Cuatro meses de conflicto

Rusia está ganando la guerra económica ante Europa como había previsto Putin

El rublo se aprecia y las cuentas públicas del Kremlin registran superávit, mientras que el euro se debilita con un nivel inédito en dos décadas y el Viejo Continente afronta un periodo de alta inflación y huelgas. 

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, monta a caballo durante sus vacaciones. (ARCHIVO) ALEXEY DRUZHINYN / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO 30/6/2022 ONLY FOR USE IN SPAIN
Rusia está ganando la guerra económica ante Europa como había previsto Putin. 
Europa Press

Pocas semanas después de la invasión de Ucrania (24 de febrero), las grandes empresas multinacionales de Europa y de EEUU anunciaron que abandonaban Rusia. Las cuentas corrientes de ciudadanos rusos se bloquearon. Varios países anunciaron que dejarían de comprar gas y petróleo a Moscú, y productos 'made in Rusia'. El rublo empezó a perder valor: cayó rápidamente de 78 a 138 rublos por dólar. Los mercantes rusos ya no podían navegar tranquilamente por el planeta. Los bancos rusos se encontraron con operaciones bloqueadas. Las sanciones estaban haciendo efecto. El Banco Central de Rusia se quedó sin sus activos en el exterior. Las fortunas de los grandes magnates amigos de Putin quedaron bloqueadas, desde sus yates a sus depósitos. Políticos, analistas y medios de comunicación anunciaron el pronto colapso de la economía rusa. Sin iPhone, sin McDonald’s, sin ingresos por venta de hidrocarburos y con los bancos bloqueados, tarde o temprano millones de rusos saldrían a las calles a protestar, y hasta habría golpes de Estado contra el presidente.

Casi cinco meses después del día de la invasión, Rusia no se ha derrumbado. Todo lo contrario. El rublo se ha revalorizado, e incluso vale más que en febrero: esta semana cerró a 61 rublos por dólar. Las ventas de hidrocarburos rusos son mayores que antes de la invasión. Gazprom, de la cual el estado ruso tiene el 50%, está teniendo una ventas tan portentosas que Putin ha decidido que no reparta dividendo para quedarse con 1,24 billones de rublos (unos 19.000 millones de euros, el mayor de su historia). El superávit de Rusia por cuenta corriente (bienes, servicios y transferencias) en el primer trimestre de 2022 ha sido el más elevado desde que se cuenta con estadísticas fiables del país (desde 1994), según la web Trading Economics: 58.000 millones de dólares.

McDonald’s ha sido rebautizado como Vkusno & Tochka (Sabroso y más) y ahora es de capital ruso. Oleg Paroev, el nuevo director general, planea abrir 200 sucursales más para fines del verano, según un comunicado de prensa. Los 62.000 empleados recuperarán su trabajo. Los rusos ahora compran más teléfonos chinos que antes: Huawei, Xiaomi, Oppo… Tampoco tienen escasez de gasolina. 

El superávit de Rusia por cuenta corriente en el primer trimestre de 2022 ha sido el más elevado desde que se cuenta con estadísticas fiables del país

Los cálculos de los analistas occidentales, muchos de ellos influidos por la propaganda ucraniana y por los servicios secretos occidentales, decían que Putin se había vuelto loco, que tenía problemas mentales, que en el desfile del día de la Victoria de mayo tenía un ictus, que escondía una enfermedad y que se estaban tramando muchos golpes de estado contra él. Pero no solo sigue en el poder sino que su popularidad ha subido. Según Levada, una firma independiente de encuestas de opinión, el 83% de los rusos aprueba su gestión (encuesta del 4 de julio pasado). Desde que Putin está en el poder en 2000, ha sobrevivido a cinco presidentes de EEUU (Clinton, Bush, Obama, Trump y Biden); cinco de Gran Bretaña (Blair, Cameron, Gordon, May, Johnson y el que le va a sustitutuir después de la dimisión); a tres de Alemania (Schröder, Merkel y Scholz); y a cuatro españoles (Aznar, Zapatero, Rajoy y Sánchez).

Pero hay más: Putin no solo ha tomado ya la quinta parte de Ucrania, y sigue avanzando, sino que está causando serios problemas en aquellos países que le sancionaron. Para el coronel norteamericano Richar Black, que se ha hecho famoso en YouTube, 'Ucrania ya ha perdido la guerra', y este conflicto ha afectado seriamente a Occidente por una cadena de sucesos: aumento del precio del combustible, aumento del precio del transporte, aumento de la cesta de la compra… todo lo cual, ha impactado en la inflación y en la desestabilización económica.

El valor del euro no solo se ha debilitado respecto al rublo, sino respecto al dólar: está casi al mismo precio. Los analistas de mercados dicen que alcanzará la paridad dentro de poco. Eso significa que los países de la eurozona están pagando más por cada barril de petróleo, una materia prima que se paga en dólares. La subida del combustible en Europa está causando serios movimientos de protesta: en Holanda, los pescadores bloquearon varios puestos para protestar por los elevados precios del combustible.

Varias compañías aéreas están teniendo problemas con su plantilla debido a que se les han disparados los costes. Ryanair, una aerolínea de bajo coste quiere mantener sus márgenes y le ha pedido a la plantilla que se rebaje el sueldo. “La compañía Ryanair impone recortes salariales a sus tripulantes bajo la amenaza de despidos colectivos, rechaza cualquier diálogo social y rompe los sindicatos representante, en particular discriminando a los empleados que no pertenecen al sindicato amarillo elegido por la dirección”, decía en estos días un comunicado sindical. Resultado: huelga de los pilotos y del personal de cabina en varios países europeos.

En Gran Bretaña, los trabajadores públicos se llevan enfrentando al gobierno desde junio porque piden aumentos salariales. Ahora tienen más motivos porque en junio se anunció que la inflación anual era del 9,1%. Los sindicatos del Transporte de Ferrocarriles, Marítimo y de Transporte (40.000 afiliados) piden aumentos del 7%, por lo menos. En Noruega, los trabajadores de la industria del petróleo pusieron a temblar al gobierno porque no les parecían suficientes incrementos del 4,5% de sus salarios, ya que la inflación interanual ha subido al 5,7%. Como decía la agencia 'Reuters', “a los miembros del sindicato Lederne (energía) les preocupaba que la aceleración de la inflación erosionara sus salarios, a pesar de se encuentran entre los empleados mejor pagados en plataformas 'offshore'”.

En España, entre enero y marzo ha habido 179 huelgas, y el número de jornadas no trabajadas se ha incrementado casi un 66% más que en el primer trimestre del año pasado, según las estadísticas del Ministerio de Trabajo. A pesar de que los costes de los combustibles ya venían subiendo desde 2021, la invasión de Ucrania ha catapultado un malestar que se podía oler en el ambiente económico. La preocupación de los españoles es el elevado coste de la vida (junio un 10,2% de inflación) y la subida de tipos de interés: el euríbor ya se está acercando al 1% después de estar en terreno negativo en los últimos años. La bolsa española ha perdido el soporte de los 8.000 puntos esta misma semana, y se ha dejado este año todo lo ganado en 2021.

Algunos analistas se han reído de Putin porque con su guerra ha logrado reforzar a la OTAN, que ya cuenta de facto con dos miembros más: Finlandia y Suecia. Además, ha unido a los europeos, que ahora por fin ven para qué sirve la Unión. Pero la verdad es que Putin tiene cada vez más influencia en la política europea. Algunos partidos políticos europeos que han mostrado cierta simpatía por Putin están subiendo. En Francia, la ultranacionalista Marine Le Pen obtuvo más del 40% de los votos en las presidenciales de abril. En España, Vox mantiene la intención de voto según las encuestas. Viktor Orbán fue reelegido este año presidente de Hungría con mayoría absoluta. Hasta Georgia Meloni, líder del partido ultraconservador italiano Hermanos de Italia, se perfila como una de las ganadoras en las elecciones de 2023. En resumen, en política Putin ha logrado lo indecible: que los partidos de extrema izquierda y de extrema derecha en Europa estén de su parte, manifiestamente o subrepticiamente. Quizá no le apoyen abiertamente pero, o no le critican, o algunos incluso critican más a la OTAN que a Rusia, como Unidas Podemos.

Más aún: los aliados mundiales de Putin siguen teniendo más fuerza. EEUU ha decidido entablar conversaciones con Nicolás Maduro, presidente de Venezuela (y aliado de Putin), que sigue aferrado al cargo a pesar del amaño permanente de las elecciones venezolanas, y de los seis millones de personas que han huido desde 2013. China sigue sin condenar la invasión de Ucrania, y está haciendo más negocios que nunca con Rusia. India está en la misma posición que China.

En política Putin ha logrado lo indecible: que los partidos de extrema izquierda y de extrema derecha en Europa estén de su parte, manifiestamente o subrepticiamente

La pregunta es, ¿estaba todo calculado por Putin? Solo una persona que trabajó, como Putin, en los servicios de inteligencia, puede meterse en la mente del presidente ruso y exponer lo que piensa. Es lo que hizo Jorge Dezcallar, exdirector del CNI, exembajador de España en Marruecos y EEUU. En un artículo reproducido por el medio marroquí 'Atalayar' y publicado pocos días antes de la invasión ('Los cálculos de Putin'), recordó que fue un espía del KGB y así el diplomático vaticinó todo lo que iba a pasar: desde las sanciones hasta la revitalización de la OTAN; desde los refugiados hasta una fiera respuesta de los ucranianos. Dezcallar pensaba que todo eso ya había sido descontado por Putin desde el principio. “Moscú lo descontó hace mucho tiempo”.

Para Dezcallar, Putin no es un loco sino un líder inteligente que no debe ser subestimado. “Vivió la caída del Muro y la posterior desaparición de la Unión Soviética en Berlín como agente de la KGB, lo que lo dejó traumatizado, y está decidido a recuperar para Rusia la influencia global que alguna vez tuvo la URSS. Como buen nacionalista, lo primero que necesita es más territorio, aunque Rusia ya es el país más grande del mundo, territorio que le dará profundidad estratégica y seguridad y le permitirá establecer una zona de influencia alrededor de sus propias fronteras, que es precisamente lo que le ofrece Ucrania, y por eso no puede aceptar su acercamiento a la Unión Europea, y mucho menos a la OTAN. Porque así como Estados Unidos no aceptó misiles rusos en Cuba, tampoco quiere misiles estadounidenses en su frontera”. Todo estaba calculado por Putin, incluso su aislamiento internacional, decía Dezcallar. “Así que Putin calcula que su aislamiento tendrá fecha de caducidad, y se limitará a apretar los dientes y apretarse el cinturón y esperar a que se asiente el polvo, como sucedió después de (la invasión de) Crimea”.

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