Baile de cifras

Cuatro claves para entender (o no) cómo Sanidad cuenta los muertos por Covid

Hay una diferencia de más de 14.000 fallecidos durante la pandemia entre los documentos que ofrece Sanidad y los que reflejan otros estudios.

Fernando Simón Salvador Illa
Cuatro claves para entender (o no) cómo Sanidad cuenta los muertos por Covid.
EFE

Varias cifras, una tragedia. Los datos de fallecidos publicados por el Ministerio de Sanidad son bastante inferiores a los que presentan otras instituciones y estudios como el INE, las comunidades autónomas y el MoMo. La diferencia no es pequeña. Un ejemplo lo retrata: el abismo que existe entre los datos de difuntos del Ejecutivo y los del MoMo -que calcula el exceso de mortalidad- es de 14.997 personas. Un gran salto.  ¿Por qué ocurre? El método para contabilizar los muertos lo explica todo. 

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, y el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, se reunieron de forma telemática con más de 100 periodistas para explicar su método y después comparecieron ante el país en una rueda de prensa para desvelar que el número 'real' de fallecidos por Covid-19 confirmados hasta el momento es de 28.313, un aumento de 1.177 respecto a los reportados el día anterior. Es un gran incremento, pero todavía no iguala las cifras que arrojan otras entidades, y en el balance posterior publicado esa misma tarde se vio un ajuste de tuerca de solo dos fallecidos más. Los comunicadores presentes cuestionaron a los funcionarios sobre el tema, pero estos se enrocaron en sus argumentos de siempre, que van en contra de lo que pide la Organización Mundial de la Salud (OMS) a todos los países.

¿Quién entra en las estadísticas?

El Gobierno ha luchado contra viento y marea para mantener su posición: las estadísticas oficiales solo incluyen a los fallecidos que han sido sometidos a una prueba del virus. Ni los informes paralelos elaborados por otras autonomías como Madrid y Barcelona -que sí incluyen los fallecidos con cuadros sospechosos y muestran casi el doble de defunciones-, ni los totales del INE o el informe MoMo les han hecho dar marcha atrás sobre este aspecto. Su persistencia en este punto desinfla los informes diarios que presenta el Ejecutivo a la población y muestra una realidad 'acotada' por decisiones metodológicas. 

Objetivo "limpiar la serie histórica"

Salvador Illa y Fernando Simón comparecieron para anunciar el aumento de 1.177 fallecidos de la Covid-19 tras 11 días sin presentar el incremento de muertes. Los funcionarios explicaron que los retrasos en el reporte de difuntos por parte de las comunidades y la disparidad en los criterios obligaron a hacer un parón y "armonizar" las cifras. Para las autoridades, esta era la única forma de "limpiar la serie histórica"del virus y que los españoles puedan ver en qué momento temporal tuvo lugar cada muerte. El problema es que este tipo de operaciones quirúrgicas han hecho 'desaparecer' más de 2.000 muertes en las estadísticas que ellos mismos publican, una cantidad superior al aumento desvelado el viernes. ¿Dónde está el resto?

Lo que pide la OMS

Un informe de la OMS titulado 'Pautas internacionales para la certificación y clasificación de Covid-19 como causa de muerte' establece que una defunción por el coronavirus "se define con fines de vigilancia como una muerte resultante de una enfermedad clínicamente compatible en un caso Covid probable o confirmado. Una muerte por el virus no puede atribuirse a otra enfermedad (como el cáncer) y debe contarse independientemente de las condiciones preexistentes del fallecido". Esto quiere decir que la OMS pide a todas las naciones incluir en sus estadísticas a los difuntos por sospecha del cuadro vírico, cosa que España no hace. 

Preguntado por esto en la conferencia de prensa, Fernando Simón declaró que el Gobierno de España no cuenta los casos posibles o sospechosos porque "el morir contagiado con el coronavirus no es lo mismo que fallecer por el virus. Estamos contabilizando los casos de esta manera por motivos de vigilancia, y no cuantitativos". Pero, como se ve anteriormente, la entidad encargada de darle seguimiento a la pandemia a nivel mundial sí considera importante incluir los datos que Sanidad deja bajo el tapiz. De hecho, la negativa de España puede dificultar la comparación de las cifras entre países.

Los datos que faltan

Otro punto de controversia es la cifra de muertos en las residencias de ancianos. No uno, sino varios periodistas cuestionaron a Illa y Simón sobre cuándo va a ser posible acceder a esta información, pero estos declararon que no se hará ningún tipo de avance de estos datos hasta tenerlos completos. Aun así, la información recopilada por las comunidades autónomas demuestra que la cifra no causará un impacto despreciable en las tablas. La suma de los totales de cada autonomía supera los 19.000 fallecidos en estos centros. Si se agregan al cómputo global de Sanidad, la factura de la Covid-19 se acercaría a los 47.300 difuntos, una cifra más cercana a las presentadas en el MoMo y el INE.

En definitiva, el manejo de las estadísticas que presenta el Ministerio de Sanidad sigue dando mucho que hablar. Las autoridades han insistido en la "transparencia" que ha acompañado todo el proceso porque desde el primer momento desvelaron sus cálculos 'caseros' y los del exceso de mortalidad o MoMo de forma paralela, pero su negativa a 'flexibilizar' sus parámetros y la pluralidad de totales para una sola tragedia hacen muy difícil saber cuál es impacto real de la pandemia en términos de letalidad. 

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