Mucho ha llovido desde que Repsol actualizó este año su plan estratégico para el periodo 2016-2020 el pasado mes de junio. En el caso del mercado de materias primas podría decirse que ha tronado desde entonces. El hundimiento del barril de Brent más del 31%, hasta los 59 dólares en el último mes y medio, ha puesto el foco en las perspectivas en las que la firma había basado sus previsiones para éste y el próximo año. Las cifras se han visto superadas por la realidad... y a peor.
De hecho, el fuerte abaratamiento del crudo desde el 3 de octubre se ha llevado de un plumazo 3.663 millones de euros de capitalización de la compañía. Es cierto que la firma presidida por Antonio Brufau fija el nivel óptimo del precio del petróleo por encima de los 50 dólares. Siempre que el barril cotice como mínimo a ese nivel, desde la compañía aseguran que "podrá autofinanciarse" y que mantendrá "una elevada flexibilidad financiera" y un "nivel de deuda muy inferior a la media del sector".
Sin embargo, los expertos consultados por este diario temen que la corrección que ha experimentado el petróleo en las últimas semanas se traduzca en un descenso de los márgenes para la compañía. Por ejemplo, Antonio Sales, analista de XTB, considera que de mantenerse el escenario actual, es probable que veamos un empeoramiento en la petrolera española de cara a final de año a no ser que se produzca una recuperación y estabilización del crudo en los 80 dólares por barril.
De hecho, en su propia hoja de ruta Repsol establece un precio del barril de Brent de 85 dólares este año (un 44% por encima de su cotización actual) y de 90 dólares el próximo, esto es, un 52% más caro de como se paga actualmente en el mercado de futuros con esos 59,22 dólares a los que despide la semana. Repsol, una auténtica perita en dulce en el sector por su desempeño en los últimos trimestres, conseguía entre enero y septiembre los mejores resultados de la última década: ganó más de 2.100 millones de euros. Todo un lujo que le sitúa en la mejor disposición para emplear su generación de caja en acelerar sus inversiones.
En manos de la OPEP
A tenor de la evolución del crudo, los analistas consultados por este diario consideran que el acontecimiento más importante que podría modificar la situación a corto plazo para la petrolera española viene de la mano de los miembros de la OPEP, que tienen previsto reunirse el próximo 6 de diciembre. Si los países productores deciden incrementar la extracción, las reacciones de la compañía serían "todavía más adversas" y podrían generar "correcciones más relevantes en el precio". Por el contrario, un recorte de la producción llevaría a la compañía a un escenario más positivo y se traduciría en una mejora en los márgenes.
Lo cierto es que en un año de fuerte volatilidad en su principal materia prima, la compañía ha optado por entrar en el negocio de la generación y comercialización eléctrica con la compra a Viesgo de activos por 750 millones de euros. Estos son parte de la estrategia con la que pretende captar 2,5 millones de clientes de gas y electricidad en España. La operación, que terminó de cerrarse a principios de este mes, permitirá a Repsol contar con una capacidad total instalada de 2.950 MW (2.350 MW procedentes de esta operación, más 600 MW de las plantas de cogeneración que ya poseía).
El movimiento, para el que destinará 750 de los 4.000 millones que tenía en cartera para realizar inversiones, culmina el 'giro verde' de la petrolera tras su salida de Naturgy (la antigua Gas Natural Fenosa). La firma de Antonio Brufau completó la venta a la firma de inversión CVC del 20% de la energética a principios de año, con lo que ha podido dar un tijeretazo a su deuda. En un año, su pasivo neto se ha reducido desde 6.972 a 2.304 millones de euros al cierre de septiembre.
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