Ya no ve suficiente la reforma de 2011

Airef se aleja de Escrivá e insta a valorar una reforma profunda de las pensiones

Invita a buscar un modelo de revalorización no atado al IPC, a vincular la pensión inicial a la esperanza de vida o a estudiar las cuentas nocionales ante las incertidumbres que amenazan a la Seguridad Social.

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) no ha tardado ni un año en desmarcarse del célebre informe que presentó en su día el hoy ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, cuando presidía la institución, y con el que desafió el pesimismo general de los expertos respecto a la sostenibilidad futura del sistema de pensiones con una opinión técnica que aseguraba que ésta estaría garantizada sólo con exprimir la reforma que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó en el año 2011. El informe fiaba a una evolución demográfica más optimista que la prevista por el INE y a la aplicación de las reformas paramétricas ya previstas en la reforma de 2011 el blindaje a futuro del sistema de pensiones, en un insólito guiño al optimismo en el que algunos observadores ya apreciaron un primer paso a lo que luego se convertiría en uno de los nombramientos más aplaudidos del Gobierno de coalición de las izquierdas, el de Escrivá como responsable del sistema público de protección social.

El nuevo equipo directivo de Airef, encabezado por Cristina Herrero, ha aprovechado la nueva ronda de negociaciones en el marco del Pacto de Toledo para darle una buena mano de chapa y pintura a las previsiones recogidas en su día en el informe impulsado por Escrivá y, sobre todo, para introducir importantes matices en sus conclusiones. La nueva presidenta de Airef sostiene que sí, que tal vez se pueda garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones a largo plazo únicamente ampliando de 25 a 35 años - es decir, a casi toda la vida laboral - el periodo de cotización que la Seguridad Social tiene en cuenta a la hora de calcular la pensión y consiguiendo elevar en dos años la edad real de jubilación - el informe de Escrivá decía que con mejorarlo en uno sería suficiente - como señaló la institución a principios de 2019, pero que las circunstancias que amenazan ese escenario central son tantas  que convendría ir valorando y debatiendo otras medidas de reforma más profunda por lo que pudiera pasar.

Especialmente porque tanto el informe original de Airef como el presentado este lunes se basan sobre algunos supuestos cuanto menos controvertidos, como por ejemplo que la tasa de desempleo de la economía española va a transitar a largo plazo hacia un nivel del 7% - un punto en el que nunca ha estado y al que sólo se aproximó en lo más caliente de la burbuja inmobiliaria -, que el flujo neto de entrada de inmigrantes de aquí a 2050 va a moverse en el entorno de los 330.000 al año, cuando el INE o Eurostat sitúan ese flujo en la mitad más o menos; o que el Gobierno va a mantener el factor de sostenibilidad de las pensiones, uno de los elementos introducidos en la reforma del PP de 2013 y cuya potencial activación está en cuestión.

"Esta elevada incertidumbre hace aconsejable que se empiecen a estudiar y debatir otras opciones que garanticen la sostenibilidad, suficiencia y equidad del sistema si se materializasen escenarios más adversos", señala el informe. El documento presentado por la Autoridad Fiscal no hace ninguna recomendación concreta, pero la presidenta de Airef, Cristina Herrero, sí aventuró algunos vectores sobre los que como mínimo se debería reflexionar en la rueda de prensa de presentación del informe. Se refirió a la posibilidad de buscar un mecanismo de revalorización de las pensiones que no se vincule solamente al IPC, sino a otros factores como la evolución de los salarios o el crecimiento del PIB; a medidas para vincular la pensión inicial a la esperanza de vida; al impulso de los sistemas complementarios de pensiones como una alternativa de ahorro; e incluso hizo referencia a la alternativa de debatir sobre cambios estructurales del sistema como la posibilidad de un sistema de cuentas nocionales, "que ya está funcionando con buenos resultados en otros países".

El nuevo equipo de Airef, que comparte la necesidad de abordar el problema a corto plazo trasladando los gastos impropios del sistema a las cuentas del Estado para aligerar la presión sobre la Seguridad Social, entiende asimismo que "la resolución de los desequilibrios a corto plazo no debe rebajar la necesidad de afrontar los retos a largo plazo, ni hacernos olvidar que el déficit estructural de las Administraciones Públicas permanece inalterado" y que lo mejor sería abordar las reformas necesarias lo antes posible para perfilar un horizonte de certidumbre para los ciudadanos respecto a la evolución futura de su pensión.

Un horizonte más pesimista que el perfilado por Escrivá

La revisión presentada este lunes por la Autoridad Fiscal parte de la base de que la evolución del gasto en pensiones de aquí a 2050 va a ser significativamente más acelerada que la que se previó en su primera aproximación al asunto, en la era Escrivá. Si aquel informe situaba el gasto en pensiones en 2050 en el entorno del 13,2% del PIB, el presentado este lunes eleva esa factura hasta el 14,2% del PIB y advierte de que bajo determinados supuestos ese coste podría dispararse hasta el 16,1% del PIB. Y no son supuestos descabellados: que la tasa de paro media en el periodo se quede en el 10%, lo cual es más probable si se echa un vistazo al pasado que bajarla al 7%; o que los flujos migratorios de entrada respondan al escenario que prevé el INE y no al que prevé la Airef.

¿Por qué ha empeorado la Autoridad Fiscal su perspectiva sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones? La institución atribuye esta revisión a cambios metodológicos, a cambios en las proyecciones demográficas y a la concreción de medidas gubernamentales que han incrementado en tres décimas del PIB el gasto base respecto al escenario planteado hace un año y medio y también el déficit estructural del sistema de protección social, a saber la subida de las pensiones más bajas por encima del PIB y las medidas de apoyo a determinados colectivos concretos. 

Las nuevas proyecciones de Airef arramblan con una de las variables más controvertidas que incluyó el hoy ministro de Inclusión y Seguridad Social en el informe que se evacuó bajo su Presidencia: el incremento exponencial de la tasa de fecundidad en España de los 1,3 hijos por madre a una cifra de dos hijos por madre en un periodo de 30 años. Airef ha 'normalizado' esa referencia, que sostenía el mantenimiento de la mano de obra disponible en el periodo, y la ha situado en 1,4 hijos por madre, y ha ajustado también la tasa de actividad prevista para entonces con la consecuencia de que bajo estas proyecciones en 2050 apenas habrá dos personas ocupadas por cada pensionista.

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