Lo que queda de año

El alza salarial complica que la inflación estructural baje del 5% en la Eurozona

El hecho de que la tasa subyacente repuntase en junio hasta el 5,5% entre los países que comparten el euro seguirá pensando en la argumentación del Banco Central Europeo de cara a la reunión del próximo jueves 

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, y la de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, y la de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
EP

La inflación sin contar los alimentos ni la energía escaló por sorpresa el mes pasado en la Eurozona hasta el 5,5%, según confirmó la pasada semana Eurostat. La resistencia de la subyacente a bajar se ha convertido en el principal argumento del Banco Central Europeo (BCE) para seguir adelante con las subidas de los tipos de interés, en tanto que se trata de una tasa que refleja tensiones más estructurales. La presión que viene ejerciendo sobre las veinte economías que comparten el euro tiene mucho que ver con la evolución de los salarios en el conjunto de la región.

Una mayoría de indicadores salariales apuntan a una tasa interanual al alza en los últimos trimestres, con niveles de referencia entre abril y junio que superan el 5%. Impulsados sobre todo por la recuperación de los servicios, los sueldos siguen creciendo en términos generales a tasas cada vez mayores e "incompatibles con el control de la inflación, en especial en un contexto de caída de la productividad", sostienen desde la consultora de análisis de mercados MacroYield. 

Estas presiones llevarían al Consejo de Gobierno del BCE a aplicar una nueva subida del precio del dinero este mismo jueves. Si bien existen dudas sobre lo que pueda suceder a la vuelta del verano (en la próxima reunión que tendrá lugar en septiembre) una vez que vayan haciéndose públicas nuevas referencias económicas ya con la temporada estival próxima a su fin. "Nuestras dudas sobre la viabilidad de dos subidas más de tipos de 25 puntos básicos se siguen apoyando sobre todo en los riesgos económicos para la Eurozona y en nuestra percepción de que las previsiones del (BCE) pecan de optimismo", añaden desde la firma.

El próximo viernes Eurostat hará público el primer avance del PIB del segundo trimestre. La economía de la Eurozona habría evitado la recesión técnica después de un reajuste de los datos de última hora situase la actividad en estancamiento entre enero y marzo (y no contrayéndose un 0,1% como se había estimado). Con todo, la debilidad de la región es evidente y fuerza al emisor a ser más cauteloso para evitar una contracción profunda que debilite aún más al área. Ante la inusual resistencia de la economía, todavía no se puede saber con certeza a que velocidad seguirá disminuyendo la tasa anual de IPC, remarcan desde CaixaBank Research.

La clave, en los costes laborales unitarios

En Bank of America inciden en el énfasis renovado que la entidad presidida por Christine Lagarde ha venido poniendo en los salarios en sus últimas comunicaciones y, más importante aún, en los costes laborales unitarios, indicador clave de competitividad, puesto que cuantifica cuánto le cuesta a la empresa cada trabajador, en función de su productividad. Solo esto último y la posibilidad de que ambas variables ocupen un lugar destacado durante la conferencia de prensa del jueves, es motivo "para seguir preocupados por las perspectivas a medio plazo", apunta su economista jefe para Europa, Rubén Segura-Cayuela. 

La propia Lagarde apuntaba recientemente en una entrevista a la prensa gala que el emisor tomará medidas si se observa un aumento simultáneo de los márgenes empresariales y los salarios "que puedan poner en peligro la estabilidad de los precios". Antes, durante la celebración del foro de banqueros centrales en Sintra, Portugal, la presidenta del BCE hizo hincapié en la necesidad de frenar la espiral de precios y salarios, aun a riesgo de ralentizar el crecimiento durante algún tiempo. El BCE tiene aún trabajo por hacer "para reducir la inflación", en opinión de Chris Iggo, de la gestora AXA IM. La gala tampoco veía evidencia clara de que la inflación subyacente haya tocado techo en la región.

La inflación general seguirá moderándose por los efectos de base, la bajada de los precios energéticos y la relajación de los cuellos de botella de los bienes tras las tensiones que desencadenó la pandemia. Sin embargo, "el elevado poder de fijación de precios y el aumento de los salarios mantendrán los tipos subyacentes incómodamente altos", advierte Thomas Hempell, jefe de Análisis Macro y de Mercado de Generali Investments. El experto no descarta que tras el estancamiento del primer trimestre, se produzcan otros tantos de crecimiento inferior al esperado en la región.

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