Caídas del 11,3%

Grifols se 'desangra' en bolsa con golpe de Moody's y otra reseña negativa de Gotham

La firma bajista emite un comentario que pone el foco en el cash-pooling (cuentas compartidas) entre las filiales BPC y Haema con Scranton y Grifols, mientras que la agencia de rating pone el foco en la gobernanza corporativa.

Grifols celebra su conferencia con analistas.
Grifols celebra su conferencia con analistas.
L. I.

Las acciones de clase A de Grifols se derrumbaron un 11,3% este miércoles, hasta 6,89 euros, como reacción a la amenaza sobre su rating de la agencia Moody's, que el martes por la tarde puso bajo revisión la nota B2 (altamente especulativa y 5 escalones por debajo del grado de inversión) para una posible rebaja de la calificación. La cotización de la farmacéutica de hemoderivados amplía su caída desde el pasado 9 de enero, cuando se publicó el informe Gotham, a más del 50% y la pérdida de valoración bursátil supera desde entonces los 4.000 millones de euros.

La perspectiva sobre el rating de Moody's ya era 'negativa', es decir, el paso previo para degradar el rating. En marzo de 2023, la firma ya recortó su rating de B1 a B2, con el foco en la deuda financiera del grupo y la gobernanza corporativa de la compañía. Entonces fue por la salida entonces de Steven Mayer a los pocos meses de que asumiera la presidencia en sustitución de Víctor Grifols Roura. Fue sustituido entonces por el consejero independiente Thomas Glanzmann, que pasó a tener funciones ejecutivas y que a partir de 2025 volverá a ser no ejecutivo.

Ahora vuelve a poner el foco en la G de la ESG (Medio ambiente, Social y Gobernanza) después de la última reestructuración de la cúpula directiva con la salida de la familia Grifols de la primera línea ejecutiva. Este cambio supondrá la llegada de un nuevo consejero delegado, Nacho Abia, a partir del próximo 1 de abril. Moody's cita esta cuestión de cambios frecuentes en la dirección como uno de los componentes de su decisión, además de la situación financiera del grupo.

A Moody's le preocupa la refinanciación de la deuda del grupo. Grifols arrastra 11.000 millones de euros en pasivos con un ratio de apalancamiento superior a las 6 veces. Ni siquiera el plan para reducir esa losa con la venta de Shanghái Raas parece ser suficiente. La compañía afronta vencimientos de casi 3.000 millones de euros en apenas 12 meses, incluyendo bonos con reembolsos previstos para febrero y mayo de 2025, así como una línea de crédito bancaria de 1.000 millones de dólares que tiene que ser renovada o cancelada en noviembre del año que viene.

Toda la presión para KPMG

La agencia de rating advierte de riesgos sobre la ejecución de la venta de Raas pese a que la compañía ha contado que la operación está cerrada. También considera que los resultados anuales de Grifols que presentó el pasado jueves han sido más débiles de lo previsto y pone el acento en que las cuentas están sin auditar por KPMG. La firma está demorando la firma de los documentos por los riesgos legales en que incurriría ante los inversores en el caso de que haya irregularidades.

En este punto, la firma bajista Gotham City ha vuelto a emitir un comentario citando las cuentas de Grifols e informes de analistas como Kepler en el que insinúa que hay un conflicto entre el auditor y la compañía sobre la contabilidad del cash-pooling (cuentas compartidas) entre las filiales BPC, Haema y su dueño real Scranton Enterprises, que afectarán a Grifols porque consolida al 100% esas unidades de negocio -pese a que no son suyas- porque cuenta con una opción de recompra, lleva la gestión y es el cliente en exclusiva para ambas.

Gotham considera que KPMG optará por reclasificar ese cash-pooling como deuda o préstamos en lugar de como parte de la tesorería. Además cree que  Grifols ha estado subvencionando a Scranton -participada por directivos y la familia fundadora- con préstamos de bajo interés que pagan todos los accionistas de Grifols. "¿Por qué Grifols no está recolectando intereses significativos por su financiación?", se pregunta en un nuevo comentario. "¿Por qué han prestado 318 millones de euros de los fondos de los accionistas de Grifols a Scranton?", añade.

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