Tras los máximos históricos de 2022

El 'shock' deflacionario del gas: "El pánico comprador y efecto rebaño desapareció"

El precio del gas natural se abarata a paso acelerado hacia la normalidad previa a la crisis energética de 2021 o el estallido de la guerra de Ucrania en 2022, pero los expertos prevén que todavía caiga más en 2023.

Las exportaciones de gas de Rusia se recuperan a pesar de las sanciones por invadir Ucrania.
Las exportaciones de gas de Rusia se recuperan a pesar de las sanciones por invadir Ucrania.
DPA vía Europa Press

El relato de la inflación energética está siendo desmontado a toda velocidad en Europa en este 2023. El andamiaje sobre el que se asentó la ola inflacionaria que ha recorrido las economías de todo el mundo desde finales de 2021 está siendo desmontado. Comprar gas natural ahora es un 60% más barato que hace doce meses, pero la comparativa interanual respecto a los récords de 2022 hace que este verano pueda ser hasta un diez veces más asequible que entonces.

De hecho, algunas de las referencias de precios como el Henry Hub estadounidense o el TTF holandés cotizan un 75% y un  90% por debajo de los máximos que alcanzaron el pasado agosto,  en pleno episodio de pánico comprador por la necesidad en Europa de llenar las reservas estratégicas antes del invierno y evitar la amenaza de Rusia de cortar el suministro energético a países centroeuropeos, Polonia y Alemania.

"Los precios europeos del gas natural siguen disminuyendo, ofreciendo un alivio deflacionario [a la economía]. Además, la perspectiva de un clima suave y ventoso, y especialmente el descenso en la disposición a importar a precios 'premium' parecen ser factores bajistas que están en juego", apunta Norbert Rücker, estratega de macroeconomía y 'Next Generation' del banco suizo Julius Baer. 

En este sentido, el experto considera que los precios globales del gas se han convertido en un termómetro que apunta a una amplia disponibilidad de energía de cara al verano y a meses de distancia para que se inicie el rellenado de reservas para la temporada de invierno (noviembre-marzo) entre 2023 y 2024. "El suministro de energía ha mejorado de forma considerable y los comportamientos de pánico comprador, efecto rebaño y acaparamiento que marcaron la agitación del año pasado han desaparecido por completo", agrega Rücker.

Los efectos amplificadores del desplome de precios del gas  -base de la generación eléctrica en Europa- todavía no se han trasladado por completo a los índices de precios de consumo (IPC), pero seguirán presionando a la baja en los próximos meses conforme vayan pasando las hojas del calendario. Los expertos de la firma suiza ven que los precios pueden hundirse todavía más. "Mantenemos nuestras opiniones bajistas por el momento y vemos más desventajas en el largo plazo", añaden.

¿Se contraerá el IPC en España en verano?

El pasado año, el Banco de España estimó que alrededor de un tercio de la inflación récord de agosto de 2022 -por encima de los dos dígitos o 10%- tuvo su origen en el ascenso de los precios del gas, que llegaron a multiplicarse por diez respecto a los niveles 'normales' que ahora recuperan. Algunos economistas hablan por lo bajo del efecto deflacionario que este movimiento pendular del hidrocarburo puede provocar a corto plazo. No obstante, no se espera el mismo impacto porque empresas y productores han consolidado los aumentos de precios y no prevén bajarlos.

En el mercado ibérico Mibgas, que ha disparado la entrada de combustible ruso en 2023, la cotización marca precios de referencia en el entorno de los 25 euros / MWh, un 37% por debajo del tope del gas fijado por el Gobierno que obliga a subvencionar el coste del gas usado para generar electricidad -que exceda de los 40 euros/MWh- a través de las facturas de la luz, un sobrecoste que irá desapareciendo de los recibos eléctricos en los próximos periodos de computo. La gran pregunta vuelve a ser: ¿por qué están cayendo los precios del gas de forma abrupta en plena guerra?

"El impulsor más común es probablemente que los compradores europeos ofrecen menos prima para obtener gas natural en los mercados globales. Por otro lado, el almacenamiento sigue siendo generalizado y la próxima temporada de calefacción de invierno aún está a meses de distancia, lo que reduce la necesidad de compras inmediatas. Los compradores asiáticos también parecen seguir una postura similar de espera y observación. Los informes apuntan a un almacenaje de gas natural flotante en el mar y reservas llenas en Japón y Corea del Sur. Y las importaciones chinas siguen siendo limitadas por el uso carbón", explica Rücker.

En su informe, Julius Baer hace mención al clima suave y ventoso que impulsa la generación eólica a nivel europeo. En el caso de España, la producción fotovoltáica se está disparando en las últimas fechas y empuja a la baja los precios de la luz, sobre todo, durante los fines de semana. Para la península ibérica, hay un elemento adicional de influencia que está acelerando el desplome de precios eléctricas por su capacidad de generación masiva, barata y sin aumentar las emisiones de CO2: "El regreso parcial de las plantas nucleares francesas".

Además del regreso a velocidad de crucero de la producción eléctrica de Francia, el corazón energético de Europa, los operadores apuntan también a que la mayoría de terminales de exportación de GNL en la costa Este de EEUU funcionan a plena capacidad, por encima de la demanda. Si el frío tiene connotaciones alcistas para los precios energéticos, el calor también debido al uso del gas para atender la producción eléctrica cuando se producen picos de demanda.

Rücker considera que no se reproducirán los llamamientos de pánico de algunos líderes europeos como Pedro Sánchez (octubre de 2021) o de la propia Comisión Europea que encabeza Von der Leyen que provocaron amplia tensión en el mercado. Al revés, Europa parece por fin preparada dos años después para afrontar un futuro energético de forma más independiente por múltiples motivos. 

"El clima cálido y su impacto en la demanda de electricidad a través del aire acondicionado sigue siendo un elemento alcista para observar en las próximas semanas y meses. Dicho esto, la mejora global en la disponibilidad de energía, incluido el crecimiento de las exportaciones de gas natural licuado (GNL), el aumento de la minería de carbón, la reactivación parcial de la energía nuclear, especialmente en Asia, y el crecimiento sustancial en las instalaciones de energía renovables, sugieren que los mercados en 2023 tienen un margen mucho mayor para absorber los picos temporales en comparación con 2022".

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