Giro de la política monetaria

Turquía masca un 'shock' de tipos de mil puntos básicos para resucitar a la lira

El banco central turco iniciará el jueves una nueva etapa marcada por el regreso a las políticas convencionales y más ortodoxas para frenar la inflación y romper la espiral bajista en la que está inmersa su divisa.

Hafize Gaye Erkan, nueva gobernadora del Banco Central de Turquía.
Hafize Gaye Erkan, nueva gobernadora del Banco Central de Turquía.
TCMB vía La Información

Turquía busca recuperar el crédito perdido entre los inversores internacionales durante el último quinquenio presidencial de Recep Tayyip Erdogan con una revolución en su política monetaria con pocos precedentes e inciertos resultados. El mercado espera una subida vertical de tipos esta semana solo comparable a la que realizó Rusia en 2022. Lo que sí es seguro es que provocará un 'shock' en los mercados, sobre todo, en el de divisas para frenar la sangría histórica que sufre el valor de su moneda, que supera el 80% de caída desde 2018 frente al euro o el dólar.

Los expertos esperan que el próximo jueves, el Banco Central de Turquía acometa una mega-subida de tipos de interés de al menos 1.000 puntos básicos, 10 puntos porcentuales, que puede llevar las tasas oficiales de referencia desde el 8,5% actual hasta el 18,5%. Hay bancos de inversión que ven incluso más allá la subida bajo el mando de la nueva gobernadora de la institución, hasta situarlos en el 25%Hafize Gaye Erkan debuta al frente de la autoridad monetaria después de una larga carrera en EEUU siendo banquera en Goldman Sachs y, sobre todo, como directiva en el malogrado First Republic Bank antes de que empezasen los problemas de la entidad.

Durante los dos últimos años y medio, Turquía ha experimentado un historial de radicales fluctuaciones en las tasas de interés, recortándolas drásticamente y luego aumentándolas aún más rápidamente cada vez que se produce una crisis en el mercado de divisas. Erdogan, conocido por ser un crítico de los altos costes de endeudamiento, intervino en el banco central para impulsar una serie de rebajas de tipos que los llevaron desde el 19% al 8,5% antes de las elecciones del mes pasado.

El efecto previsible era una aceleración de la inflación turca, como advertían por unanimidad en la comunidad financiera internacional y también voces críticas dentro del propio gobierno y del banco central. La respuesta de Erdogan fue tomar el control de la política monetaria con varios ceses en las cúpula de la autoridad monetaria. De hecho, Erkan es la quinta cara visible del organismo en cinco años. La economía entró en 2022 en un estado de hiperinflación que llevó el crecimiento del IPC a tasas interanuales de hasta el 85%, aunque ahora se sitúa en el 39%.

El cambio de gobierno y el nombramiento de Mehmet Simsek como principal titular económico han colocado a Turquía de vuelta hacia las políticas convencionales. Los inversores comenzaron a descontar que el país dejaría de intervenir sobre la lira después de haber agotado prácticamente su reservas de divisas extranjeras. El giro de 180 grados se ha visto forzado por la amenaza de una crisis en la balanza de pagos, según los analistas, pero abren la puerta a que una etapa de estabilización.

La primera señal provendrá del banco central. Una subida de 1.000 puntos básicos en los tipos de referencia respaldará el valor de la moneda a costa de sacrificar el crecimiento y provocar con toda probabilidad una recesión. El PIB turco creció en el primer trimestre apenas un 4% pero con una inflación entre 15 y 20 veces superior, sumiendo en una grave crisis en las empresas y hogares.

Los principales bancos de inversión como JP Morgan, Deutsche Bank, Goldman Sachs y Morgan Stanley ven en el cierre de la brecha entre tipos e inflación una manera de poner coto a la inestabilidad financiera turca. "Es difícil evaluar la  reacción precisa en este momento, pero argumentaríamos que la reciente y rápida depreciación de la moneda requiere un primer aumento [de tipos] creíble", señalan los analistas de Deutsche Bank en un informe citado por 'Reuters'. Esperan, de hecho, que los tipos oficiales suban del 8,5% hasta el 25% entre junio y julio.

La unanimidad entre los banqueros de inversión abogando por una mega-subida de tipos se enmarca en la necesidad de recuperar la credibilidad perdida durante la última etapa de gobierno de Erdogan. "Creemos que el nuevo equipo económico querrá restablecer su tasa de préstamos marginales como el ancla para las tasas de interés en la economía, y por lo tanto la aumentará al principio para acercarla a las tasas de depósito", señalan en Goldman Sachs. Las tasas de interés en los depósitos  denominados en liras turcas sin protección frente al tipo de cambio se disparado hasta el 40%, rompiendo cualquier conexión con la tasa del 8,5% del banco central.

Morgan Stanley prevé que los tipos de interés se sitúen entre el 20% y 25% entre junio y julio, de igual modo que JPMorgan, que acota el movimiento a este jueves. De producirse, el aumento de tipos superaría con creces los 1.000 puntos básicos y podría llegar hasta los 1.700 pbs, es decir, entre 10 y 17 puntos porcentuales. Los bancos también esperan que la lira turca reaccione al shock de tipos. 

El gran precedente de este tipos de políticas drásticas para evitar la inestabilidad financiera, un corralito y la depreciación de la moneda se produjo hace apenas 15 meses, cuando Rusia ejecutó un aumento de emergencia de tipos del 9,5% al 20% para defender al rublo a los cuatro días del inicio de la invasión de Ucrania. 

La moneda rusa llegó a perder más de la mitad de su valor en pocas jornadas y la defensa monetaria en forma de tipo extremadamente altos surtió efecto. El rublo se recuperó con fuerza en las semanas posteriores hasta pasar a revaluarse frente al dólar y el euro hasta que Rusia comenzó a rebajar los tipos de nuevo. Como ahora en Turquía, una mujer (Elvira Nabiullina) aplicó aquella decisión multiplicó los costes de financiación de la economía rusa hasta asfixiarla en recesión.

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