Ante el deterioro económico

El BCE pasa a modo ataque: "Si hay que volver a cargar otra vez... lo haremos"

El banco central "recalibrará" su kit de herramientas monetarias en diciembre cuando publique sus proyecciones económicas para 2021 pera deja la puerta abierta a una actuación inmediata.

Christine Lagarde, presidenta del BCE
Christine Lagarde, presidenta del BCE, junto al vicepresidente, Luis de Guindos.
ECB / Archivo / L. I

Deterioro económico, amenaza de recesión... inflación negativa, ¿síntoma de deflación? El Banco Central Europeo (BCE) asiste al cierre de filas de sus gobernadores para un movimiento expansivo de su política monetaria. La autoridad monetaria emplaza a su reunión del 10 de diciembre como la fecha clave en la que modificará su kit de instrumentos monetarios (APP, PEPP, TLTRO) para afrontar la segunda ola del Covid-19. Desde que tomó posesión como presidenta del BCE, Christine Lagarde nunca había sido tan explícita, confiable y tajante en sus mensajes como lo fue este jueves.

Ante las preguntas de la prensa, la banquera francesa fue esta vez clara y respondió con seguridad y vehemencia sobre la disposición a actuar del BCE de manera inminente. “Algunos de ustedes podrían discutir que estoy leyendo una vez más, pero no puedo resistirme porque creo que este párrafo es realmente clave”, subrayó la banquera francesa en referencia a la introducción del comunicado del BCE.  Y leyó con energía: “Sobre la base de esta evaluación actualizada, el Consejo de Gobierno recalibrará sus instrumentos, según proceda, para responder a la situación actual y garantizar que las condiciones de financiación sigan siendo favorables para apoyar la recuperación económica”. Stop.

Lagarde confirmó el BCE no solo actuará con contundencia en diciembre, sino que dejó la puerta abierta a un movimiento inmediato si se requiere. "No estoy descartando ninguna herramienta que tengamos", aseguró para después recordar que hará uso de la flexibilidad del bazuca PEPP (Programa de Compras de Emergencia Pandémica) de 1,35 billones de euros, con el que ha domado a los mercados de deuda para que países como España o Italia -y miles de emisores públicos o privados- se puedan seguir financiando desde que estalló la crisis con intereses históricamente baratos.

“No, no discutimos en absoluto ningún cambio en particular o específico sobre ninguna de las medidas que tenemos implementadas. Todos estuvimos de acuerdo. Todo el consejo de gobierno estuvo totalmente de acuerdo en recalibrar nuestros instrumentos, como establecimos muy claramente en las declaraciones introductorias con el fin de alcanzar los objetivos que tenemos. Y no estoy descartando ninguna herramienta que tengamos”, respondió ante las dudas expresadas acerca de la decisión.

Respaldada por el vicepresidente, Luis de Guindos, la ex directora del FMI señaló que el staff del BCE está trabajando en las opciones sobre la mesa para pasar al’ modo ataque’ frente a la segunda ola de la pandemia, el riesgo de segunda recesión, la baja inflación de la eurozona, sumergida en tasas negativas de IPC que hacen temer incluso por la deflación. 

Cuando decimos 'sus instrumentos' quiere decir lo que significa: todos ellos. Vamos a identificar cuáles son las formas óptimas de utilizar uno u otro instrumento, varios de ellos y claramente trabajamos en aumentarlos, extenderlos… Trabajamos sobre la duración, sobre el volumen, sobre su atractivo. Haremos todo eso y, como dije, el personal del BCE ya está trabajando en ello”, reveló la máxima responsable del organismo.

La banquera francesa no se mordió la lengua en ninguna pregunta y dejó la puerta abierta a volver a usar el PEPP de forma acelerada como en marzo para estabilizar los mercados si es necesario. “Su flexibilidad se aplica en tres dimensiones que también serán examinadas. A través de clases de activos, tiempo y jurisdicciones. Sobre las clases de activos, creo que no necesito explicarlo: nos movimos al papel comercial, por ejemplo, a lo largo del tiempo. Hicimos una carga frontal en los primeros días del PEPP, si tenemos que hacerlo otra vez, lo haremos y, en todas las jurisdicciones".

Lagarde reconoció que, durante los primeros meses, el BCE se desvió sus claves de capital -la ponderación o peso de cada país en el  banco central-, pero conforme el mercado se fue estabilizando y la transmisión de la política monetaria fluyó, esa desviación se corrigió. Este movimiento ha sido clave en 2020, por ejemplo, para volver a situar las primas de riesgo de los países periféricos en niveles asumibles. “Pero si necesitamos usar ese aspecto de la flexibilidad nuevamente, lo haremos”, advirtió Lagarde.

Entre 500.000 y 600.000 millones más

En opinión de Mondher Bettaieb-Loriot, director de crédito corporativo de Vontobel AM, la redimensión del bazuca del BCE será transversal. “El paquete abarcaría varios de sus instrumentos ya existentes, como el APP y el PEPP, y no se centraría en una sola herramienta. El consenso prevé que esas compras adicionales asciendan a unos 500.000 millones de euros y es probable que se amplíen las fechas de vencimiento”, estima este experto.

Sobre el impacto de una acción de este calado, el gestor de Vontobel cree que tendrá efectos visibles para la inversión en renta fija. “La implicación para nuestro mercado de bonos corporativos es que el aumento de las compras crédito reduce tanto el stock como el flujo disponible para los inversores privados. La escasez de bonos, y especialmente de bonos corporativos, se intensificará con las acciones del BCE previstas para diciembre. Esto representa un apoyo técnico muy fuerte de cara a 2021”, añade.

“Esperamos 600.000 millones de euros adicionales en compras y la ampliación del programa por seis meses hasta finales de 2021 parece razonable. También esperaríamos operaciones adicionales de TLTRO-III más allá de marzo de 2021, así como una extensión del período de tipo de interés preferencial del -1% en virtud de TLTRO-III de junio a diciembre de 2021, en consonancia con la expectativa de una extensión del PEPP en el mismo horizonte”, estima Konstantin Veit, gestor de PIMCO.

Andreas Billmeier, analista senior de deuda pública de Western Asset, gestora de inversión especializada en Renta Fija, cree que la decisión de fijar el 10 de diciembre como fecha para que el BCE pase la acción, no es casualidad. “Para entonces, las nuevas proyecciones macroeconómicas podrán tener en cuenta el hecho de que la inflación subyacente se sitúe considerablemente por debajo de las perspectivas fijadas en septiembre, así como el impacto de los confinamientos de la segunda ola de Covid-19. Los pronósticos también resultarán más precisos respecto al impulso fiscal incorporado en los presupuestos de los miembros de la zona del euro para 2021, que conllevan un especial nivel de incertidumbre este año debido a la transferencia del Fondo Europeo de Recuperación”.

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