La expansión del coronavirus, con la segunda ola generando serios problemas ya en algunos países, plantea "riesgos considerables para las perspectivas (económicas) a medio plazo". La advertencia la hace la Reserva Federal de Estados Unidos en las actas de la última reunión de política monetaria de su Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) celebrada el pasado 28 y 29 de julio, y que se han hecho públicas en las últimas horas.
Los funcionarios del banco central estadounidense constatan que la actual crisis derivada de la pandemia "afectará duramente a la actividad económica, el empleo y la inflación a corto plazo". El organismo advierte de que a pesar de que el consumo, que representa dos terceras partes del PIB estadounidense, ha repuntado recientemente, la mejora de la actividad empresarial es menor a la prevista en los últimos meses, en tanto que las compañías y negocios continúan registrando "niveles extraordinariamente altos de incertidumbre y riesgos".
Estas perspectivas llevan a los miembros del FOMC a contemplar un mantenimiento de los tipos de interés oficiales en el rango actual del 0% al 0,25% hasta estar "seguros de que la economía ha resistido los acontecimientos recientes y vuelve a ponerse en marcha". No obstante, varios participantes en la última reunión mensual de la Fed apuestan por "brindar una mayor claridad" en relación a la orientación que el organismo seguirá en relación a los tipos, la conocida como 'forward guidance'.
Así, estos miembros en cuestión del FOMC son partidarios de fijar objetivos concretos para la orientación a futuro e incluso un calendario concreto, de forma que el Comité se comprometa a mantener los tipos "al menos hasta que se logre uno o más resultados económicos específicos". El banco central estadounidense podría comprometerse, así, a no tocar el precio del dinero hasta que la inflación se mantenga por un tiempo en el 2% o hasta que se rebase ese nivel.
La mayoría de los funcionarios de la Fed presentes en la reunión consideraron que el control de la curva de tipos, que se había planteado en los últimos meses como otra de las posibles opciones a barajar, apenas tendría efectos en una coyuntura como la actual. Este mecanismo supondría establecer un objetivo para los tipos de interés a largo plazo y, en concreto, para el bono estadounidense a diez años. La próxima reunión de política monetaria del banco central de EEUU tendrá lugar el próximo 15 y 16 de septiembre.
