Caída del euro frente al dólar

Lagarde cambia de opinión con los tipos y observa un deterioro con la financiación

La reunión del Banco Central Europeo deja claro que las expectativas de una subida de tipos de interés en septiembre han perdido fuerza por el estancamiento económico y el deterioro del acceso al crédito.

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE).
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE).
BCE vía La Información

Bandera blanca. La cruzada de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, por mantener la tensión con expectativas de futuras subidas de tipos de interés en la zona euro en septiembre se vinieron abajo este jueves con el cambio de tono de su discurso, que pasó de ser manso en julio tras la agresividad mostrada en la reunión de mayo y junio

La máxima responsable de la política monetaria dibujó un escenario pesimista para la economía europea, en el que la inflación no termina de bajar y las condiciones de financiación para empresas y hogares se ponen cuesta arriba. "La inflación sigue descendiendo, pero aún se espera que permanezca demasiado alta durante demasiado tiempo", aseguró este jueves tras la novena subida de tipos desde 2022.

A falta de nuevas previsiones, el cuadro macro que pintó Lagarde con tono de funeral fue el siguiente: "Las perspectivas económicas a corto plazo para la zona del euro se han deteriorado, debido en gran medida a una demanda interna más débil. La alta inflación y las condiciones de financiación más estrictas están frenando el gasto.

 Esto pesa especialmente sobre la producción manufacturera, que también se ve frenada por la debilidad de la demanda externa. La inversión en vivienda y negocios también está mostrando signos de debilidad. Los servicios siguen más resistentes, especialmente en subsectores intensivos como el turismo. Pero el impulso se está desacelerando  y se espera que la economía se mantenga débil en el corto plazo".

"El BCE nuevamente corre el riesgo de quedarse atrás. Esta vez no por ser demasiado benigno con la inflación, sino por ser demasiado optimista y demasiado benigno con el impacto económico de sus propias medidas políticas".

Previamente, el BCE elevó los tipos de interés por novena reunión consecutiva hasta llevarlos del 4% al 4,25%, cada vez más cerca de situarlos por encima de la inflación, que el próximo lunes, cuando Eurostat publique el dato, superará aún el 5%. Hay países como España que estarán muy por debajo de ese nivel con un IPC adelantado para julio del 2,3%, algo por encima de lo previsto, según ha publicado el INE. 

En este punto, Lagarde repitió hasta en dos ocasiones que los tipos se situarán en "niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario" para bajarla al 2%. ¿Significa esto que subirán más los tipos? "Mantenemos una mentalidad abierta respecto a las decisiones que tomaremos en septiembre y en las reuniones posteriores. Podríamos aumentar las tasas o mantenerlas, puede ser una subida o una pausa", recalcó.

Vibraciones de pausa en el BCE

Hubo detalles que refuerzan la tesis de que ahora el BCE no tiene tan claro que vaya a subir los tipos de interés tras el verano. Solamente el hecho de que Lagarde pusiese sobre la mesa la posibilidad de una pausa puso a los analistas a buscar más pistas en su lenguaje, más allá del frío panorama que ve en la economía europea. Eduardo Cobián, subdirector de Creand Family Office, pone el acento en un matiz de la declaración oficial, el particular idioma de señales de los bancos centrales. 

 "Se percibe cierto cambio en el lenguaje utilizado por el BCE en la reunión de junio y en la de ahora. En la anterior, señalaban que los tipos 'se elevarían' a niveles suficientemente restrictivos como para llegar a una inflación del 2%, en esta ocasión ha señalado que los tipos 'se fijarán' en niveles suficientemente restrictivos, es decir, el organismo ha pasado de decir que los tipos seguirán subiendo a que se mantendrán en niveles elevados. Este pequeño cambio ha hecho que el mercado lo haya tomado como una postura 'dovish', lo que ha provocado una cierta depreciación del euro y que la rentabilidad de los bonos soberanos caiga", explica.

Para Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO, todavía falta una postura más dura del BCE aunque puede que no sea con los tipos: "Creemos que para que la inflación vuelva a normalizarse plenamente hacia el objetivo del 2% fijado por el BCE, es probable que sea necesario un enfriamiento adicional de la economía y cierta debilidad del mercado laboral. Prevemos que el BCE una reducción anticipada de las reinversiones del PEPP, posiblemente este mismo año. No creemos que el BCE descarte categóricamente la venta de sus tenencias de bonos, sino que seguirá centrándose en una reducción pasiva gradual y ordenada de las reinversiones".

"Después del preanuncio de junio (para julio), fue difícil para el BCE no subir las tasas de interés hoy. El banco central ha sido demasiado explícito en que el riesgo de detener prematuramente las subidas de tipos es mucho mayor que ir demasiado lejos. Sin embargo, el reciente lote de datos negativos de la eurozona (PMI,IFO, préstamos...) debe haber tenido un impacto aterrador en la confianza en la EuroTower", augura Carsten Brzeski, director global de Macro de ING Research. "De hecho, el BCE nuevamente corre el riesgo de quedarse atrás. Esta vez no por ser demasiado benigno con la inflación, sino por ser demasiado optimista y demasiado benigno con el impacto económico de sus propias medidas políticas", concluye.

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