Decisión clave

El riesgo de error en la Fed se dispara con el parón del automóvil y Gobierno federal

La huelga masiva del sector automovilístico en Detroit y la amenaza  de cierre total de la Administración Biden por el bloqueo presupuestario presionan a la Reserva Federal de Jerome Powell ante su reunión sobre tipos. 

Jerome Powell toma la palabra este miércoles tras la reunión de la Fed.
Jerome Powell toma la palabra este miércoles tras la reunión de la Fed.
Fed vía La Información

La Reserva Federal (Fed) se enfrenta otra vez a la amenaza de un shock interno  sobre la economía de Estados Unidos, como ya sucediera en el segundo trimestre durante las negociaciones para elevar el techo de deuda pública que pusieron al país al borde de la suspensión de pagos. De nuevo, el pulso entre republicanos y demócratas vuelve a poner contra las cuerdas a la Administración Biden ante un bloqueo presupuestario que puede desembocar en el llamado 'cierre de Gobierno', es decir, que Washington baje la persiana temporalmente y mande a casa a los funcionarios federales con su empleo en el limbo pero suspendidos de sueldo.

La cuestión es esencial para el banco central que preside Jerome Powell y su enfoque "dependiente de los datos" para establecer su política monetaria. Después de reanudar la subida de tipos de interés al 5,5% del 26 de julio -tras la pausa de junio-, muchos observadores veían probable otro aumento de las tasas este año, pero el escenario por delante aconseja prudencia. El motivo es simple: si hay cierre federal el próximo 1 de octubre, la Fed no tendrá indicadores económicos que valorar en su reunión monetaria de Halloween (31 octubre-1 noviembre) porque las agencias que los elaboran estarían inoperativas y no disponibles temporalmente.

Subida de tipos a ciegas

"Un cierre es más probable que suceda que no, y el marco de tiempo comprimido y la falta de hoja de ruta refuerza esa opinión. Aunque históricamente los mercados se han tomado los cierres con calma, este podría diferir en el sentido de que choca con varios otros vientos en contra para la economía (reanudación de los pagos de préstamos estudiantiles, huelga de trabajadores del automóvil, aumento de los precios del gas, etc.) y el consumidor, que hasta ahora se ha mostrado resistente. Podría durar más tiempo y no habría datos económicos publicados o compilados. Todo esto viene a decir que un cierre del Gobierno puede tener un impacto mayor de lo que muchos suponen, teniendo en cuenta el telón de fondo", explica Libby Cantrill, responsable de políticas públicas de PIMCO.

El zarpazo sobre la economía depende del tiempo pero está plenamente cuantificado que se comerá de producirse, como sucedió en 2013 o parcialmente en 2019, varias décimas del PIB americano. El cierre de gobierno impide a la Administración federal gastar un solo dólar y ni siquiera paga las nóminas, aunque una vez restaurada la normalidad los funcionarios reciben la cantidad debida durante ese periodo. Hace cuatro años, el gasto federal aplazado se cifró en más de 18.000 millones de dólares en el cierre parcial, según la Oficina del Congreso (CBO).

"Durante un cierre no habría datos económicos recopilados o publicados durante el período del cierre, incluyendo ningún dato del PIB, ningún dato de nóminas, y ningún dato de inflación, e incluso cuando el Gobierno reabra, los datos económicos se retrasarán. Todo para decir que la Fed -que ha enfatizado lo dependiente de los datos que es actualmente- estaría volando a ciegas en noviembre cuando se produzca la próxima reunión de la Fed (después de la de esta semana) y podría ser reacia a subir los tipos", recuerda Cantrill. La experta de Pimco recomienda poner el foco en la división dentro del Partido Republicano para detectar un posible acuerdo.

A la potencial amenaza en Washington se le una una realidad visible desde esta semana: la macrohuelga de decenas de miles de empleados de Ford, General Motors y Chrysler (Stellantis) que poco a poco se va extendiendo a más fábricas en EEUU. Fuentes financieras advierten sobre el golpe económico y la distorsión de los índices manufactureros de septiembre, y estiman que cerca de la mitad de la producción de coches en el país puede verse afectada por el paro. La Fed, por tanto, tendrá que estimar con prudencia el efecto sobre la economía de esta situación en un momento en el que cada vez más expertos recomiendan que mida bien sus pasos.

La inflación, en el foco

Matthew Morgan, responsable de renta fija en la gestora Jupiter AM, todavía ve un margen para un nuevo endurecimiento monetario. "En las últimas semanas, la narrativa del mercado ha vuelto a pasar del optimismo de que la inflación se ha resuelto al temor de una reaceleración de la inflación impulsada por los sólidos datos de consumo y la recuperación de los precios del petróleo. La resistencia de los consumidores ha sido sorprendente, y este periodo de volatilidad e incertidumbre podría acompañarnos durante algún tiempo", apunta el gestor.

"Puede que sea una opinión cada vez más anticuada, pero existe el riesgo de que se apliquen las reglas económicas tradicionales: ya hemos añadido más de un 5% al coste del capital para el crédito al consumo, las hipotecas y las empresas. Está demostrado que existen 'desfases largos y variables', y probablemente cada vez más. La complacencia del aterrizaje suave existió antes de cada aterrizaje duro anterior. Las lecciones de la historia, junto con la ralentización de la inflación y algunos indicios de que el consumidor se está quedando sin dinero, significan que los bancos centrales deberían hacer una pausa aquí y esperar a ver el impacto de lo que ya han hecho en lugar de arriesgarse a dañar seriamente la economía", advierte Morgan en su reflexión previa a la reunión.

En este sentido, Jack Janasiewicz, estratega de carteras en Natixis IM Solutions, considera "improbable" que la Fed pueda seguir endureciendo su política monetaria. "El dato más reciente de la inflación de los precios al consumo debe tomarse con cierta perspectiva. El proceso de desinflación nunca será lineal y es de esperar que se trate de una serie de altibajos y que la trayectoria a largo plazo sea descendente. En cuanto a las subidas de tipos, si se observan las expectativas del mercado, parece que se están alejando. Las probabilidades de una subida en noviembre han caído hasta el 31% en el momento de escribir estas líneas, lo que indica que es improbable que la Reserva Federal siga endureciendo su política monetaria", expone.

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