Mensaje 'dovish '

Lagarde (BCE) suaviza su tono y se abre a una pausa en los tipos para septiembre

La presidenta del Banco Central Europeo insiste en que sus decisiones dependerán de los datos económicos pero considera afrontan el escenario próximo con una "mentalidad abierta" a cambiar de opinión.

Luis de Guindos (i) y Christine Lagarde, durante la conferencia del 27 de julio.
Luis de Guindos (i) y Christine Lagarde, durante la conferencia del 27 de julio.
FELIX SCHMITT / ECB

Unanimidad entre los observadores de la política monetaria: el búho con el que el que autoindentificó la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha pasado este jueves de ser 'hawkish' a 'dovish', de una posición agresiva-restrictiva a una más neutral y suave. La banquera gala afirmó este jueves ante la prensa y analistas que el consejo de gobierno mantiene una "mentalidad abierta" sobre cómo proceder justo después del aumento de tipos de un cuarto de punto, hasta el 4,25%.

"Mantenemos una mentalidad abierta respecto a las decisiones que tomaremos en septiembre y en las reuniones posteriores. Podríamos aumentar las tasas o mantenerlas, puede ser una subida o una pausa", señaló su comparecencia en Fráncfort tras el noveno aumento consecutivo de tasas desde julio de 2022. Después de preanunciar varias veces lo que el BCE haría en la siguiente reunión, Lagarde fue esta vez más cauta y aseguró que todo dependerá de los datos con especial foco en tres áreas: actividad económica, inflación subyacente y transmisión monetaria.

El próximo 14 de septiembre, los economistas del BCE actualizarán el conjunto de proyecciones económicas trimestrales, que actualmente muestran que la inflación seguirá superando el 2% para fines de 2025. Cerca de la reunión, Lagarde también podría estar en una mejor posición para ofrecer pistas sobre el pensamiento del BCE mientras pronuncia un discurso en la reunión anual de Jackson Hole de la Fed en agosto. Se trata de un encuentro de banqueros centrales en el que intercambian puntos de vista sobre el desarrollo de la política económica global.

Los expertos han señalado que su campaña récord de subida de tipos de 425 puntos básicos está cerca del fin de ciclo conforme la inflación sigue disminuyendo pero sigue superando el objetivo del 2%. Pese a que Lagarde se mostró abierta a dejar de subir las tasas en la zona euro, también insistió en dos ideas que buscan anclar las expectativas: la inflación seguirá  "demasiado alta durante demasiado tiempo" y que los futuros niveles de tipos estarán en "niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario."

Al igual que en los Estados Unidos, donde la Reserva Federal de Jerome Powell aumentó las tasas el miércoles, los analistas e inversores consideran que el BCE está ahora en su punto máximo o a un paso de alcanzarlo en cuanto a los costes de endeudamiento. Lagarde hizo notar también que el crecimiento de la economía de la zona euro es frágil, mientras que la demanda de préstamos bancarios ha disminuido a una velocidad que comienza a preocupar a los inversores.

Deterioro económico y en la financiación

Cada vez hay más evidencias de que la subida acumulativa de tipos del BCE desde julio de 2022 hasta ahora está afectando a las empresas y los hogares de forma relevante. De hecho, la encuesta de préstamos bancarios que se ha conocido esta semana muestra como los bancos están cerrando el grifo de la financiación y el apetito de hogares y empresas por el crédito se está desplomando.

"Las perspectivas económicas a corto plazo para la zona del euro han empeorado, principalmente debido a una demanda interna más débil. Con el tiempo, la disminución de la inflación, el aumento de los ingresos y las mejores condiciones de oferta deberían respaldar la recuperación", apuntilló Lagarde. La inflación subyacente, una métrica muy observada que excluye la energía y los alimentos, se aceleró el mes pasado hasta igualar la cifra del 5,5% de la inflación general.

Incluso los gobernadores tradicionalmente favorables a subir las tasas, como el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, y el gobernador holandés, Klaas Knot,  se han bajado del carro y ahora afirman que septiembre sigue siendo una opción abierta y dependerá de los datos. Otros bancos centrales como el Banco de la Reserva de Australia, el de Canadá o la Fed de EEUU han adoptado pausas en algún momento en su ciclo de tipos para terminar de afinar el ajuste de tipos. También ha sucedido con el Banco de Inglaterra o el de Noruega. El problema del BCE es empezó su camino mucho más tarde que el resto y no puede terminarlo antes.

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