Mario Montagnani (Vontobel)

"Parece ahora más inevitable que nunca una recesión por efecto del alza de tipos"

El gestor de la firma suiza considera que los bancos centrales se enfrentan a un difícil equilibrio entre seguir subiendo tipos y mantener la estabilidad financiera pero descarta una crisis al estilo de 2008.

Mario Montagnani, estratega de Vontobel.
Mario Montagnani, estratega de Vontobel.
Vontobel vía L. I.

Mario Montagnani, estratega senior de inversión de Vontobel, hace un repaso a la situación actual derivada de la crisis bancaria y la subida de los tipos de interés. Compara el momento que atraviesa el mercado con el que se observó en 2008 y las diferencias concretas que existen. También, si hay un cambio de hoja de ruta por parte de los bancos centrales.

P: ¿Qué diferencias aprecian entre la crisis bancaria en Europa y en EEUU?

R: La Gran Crisis Financiera de 2008 que afectó fuertemente al sector bancario, impulsó el desarrollo de Basilea III, un conjunto de reformas que reforzaron la supervisión y la gestión de riesgos de todos los bancos.

Desde entonces y en la práctica, se aplica a la gran mayoría de los bancos europeos. Sin embargo, este no es el caso de Estados Unidos. Los bancos de este país cuyos balances son inferiores a 250.000 millones de dólares no tenían, ni tienen, que seguir estos mismos estándares.

Tanto Silicon Valley Bank (SVB) - como más recientemente Credit Suisse (CS) en Suiza - constituyen acontecimientos más idiosincrásicos que sistémicos. El sector bancario está bien capitalizado tanto en Estados Unidos como en Europa, donde la normativa es más estricta.

P: ¿Existen diferencias entre la crisis bancaria de 2023 y la de 2008?

R: Tanto la crisis de las hipotecas de alto riesgo como la crisis financiera mundial de 2008 se desencadenaron por el colapso de la burbuja inmobiliaria estadounidense, que provocó impagos de hipotecas, ejecuciones hipotecarias y la devaluación de los valores relacionados con la vivienda, a los que los bancos estaban especialmente expuestos. La situación es muy distinta a la actual.

Ahora sabemos que SVB tenía una gestión de riesgos y de activos y pasivos deficiente, algo muy específico de cada empresa. Como todos los bancos de menos de 250.000 millones de dólares de activos totales, entre ellos SVB, estaban fuera del ámbito de los "test de estrés", o se consideraban "sin importancia sistémica", las autoridades reguladoras no han prestado atención a este problema en los últimos años. Por lo que sabemos, los males que afectaron al banco suizo Credit Suisse estaban más relacionados con la pérdida de confianza de los ahorradores que con el balance del grupo.

Aun así, el incidente hace pensar que las entidades bancarias tendrán que recalibrar sus estrategias de crédito restándoles riesgo a medida que el impacto del aumento de los rendimientos se haga cada vez más visible. Es probable que las empresas y los consumidores se vean afectados, ya que los bancos serán más prudentes a la hora de prestarles dinero.

No debemos olvidar que los bancos estadounidenses de tamaño medio juegan un papel importante en la economía de EE.UU., ya que representan aproximadamente el 50% de los préstamos comerciales e industriales de EE.UU., entre el 60-80% de los préstamos inmobiliarios residenciales y comerciales, y alrededor del 50% de los préstamos al consumo. 

Se trata de un volumen considerable. En conclusión, a pesar de que creemos que no debería haber riesgo sistémico para los bancos como en 2008, no podemos excluir nuevos daños colaterales del ciclo de subidas masivas en 40 años iniciado por los bancos centrales hace casi 12 meses.

P: Bancos: ¿cómo valora su comportamiento reciente? ¿Están cambiando los fundamentales?

R: Para muchos inversores, los bancos figuran entre los valores preferidos, sobre todo desde mediados de 2022. El sector bancario se ha vuelto ciertamente muy atractivo en los últimos meses y especialmente en el contexto europeo ha disfrutado de un fuerte rendimiento desde finales de septiembre de 2022. 

Esto se debe a un entorno de tipos muy favorable para todo el sector. A modo de ejemplo, el índice Euro Stoxx Banks experimentó un rendimiento absoluto superior al 50% desde esa fecha hasta finales de febrero de 2023. A pesar de que la valoración sigue siendo muy atractiva, los acontecimientos de las últimas semanas han introducido incertidumbre y, sin duda, han influido en el ánimo de los inversores, que están reevaluando la prima de riesgo que ofrece el sector.

P: ¿Por qué ha subido tanto el euro y a quién beneficia su apreciación?

R: El tipo de cambio entre el euro (EUR) y el dólar estadounidense (USD) ha subido en los últimos meses debido a la moderada mejora del sentimiento económico en la eurozona. También gracias a la disminución de la amenaza sobre los precios de la energía en la zona euro, tras el suave invierno que todos aprovechamos en gran parte del norte de Europa.

Además, la suavización de la política de la Reserva Federal estadounidense (Fed) desde mediados de diciembre y las perspectivas de subidas más lentas de los tipos de interés en Estados Unidos han apoyado al euro, por un lado, mientras que, por otro, han reducido el atractivo del billete verde como activo refugio.

Un euro fuerte debería ser moderadamente positivo para los esfuerzos del Banco Central Europeo por reducir la inflación. Sin embargo, un euro fuerte es una mala noticia para las empresas europeas que tienen una exposición superior a la media (alrededor del 25%) a las exportaciones extranjeras, especialmente las denominadas en dólares estadounidenses. 

Como consecuencia, una rápida apreciación del euro hace que los productos europeos sean menos competitivos en el extranjero. Lo contrario ocurre con las empresas estadounidenses, que sin embargo tienen una exposición media del 15% a la zona euro en términos de ingresos.

P: Actúan bien los bancos centrales: ¿cambia la hoja de ruta con la crisis bancaria?

R: No. Las turbulencias en el sector bancario a mediados de marzo suscitaron conjeturas en torno al ejercicio de equilibrio que los bancos centrales deben afrontar en estos momentos entre la estabilidad financiera y la de precios. Esto, junto con unas curvas de tipos todavía muy invertidas, cambió por completo la percepción de los inversores, lo que provocó una reevaluación masiva de la futura política monetaria estadounidense y exacerbó la volatilidad. 

En resumen, parece ahora más inevitable que nunca una recesión, y la agitación provocada por las consecuencias del SVB podría dificultar aún más la labor de los bancos centrales, ya que podría alentar una ralentización de las subidas cuando los datos de inflación, aún obstinadamente elevados, hablan en favor de su continuación. ¿Qué bando ganará? La respuesta de la Fed durante su última reunión ha sido muy clara y ha disipado cualquier duda. No hay cambios en la hoja de ruta. Señaló la prioridad y un compromiso incondicional con la pata de estabilidad de precios del doble mandato de la Fed.

Lo que sí podemos decir es que los reguladores y los responsables políticos han sido increíblemente rápidos a la hora de abordar la situación de las últimas semanas, sobre todo si se compara con la Gran Crisis Financiera de 2008-2009. Pocas horas después de la caída del banco SVB, las autoridades estadounidenses anunciaron garantías de depósitos y el Programa de Financiación Bancaria a Plazo. Esto es muy diferente a lo ocurrido en 2008. 

En aquel entonces pasaron casi tres semanas y dos quiebras bancarias más (Washington Mutual, Wachovia) entre el colapso de Lehman y el inicio del rescate con el Troubled Asset Relief  Program. Después, un mes más antes de que la Reserva Federal anunciara la relajación cuantitativa. La confianza se restableció con el programa Term Asset-Backed Securities Loan Facility, que se anunció en marzo de 2009, casi 7 meses después del colapso de Lehman.

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