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Días de furia del gas: Europa redescubre la ausencia de su soberanía energética

El gas se planteó como la piedra angular de la descarbonización de la generación eléctrica, pero su mínima producción en el Viejo Continente le aboca a una dependencia exterior de países como Rusia o Argelia.

Gas precio
Días de furia del gas: Europa redescubre la ausencia de su soberanía energética
EFE

La espiral alcista del coste del gas natural, base de la generación eléctrica en España, anticipa un invierno frío y complicado para Europa y la moderación de los precios registrada en los últimos días tras la intervención de Rusia y EEUU tampoco tranquiliza. La escasez este combustible energético viene motivado por varias circunstancias que han desencadenado en una 'tormenta perfecta' que pone en evidencia la falta de soberanía energética del Viejo Continente. El gas natural se planteó como la piedra angular de la descarbonización de la generación eléctrica, pero los países europeos apenas lo producen, lo que les aboca a una dependencia exterior de países como Rusia o Argelia. 

El mercado del gas natural alcanzó esta semana un nivel inédito, con gran volatilidad en la referencia para Europa. El miércoles el TTF holandés, que marca el precio de los contratos de los futuros europeos de gas de noviembre, marcó un máximo intradía en 161 euros/MWh tras dispararse un 30% desde el precio de la apertura. Apenas horas después, se daba la vuelta y cerraba con caídas que han continuado los siguientes días. 

Pero, pese a la relajación en los últimos días, el coste del precio del combustible energético se mantiene en máximos en Europa. Respecto a su coste hace un año, el Title Transfer Facility (TTF) holandés -la referencia europea- ya se eleva más de un 380% y se llegó a más que duplicar en un solo mes. El 'rally' también se refleja en los futuros del Reino Unido, donde el precio sube más de un 335%, aunque el alza también se modera. La cotización del gas natural igualmente marca un importante aumento en el Mibgas ibérico, que cotiza en los 80 euros/MWh, frente a los 21 euros que marcaba al inicio del año. 

Por su parte, en EEUU, pese a que el gas natural está todavía lejos de los máximos registrados en 2008 y 2005, no alcanzaban el nivel actual desde hace 13 años. En su caso, la cotización del gas se ha disparado más de un 120% desde el mes de enero, hasta alcanzar los cerca de 5,6 dólares/MWh. Como consecuencia, el gas natural lidera el auge energético con el petróleo, que suma un 60% en los mercados y el amplio índice de materias primas Bloomberg avanza un 33%.

La escasez de abastecimiento coincide con el impulso a una transición energética que Europa ideó basada en el gas natural como piedra angular. Ya que la energía renovable no se puede acumular y no siempre se dan las circunstancias para generarla, el gas es fundamental para hacer funcionar los ciclos combinados. De hecho, en España se ha convertido en la principal fuente de generación eléctrica como combustible de las centrales de ciclo combinado por la caída de las renovables. Pero esta planificación agrava la dependencia del exterior, ya que solo Holanda produce gas natural -y prevé reducir su capacidad por los riesgos sísmicos en la región-. 

Detrás de la moderación de los precios en los últimos días están Rusia y EEUU, dispuestos a usar "todas las herramientas están sobre la mesa" para abordar la fuerte subida de los precios del combustible. Sin embargo, Europa está 'atada' sin capacidad de producción para controlar su mercado. En el centro de la tormenta europea está Rusia. Es el mayor proveedor, proporcionando aproximadamente el 40% de todo el gas de la UE, por lo que una contracción de los volúmenes de gas europeos conduce a subidas de precios. La relación de Europa con Rusia y su presidente, Vladimir Putin, es tensa. El Kremlin siempre ha buscado presentarse como un proveedor de gas confiable frente a Occidente, pero sus últimas actuaciones podrían significar una nueva fase en su política exterior. 

Algunos analistas apuntan a que Rusia ha utilizado la crisis energética para presionar en la aprobación del polémico gasoducto Nord Stream 2, con lo que se espera que se duplique el suministro de gas a Alemania. El proyecto ha generado división en la UE y provocado fricciones con EEUU, ya que el gasoducto pasará por alto Ucrania y según los críticos aumenta la dependencia de Europa a Rusia.

Además, Argelia también es un país clave, especialmente para España, que ha diversificado sus fuentes. No obstante, la geopolítica no ayuda a tener el control de este mercado y ahora, por esta parte, también se ha topado con el cierre del gasoducto del Magreb, que conecta Argelia con nuestro país a través de Marruecos, por los problemas entre ambos países africanos. 

La situación puede empeorar según el invierno

Ben Laidler, analista de eToro, explica que las materias primas se encuentran en un punto de fuerte demanda y con la escasez de oferta, después de una década de baja rentabilidad en los precios e inversiones insuficientes. La reapertura económica global impulsa la demanda eléctrica y, a su vez, también tira de la generación térmica con gas para suplir las carencias de las renovables, lo que dispara los precios. Además, hay otro ingrediente adicional que empuja su coste: el llenado de las reservas estratégicas de cara al invierno.

La transición del carbono está alterando la respuesta de la oferta de "la solución a los precios altos son los precios altos". Y en Europa el escenario se complica por una combinación de clima adverso, la interrupción del suministro del Mar del Norte y Rusia, y la mayor competencia por la demanda de gas natural en Asia. Así, el futuro que debe manejar Europa es complejo, con las grandes industrias ya recibiendo el 'golpe' de la factura del gas, mientras que el impacto en el consumidor se acerca, ya que el gas supone el 25% de la generación de electricidad en Europa.

La situación puede empeorar según el clima invernal. Un periodo de tiempo muy frío podría presionar los mercados y colapsar de nuevo con precios récord. De hecho, según recogió Bloomberg, en el noroeste del continente se espera que la próxima semana las temperaturas caigan más de lo normal, mientras que la capacidad de generar viento también es probable que descienda a su nivel más bajo cuando aumenta la demanda de calefacción. 

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