En plena pandemia

Fin de la era Merkel: Alemania inicia la 'vuelta al cole' a un mes de elecciones

La locomotora encara su recuperación con una inflación dispara en el 3,8%, un PIB que ha crecido menos de lo previsto en el segundo trimestre y una industria afectada por los cuellos de botella y la falta de chips

Merkel
Fin de la era Merkel: Alemania inicia la 'vuelta al cole' a un mes de elecciones
EFE

El próximo 26 de septiembre Alemania celebra unas elecciones federales decisivas en plena pandemia de coronavirus. Serán las primeras desde 2005 en las que ya no participará la actual canciller, Angela Merkel, la mujer que ha llevado las riendas de la locomotora europea durante dieciséis años muy agitados a nivel mundial, con la crisis financiera internacional desde 2008, la crisis de deuda soberana en Europa desde 2011, en pleno auge del euroescepticismo y con la salida de Reino Unido del bloque europeo; y en medio de una presión migratoria cada vez mayor. Desde hace un año y medio también ha tenido que lidiar con la peor crisis sanitaria y económica mundial en tiempos de paz a causa del coronavirus

Uno de los miembros de su gobierno abría hace unos días el debate sobre la posibilidad de imponer restricciones a quienes se niegan a ser vacunados, si las infecciones por Covid-19 se disparan en los próximos meses, como todo parece indicar por los cálculos que hacen instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS). El planteamiento ha generado reacciones de todo tipo en el país que, junto a España e Italia, se encuentra entre los que tienen ya a más de la mitad de su población totalmente vacunada (más de un 53,7% de la población ha recibido ya la pauta completa, es decir, más de 44,6 millones de personas). 

El Instituto Robert Koch, el ente gubernamental encargado del control de enfermedades infecciosas, elevó la pasada semana el número total de casos en el país por encima de los 3,78 millones, mientras que el de fallecidos habría superado ya los 91.730. La pelea con el virus prosigue cuando el país se bate también por consolidar la recuperación de su economía, la mayor de toda Europa.

De momento, el PIB alemán avanzó un 1,5% en el segundo trimestre en relación a los tres meses previos, cuando registró una contracción del 2,1%, un dato que no ha cumplido con las expectativas. Según la oficina federal de estadística alemana, Destatis, el mayor gasto en consumo de los hogares y la inversión pública habrían sido responsables de este acelerón. El avance interanual fue del 9,2% en datos ajustados estacionalmente, tras la caída del 3,1% interanual registrada entre enero y marzo. 

Pese a ello, la economía germana se mueve aún por debajo de los niveles previos a la pandemia, y lo hace en medio la presión de los precios, que va a más -y que ha captado de lleno la atención de los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo-. La tasa de inflación interanual de Alemania se ha situado en julio en el 3,8%, frente al 2,3% registrado en junio y superando las expectativas de un incremento de los precios del 3,3%, según el dato preliminar calculado por Destatis. Sus responsables destacan cómo el fuerte repunte de los precios en julio obedece en gran medida al efecto de base relacionado con la bajada del IVA implementada en el mismo mes del año pasado para estimular la economía ante el golpe de la pandemia.

Sube la inflación y tira el consumo, que ha despertado así de la hibernación a la que lo sometió la pandemia. Esa mayor demanda elevó las ventas minoristas en el país un 4,2% mensual en junio, muy por encima del 2% que habían previsto los principales consensos de mercado. En relación al año anterior fue mucho más contundente, del 6,2%, cuando se había calculado además una caída del 2,2%. No ha sucedido lo mismo con la producción industrial, buque insignia de la economía germana junto con las exportaciones, que se ha visto muy afectada por la carestía de semiconductores por y los cuellos de botella a nivel internacional. Esta referencia ha retrocedido un 1,3% en junio (en relación al mes previo y por tercero consecutivo).

La fábrica de Europa, pendiente del automóvil

El sector industrial representa en torno a 26,8% del PIB y emplea a 27% de la fuerza laboral alemana. Se trata del país más industrializado del Viejo Continente, con una economía muy diversificada. Así y pese a que la industria automotriz es el sector más grande del país, éste cuenta todavía con otros sectores especializados, como la ingeniería mecánica, los equipamientos eléctricos y electrónicos y los productos químicos, como recuerdan desde Santander Trade Markets. Es por ello que las perspectivas más positivas del sector del automóvil de cara a los próximos trimestres tras un 2020 nefasto también deberían tener un reflejo en su economía.  

En este escenario, las perspectivas para la renta variable alemana parecen de momento positivas. El Dax 30 de Fráncfort, acumula una revalorización del 15% en lo que va de año y las perspectivas seguirían siendo positivas en principio. Los analistas de Bank of America (BofA) mantienen, de hecho, su sobreponderación en bolsa del país. Explican que Alemania es muy sensible a las oscilaciones del crecimiento de la zona euro, superando al mercado europeo en general cuando el crecimiento se acelera (es decir, cuando los PMI de la zona euro aumentan).

 "Nuestras proyecciones de un PMI prácticamente plano para los próximos meses, junto con la previsión de nuestros estrategas de divisas de un debilitamiento del euro en relación con el yuan chino (un típico viento de cola para la rentabilidad relativa de Alemania), son coherentes con un rendimiento potencial superior al 4% a finales del tercer trimestre", aseveran desde la entidad estadounidense. 

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