Bajada de rentabilidades

El inversor se sube al último tren del bono de EEUU a más del 4% tras el dato del IPC

La evolución de la inflación en julio apunta en la dirección deseada por la Fed para dejar de subir los tipos de interés y adoptar una pausa, esta vez definitiva, en el actual ciclo de endurecimiento monetario.

Powell tiene menos presión para subir tipos en septiembre.
Powell tiene menos presión para subir tipos en septiembre.
Britt Leckmann / Fed vía La Información

La que iba a ser una semana de tensión en la deuda se ha saldado con una relajación del estrés ante la posibilidad de nuevas subidas de tipos. Al revés, el último dato de inflación en EEUU apunta a que la Reserva Federal (Fed) no tendrá que cargar con un nuevo aumento de tasas en septiembre para enfriar la economía

La reacción del mercado de bonos apunta a un fin de ciclo definitivo. Los futuros sobre tipos de la Fed ya solo recogen un 15% de probabilidades de aumentos de tipos el mes que viene y un 21% en noviembre. Además, la posibilidad de un recorte de tasas en el inicio de 2024 es el escenario más probable con la situación actual.

Según la oficina estadística BLS, el IPC estadounidense de julio escaló al 3,2% en tasa interanual, dos décimas más que en junio pero una menos de lo estimado por los economistas. La tasa subyacente se situó en el 4,7%, una décima menos que en junio y también por debajo de lo previsto. La gran historia detrás del dato es que un creciente grupo de expertos prevé que su evolución siga convergiendo en pos de la ansiada estabilidad en torno al 2% en el medio plazo. 

"Una segunda serie benigna consecutiva de datos inflacionarios se suma al optimismo de que el ciclo de subidas de tipos de la Fed ha llegado a su fin y que se puede lograr un aterrizaje suave para la economía estadounidense. Seguimos teniendo nuestras preocupaciones sobre las perspectivas económicas, centradas en la parada abrupta y dura del crecimiento del crédito, pero la Fed pronto estará en posición de poder recortar las tasas si se materializa una recesión", escribe James Knightley, economista jefe de ING Research.

Rentabilidades por encima de la inflación

Con ese escenario de parada definitiva en los tipos y potenciales recortes en 2024, los inversores vieron la oportunidad de cargar sus carteras con bonos a 10 años con un rendimiento por encima del 4% en el que se han movido esta semana. Llegó a situarse por debajo de ese nivel tras el dato de IPC debido a que las compras hacen subir el precio y bajar el rendimiento, que se mueven de forma inversa en función del cupón del bono. Lo cierto es que conforme fue avanzando la sesión, el rendimiento volvió a recuperar terreno para cerrar cerca del 4,1%.

Durante meses, la curva de la deuda ha permanecido invertida, es decir, los tipos a corto plazo han cotizado por encima de los del largo plazo. Ahora ese escenario no tendría sentido. Por eso el 10 años (4,1%) debería converger con el 2 años (4,8%) y el resto de plazos de la deuda. En ese horizonte de rentabilidades de la deuda soberana ha tenido gran influencia esta semana la serie de subastas que ha llevado a cabo el Tesoro federal para recaudar más de 100.000 millones de euros. 

El apetito inversor fue notable tanto en la colocación del jueves de bonos a 30 años (23.000 millones de dólares) como en la subasta de las obligaciones a 10 años del miércoles (38.000 millones) o en las de 3 años del martes (42.000 millones). En general, el Tesoro salió bienparado y con buena nota de una prueba difícil apenas una semana después de la rebaja de rating de Fitch a EEUU.

Para muchos inversores, la oportunidad de invertir en bonos a largo plazo con rendimiento que supera la inflación -que ofrece tipos reales positivos- es una apuesta segura para asignar capital. Bancos y aseguradoras están siguen su dinero en busca de rentabilidades superiores al 4% en la deuda federal de EEUU, la más segura y líquida del mundo junto a la alemana.

No todos piensan igual. Callie Cox, analista de inversiones de EE UU de eToro, pone el acento en que el IPC interanual está muy influido por los efectos de base, "una peculiaridad matemática dado que la inflación tocó techo hace un año", por lo que esto podría cambiar la política de la Fed y la curva invertida de la deuda pública aún tendría sentido como índice adelantado de recesión.

"Estamos lejos de las condiciones inflacionistas de 2022. Los indicadores de inflación en tiempo real han avanzado mucho en el último año, y la demanda se ha enfriado claramente. La inflación puede aumentar a partir de ahora, pero es mucho menos probable que se descontrole (...) Y la posibilidad de una recesión sigue siendo significativa", advierte en un comentario este jueves.

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