Tipos de interés

El riesgo de inflación puede ser la piedra en el camino que nadie espera para 2024

Las expectativas de rápidas y amplias rebajas de tipos de interés están perdiendo fuelle conforme chocan con la realidad de unas presiones inflacionistas que no terminan de perder fuerza como les gustaría a la Fed y BCE.

Christine Lagarde, BCE
Christine Lagarde, presidenta del BCE.
Agencia EFE

Los mercados siguen caminando hacia un techo aún incierto. El S&P 500 en Wall Street se encuentra bordeando los 5.000 puntos, tras subir más de un 4% en lo que va de año, al descontar que el escenario más probable es el de un aterrizaje suave de la economía, una vez el impacto del incremento de los tipos de interés durante el último año y medio no sea tan severo como se estimaba previamente. Además, con una tendencia en la inflación descendente.

Muchos expertos ya han tirado la toalla con respecto a la previsión de una recesión económica. Deutsche Bank, que era de los pocos bancos de inversión que veía un escenario más oscuro para la economía norteamericana ya ha tirado la toalla. “La narrativa por la que veíamos una crisis de la economía ya ha desaparecido y ahora estamos en el argumento de que no se producirá ninguna recesión en Estados Unidos”, exponía.

La vieja guardia de defensores de una desaceleración importante en el plano económico se aparta. Ni los analistas más bajistas del último año y medio como Michel Hartnett, estratega jefe de Bank of America, o Michael Wilson, su homólogo en Morgan Stanley, están ya con esa visión tan sumamente contundente que expresaron desde el 2022.

Los últimos datos van despejando el panorama. El ISM de servicios en Estados Unidos mejoró en enero hasta 53,4 desde 50,4 en la lectura anterior, en línea con el consenso, pero un poco más fuerte de lo esperado. En cuanto a los detalles, se observó una mejora generalizada: los nuevos pedidos subieron de 53,3 a 55; el empleo también subió de 43,8 a 50,5; y los precios pagados aumentaron de 56,7 a 64,0. Esto anticipa expansión económica a corto plazo.

No obstante, los expertos sí que consideran que aún hay ciertos riesgos de cola que tener en cuenta. Principalmente, en el lado de la inflación. Según un último informe de Bank of America, una reaceleración de la inflación sigue siendo “el riesgo más infravalorado para una economía en la que la demanda final creció un 3% en el segundo semestre del 2023”.

Se prevé un ciclo de relajación relativamente agresivo, incluso después del informe de la última reunión de la Fed y del dato de creación de empleo de la semana pasada, más allá de lo que la Reserva Federal había señalado. “En este contexto, los riesgos al alza para la inflación podrían estar entre los más perturbadores para los mercados y podrían llevar a la institución monetaria estadounidense a mostrarse especialmente prudente a medida que nos acercamos al inicio del ciclo de relajación”, comentan los expertos de la entidad.

El ‘truco’ de la desinflación

Los mercados y la Reserva Federal no pueden presumir de tener un buen historial de previsión de la inflación después de la pandemia. Sin embargo, los mercados no parecen haber aprendido la lección, según Bank of America. “Se está produciendo una inflación inmaculada con una economía que crece por encima de su potencial, pero no hay pruebas de un auge de la productividad”, advierte.

Esta inusual correlación entre los precios y la actividad económica indicaría, tal y como describen estos analistas, que la mayor parte de la desinflación hasta ahora ha sido impulsada por la oferta y no por la demanda, a medida que se normalizaban los cuellos de botella. “Así como la persistencia de la inflación se subestimó en 2022, la persistencia de la desinflación podría sobreestimarse ahora y habría que tener prudencia en este punto”, explica en el informe la firma bancaria norteamericana.

Los principales riesgos al alza para las perspectivas de inflación serían una economía en pleno empleo, un mercado laboral tenso, un consumo aún resistente, una política fiscal demasiado procíclica y una desinflación concentrada en los bienes, en opinión de Bank of America.

Estados Unidos es sobre todo una economía de servicios. Si la oferta alcanza un límite superior y el gasto nominal se mantiene firme, la inflación podría acelerarse, siguiendo esta tesis. “La geopolítica y la política fiscal son riesgos adicionales en un año electoral, por lo que nada está ganado aún”, termina.

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