de las presiones de la cadena de suministro en la rentabilidad y en la capacidad de las empresas para repercutir el aumento de los costes", afirma Lewis Grant, gestor senior de carteras de renta variable global de Federated Hermes. Antes de publicar sus cuentas trimestrales, varias grandes multinacionales ya han advertido que verán recortada su producción y han rebajado sus perspectivas para el tercer trimestre debido a la escasez de mano de obra y de la cadena de suministro. A lo que se une ahora el coste energético. Todo ello lleva al riesgo de que los ingresos y los beneficios se ajusten a la baja y añaden volatilidad la mercado. 

La crisis energética se ha sumado a una lista de factores negativos que en los últimos meses ha dificultado la recuperación. La extensión de la variante Delta, que obligó a nuevos confinamientos, desencadenó el atascó marítimo actual tras los cierres de varios puertos en China. Ahora, los inversores siguen con atención la lista de cargueros esperando para acceder a los principales puertos del mundo para que la crisis de suministro -agravada a su vez por la falta de mano de obra- no vaya a más.  

Todo ello entre señales inflacionistas, que han devuelto el foco a las subidas de tipos y las políticas de los bancos centrales. La Fed ya ha dado señales de que probablemente actuará -aunque en pequeños incrementos- y varios bancos centrales de países más pequeños han apostado por la subida de tipos. Pese a las 'protestas' de los inversores, "el endurecimiento es inevitable y la persistencia de la inflación no hace sino aumentar la presión", concluye Grant. 

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