Efecto escalón

El desplome de la energía llega a su punto álgido anual para dar otro pinchazo al IPC

El diferencial de precios en luz, gas, crudo y combustibles alcanza en julio y agosto su mayor nivel debido a los récords de cotización que se marcaron el verano pasado como consecuencia del temor al desabastecimiento.

Una persona reposta en una gasolinera, a 14 de julio de 2023, en Madrid (España).
Una persona reposta en una gasolinera, a 14 de julio de 2023, en Madrid (España).
Eduardo Parra / Europa Press

El proceso desinflacionario se acelera. El IPC adelantado de julio que se dará a conocer este viernes acapara todas las miradas de los inversores, tanto como el índice que se conocerá el lunes en la zona euro. Llegará justo 24 horas después de que el Banco Central Europeo (BCE) suba los tipos de interés por novena vez consecutiva, hasta el 4,25%, antes de adoptar una pausa en agosto. Cerrará una semana plagada de acontecimientos con reuniones de bancos centrales, datos macro, resultados corporativos y la resaca de las elecciones generales del 23J. 

Pero pese a llegar el último a la fiesta asumirá el protagonismo con un nuevo descenso de niveles que acelera la desinflación de precios de consumo. Será más acusada en España que en Europa. El consenso maneja un enfriamiento de tres décimas hasta un crecimiento interanual del 1,5% en julio desde el 1,9% de junio. En la comparativa mes a mes, el IPC puede contraerse cuatro décimas. En agosto se agudizará este descenso por el efecto escalón de la energía con respecto a 2022. En el caso de la zona euro, el mismo indicador todavía superará aún el 5% este mes.

Después del drástico aumento de los precios del gas y la electricidad en 2022 por la guerra de Rusia y Ucrania, la primera mitad de 2023 ha sido testigo de una reducción en los precios de la energía igual de drástica. El gas natural TTF, la referencia europea, cotizó en un rango de 150 a 200 euros por MWh en julio de 2022, mientras que ese mes se pagado de forma consistente por debajo de los 30 euros, lo que supone una caída interanual del 80 al 90%

Del mismo modo, el Mibgas ibérico ha registrado descensos de cuantía equivalente en porcentaje, que en términos absolutos también es la mayor de la historia. En agosto, cuando se marcaron los actuales récords históricos en 2022, el efecto escalón será mayor todavía. En el caso específico de los precios del gas en Europa, la menor demanda en 2023 por las temperaturas templadas de la temporada de invierno y el exceso de aprovisionamiento han sido los principales factores del impacto.  

De rebote, la repercusión de los precios del gas en la generación de electricidad ha sido la causa principal del abaratamiento de la luz, según recogen en sus informes semestrales de  los principales operadores del sector en España. "Los precios mayoristas de la electricidad registraron un descenso del 57,1% en la primera mitad de 2023 en comparación con el mismo período del año anterior", señalaba Naturgy, mientras que en Endesa explicaban este miércoles que el menor coste de la luz se ha producido "como consecuencia, fundamentalmente, del descenso de los precios del gas y del aumento de la producción renovable".

Por su parte, los precios promedio del barril Brent, la referencia europea, han sido un 25,8% más bajos en la primera mitad de 2023 en comparación con el mismo período en 2022. A su vez, los combustibles como las gasolinas o el diésel acumulan caídas este verano frente al anterior que superan ese porcentaje en términos brutos, sin contar con el efecto que ha tenido durante el último año el descuento de los 20 céntimos por litro que impulsó el Gobierno para compensar la escalada de costes.

Desinflación acelerada para el BCE

La combinación del descenso récord en los precios de la energía y el efecto escalón respecto a 2022 puede llevar este jueves a que el Banco Central Europeo (BCE) se muestra algo más indulgente en su discurso sobre próximas subidas de tipos de interés. Todos dan por segura una subida de tipos del 4% al 4,25% para hoy, pero las dudas sobre la capacidad que tendrá para hacerlo en septiembre son muchas. "Sin duda, ahora hay más probabilidades que el mes pasado de que el BCE ‘termine’ su política monetaria en julio, sin llegar a situarla en el 4%. Podemos empezar a tener esperanzas de que la desinflación observada a escala mundial esté afectando a la zona euro de forma más tangible", explica Gilles Möec, economista jefe de Axa IM.

Después de la subida de tipos de este miércoles de la Fed, la presión para que el BCE hacen inviable, según los expertos, que Lagarde de señales de moderación. "Lo que falta, sin embargo, cuando comparamos la situación europea con la estadounidense, es una desaceleración adecuada de la inflación subyacente ya patente en los datos. Nuestras propias previsiones lo ven sólo para los últimos 4 meses del año. Es cierto que nuestras previsiones eran demasiado elevadas para junio, pero más allá de las impresiones reales sobre los precios al consumo, nos sigue impresionando la atención prestada por el BCE a la evolución de los salarios. Como venimos repitiendo desde hace tiempo, nos cuesta creer que el BCE vaya a hacer una pausa antes de que esté claro que el crecimiento salarial ha empezado a desacelerarse, y eso puede que sólo se materialice después de la reunión de septiembre", dice Möec.

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