Espera que remita en abril

Calviño monitoriza el 'golpe' económico del coronavirus con un gabinete de crisis

Fotografía Nadia Calviño, en Washington / EFE
Fotografía Nadia Calviño, en Washington / EFE

El Gobierno está monitorizando muy de cerca el impacto del coronavirus en la economía. La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, recibe a diario informes con enfoque internacional de las distintas áreas dependientes de su departamento que analizan al detalle la evolución del bautizado como 'Covid-19' y sus posibles efectos sobre los principales indicadores macro, según informan fuentes conocedoras de estas comunicaciones. Las primeras conclusiones de esta iniciativa de seguimiento, evaluación y diagnóstico en tiempo real indican que el brote alcanzará su punto álgido durante este primer trimestre y empezará a remitir a partir de abril, si bien existe una gran incertidumbre sobre su potencial alcance.

La vicepresidenta ha defendido en público que considera "prematuro" hacer estimaciones del posible impacto del virus originado en China y que, en cualquier caso, "sería bastante indirecto en nuestro país". Sin embargo, eso no significa que el efecto sea nulo y no merezca la atención del Gobierno español, más aún en un contexto de desaceleración de la economía nacional en el que cualquier trastorno externo, por pequeño que sea, supone un riesgo. Sobre todo porque el temor a la epidemia ya está castigando a las bolsas mundiales y ha llevado a analistas, bancos y autoridades públicas a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento, sobre todo para el gigante asiático y algunas economías de su entorno.

La repercusión, por tanto, no es baladí para España en el contexto global. Más allá de la volatilidad de los mercados financieros y la rebaja de previsiones, la crisis del coronavirus ya ha tenido un impacto palpable en la economía española: la suspensión del Mobile World Congress (MWC), la mayor feria de telefonía del mundo que iba a dejar en Barcelona 500 millones de euros y 14.000 puestos de trabajo. Calviño aseguró que no había razones de salud pública para cancelar el evento, aunque admitió el impacto de la crisis sanitaria mundial sobre determinadas decisiones económicas.

Los técnicos de su departamento llevaban haciendo seguimiento al virus desde principios de año. En el Boletín de Coyuntura Económica Semanal –un informe que publica el Ministerio todos los viernes– del día 24 de enero se habla de "temores" en los mercados financieros ante la aparición del coronavirus en China y sus posibles consecuencias en los países asiáticos. Entonces ya se percibía una caída en el precio del barril de Brent porque el miedo a la propagación de la epidemia pudiera afectar a la demanda de crudo, en particular a la demanda de combustible por parte del sector del transporte.

El 31 de enero, coincidiendo con la entrada en vigor del Brexit, continúa la preocupación por la expansión del virus en los mercados, según se constata en el informe semanal. Las bolsas sufrían la presión a la baja de los índices por la "incertidumbre" y la "volatilidad" y en los mercados secundarios de deuda pública aumentaba la "aversión al riesgo". Mientras, las noticias poco halagüeñas procedentes de China hundían el Brent a mínimos de septiembre de 2019.

Ya entrado el mes de febrero, el día 7, los técnicos de la Dirección General de Análisis Macroeconómico constataban los esfuerzos de las autoridades sanitarias chinas por la resolución de la crisis del coronavirus y, en consecuencia, el descenso de la volatilidad y el aumento del optimismo de los inversores. Eso sí, insistían en que el impacto económico, tanto en China como en el resto del mundo, "constituye un foco de preocupación".

Y hace solo una semana, el pasado viernes 14, incidían en la "reducción de los temores" por el coronavirus debido a los "mayores avances científicos" y su positivo efecto en los índices bursátiles y en los mercados secundarios de deuda pública, así como en los precios del crudo. Con todo, el último boletín señala el brote como "una de las nuevas fuentes de preocupación" y prevé que alcance "su punto máximo en el primer trimestre de 2020, aunque con repercusiones mundiales relativamente limitadas". Eso sí, añade que "cuanto mayor sea su duración, mayor será la probabilidad de que aumenten los efectos adversos sobre el sentimiento económico". 

COVID-19

Los puertos españoles ya lo notan

La crisis del coronavirus ya afecta a los puertos españoles. La patronal de la estiba Anesco ha detectado un bajón en la llegada de mercancías por la parálisis en el país asiático y calcula que si la situación persiste en las próximas semanas, la actividad de los mayores puertos españoles caerá hasta un 30%. Prueba de ello es que la planta de Seat en Martorell ya está teniendo problemas de suministro para su cadena de montaje porque una parte esencial de las piezas que se utilizan a diario llegan a Barcelona procedentes de China vía marítima. 

El impacto de la incertidumbre

Los expertos coinciden en señalar que el golpe económico de esta crisis sanitaria será mayor cuanto más tiempo dure, y eso es imposible de averiguar. En su reunión del Eurogrupo, los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona abordaron la repercusión del Covid-19 y llegaron a la conclusión de que la mera incertidumbre sobre su desarrollo ya supone en sí misma un problema para la economía mundial.

"El brote llega justo cuando las perspectivas estaban mejorando como consecuencia de las menores tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, de la menor incertidumbre sobre el Brexit y el efecto de la relajación monetaria de la Fed y el BCE", comenta el responsable de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Doménech. En su escenario base en el que el brote de coronavirus remite en el segundo trimestre, el PIB mundial crecerá cerca del 3% en 2020 y el 3,3% en 2021. "El sesgo de este escenario es a la baja dependiendo de que el alcance, intensidad y duración del brote sea mayor", advierte Doménech. 

Mostrar comentarios