El Covid-19 golpeó con fuerza al ladrillo en la primavera de 2020, pero desde entonces ha pasado a ser una pesadilla pasajera para el sector. Darán fe de ello los resultados del segundo trimestre y del primer semestre de 2021 en las principales inmobiliarias cotizadas. La primera en desnudar su balance ha sido la más pequeña de ellas, especialista en rehabilitación de edificios.
Renta Corporación ha anunciado un beneficio neto de 2,4 millones de euros de enero a junio, frente a las pérdidas de 1,3 millones que registró en el mismo periodo del año pasado. Con estos resultados, la compañía confirma la evolución favorable de la actividad, anticipada ya en los primeros tres meses de 2021, y prevé seguir por esta senda de crecimiento a medida que la vacunación se extienda a toda la población.
Los ingresos del negocio transaccional han alcanzado los 30,6 millones de euros durante el primer semestre, un 34% más que en el mismo periodo del pasado ejercicio (22,8 millones). Renta Corporación ha cerrado importantes operaciones de venta en Madrid y Barcelona: tres residenciales, tres hoteleras, dos de oficinas y una logística. De esta manera, la compañía cuenta con una cartera de negocio que asciende a 169,1 millones, un 30% más que en el periodo comparable de 2020.
Renta Corporación sigue manteniendo una sólida posición de liquidez y cierra el semestre con un nivel de apalancamiento sostenible del 41% sobre el activo y una tesorería de 8,6 millones, siendo estos aspectos clave en la gestión de la empresa y objeto de seguimiento constante. Asimismo, la venta por parte de Renta Corporación al fondo australiano Aware Super de aproximadamente la mitad de las acciones de las que es titular de Vivenio supondrá una entrada de tesorería de 12,7 millones.
Inmunidad de ladrillo
El fuerte impacto del confinamiento por el Covid-19 en el mercado inmobiliario hace meses que se quedó como una mal recuerdo y el sector parece gozar de inmunidad ante la incertidumbre económica general.
La inmobiliaria confía así en que el sector siga siendo un valor refugio para la inversión por su capacidad de generar rentabilidades atractivas en el entorno actual de tipos de interés muy bajos, esperando la normalización de la actividad en el segundo semestre del año.
Su pronóstico es cerrar el año con un beneficio neto de 9 millones de euros, en contraste con las pérdidas de 8,8 millones registradas en 2020, aunque todavía muy por detrás de los 17,1 millones de euros que ganó en 2019, antes de la crisis del Covid-19.
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